Castros prerromanos de Laciana

Ruta lacianiega para conocer restos del mundo antiguo

Vicente García
14/02/2020
 Actualizado a 14/02/2020
Villablino desde la parte oeste del castro. | VICENTE GARCÍA
Villablino desde la parte oeste del castro. | VICENTE GARCÍA
La comarca de Laciana tiene asentamientos castreños de las edades del Hierro y los Metales. Esta ruta visitará dos de ellos con sus paneles explicativos de su importancia en aquellos tiempos y su modo de vida a partir de los datos obtenidos en las investigaciones históricas. Es importante reseñar que estos castros de la edad del hierro dominaban visualmente un amplio espacio y los lugares donde se ubicaban tenían unas vistas excelentes a los valles. Por ello en ambos castros que se visitan se van a encontrar excelentes miradores.

La ruta se puede realizar de varias maneras. En el panel se incluye un plano que la hace circular y parte de Villablino. En esta ocasión se ha optado por la ida y vuelta porque los caminos tenían problemas con las últimas lluvias.

Una opción muy interesante sería, tras acabar en Sosas, comer en el Campillo y visitar la fábrica de cervezas, concertando la cita previamente con Abel en el mismo restaurante.
La ruta no es ni larga ni complicada y sí es muy interesante por lo que se ve en ella. Se deben respetar los restos y no manipular nada, pues ha estado siglos ahí y ahí debe seguir todo. Es de agradecer la buena señalización de la mayor parte del recorrido.

La ruta

Comienza la ruta en la localidad de Sosas de Laciana, al lado del restaurante el Campillo, donde existe un mapa de la misma, si bien también podría iniciarse en Villablino, en los alrededores de la Fundación Sierra Pambley, aunque la señalización se encuentra mucho mejor conservada partiendo de la primera localidad.

Se baja y tras cruzar el puente se encuentra la lechería que puede visitarse si se hace la gestión previamente. Pasados el puente y la lechería el camino sigue hacia los prados que se caminan bien, aunque tras las lluvias pueden encontrarse charcos y barro. Desde el camino de los prados se sube hacia el bosque de robles y abedules, con un fuerte giro hacia la izquierda bien señalizado con un gran cartel. Después solamente hay que seguir el camino por la ladera del bosque hasta llegar al segundo cruce con caminos que bajas por la derecha. En los dos se va por la izquierda y a partir del segundo el camino va a ser de ida y vuelta hasta el castro de la Zamora, al que se llega por buen camino bien señalizado y con carteles explicativos, aunque lo que está a la vista es solamente un muro exterior del castro, aunque es posible que haya otros restos aún sin excavar.Se puede dar una vuelta al alto donde se ubicaba el castro para ver su superficie, para bajar en dirección suroeste hacia un mirador desde donde se puede contemplar perfectamente la vega de Villablino, actualmente herida por los restos de las explotaciones mineras abandonadas.Una vez contemplado desde el mirador el panorama se vuelve por el mismo camino por el que se llegó andando hasta el segundo desvío, que se sigue por la izquierda cuesta arriba siguiendo después de un rato por un camino estrecho que bordea el valle en dirección a Villablino.En poco tiempo se alcanza la capital del valle de Laciana para seguir, bien por la carretera, bien por calles secundarias en dirección a Rioscuro, y en los antiguos lavaderos de las minas (que se reconocen por los vagones estacionados y los torreones en ruinas), se toma una antigua carretera en dirección al Castro de la Muela, que cruza el río y comienza una serie de fuertes subidas con tres amplias revueltas. Al llegar a la tercera se toma un camino que sale desde la propia curva y tras andar unos cientos de metros se llega al castro de la Muela, señalizado con carteles explicativos de su situación, uso y rehabilitación, así como su importancia en la época en la que estuvo en funcionamiento.

El castro es algo más complejo que el de la Zamora y se ven más restos arqueológicos excavados. Saliendo hacia el oeste hay un mirador a Rioscuro. Desde este punto se podría ir hacia Rioscuro y volver por el sendero verde, o bien bajar directamente hacia la carretera, volver a Villablino y desde allí hacer el camino inverso, para volver a Sosas de Laciana donde finaliza la ruta al lado del restaurante el Campillo.
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