Cecina de León en Berlín para que coman niños en África

«Me di cuenta de que la felicidad en la vida pasa por ayudar a los demás. A pesar de que por años tenía un buen trabajo estable, me sentía muy deprimido donde estaba. En 2016, noté que era el momento de hacer algo que tuviera sentido y que realmente tuviera un propósito. Y así nació El Colmado y cumplí mi propósito. El Colmado es mi manera de dejar mi huella en el mundo, con la idea de ayudar a los niños en África que padecen hambre». Así explica el abogado leonés Ubaldo Valverde (y su mujer la bióloga María del Mar Reines) como nació en Berlín su restaurante de tapas (leonesas en su mayoría) bautizado con un nombre muy de antigua tienda de estas tierras: El Colmado.

Un lugar de éxito, donde reina la cecina de León, pero también el queso de Valdeón o los famosos roscones de Reyes del bañezano Conrado, como explicaba en sus palabras, con una vocación solidaria muy clara: dar de comer a niños pobres en África, una situación que el leonés conoció en su estancia en Etiopía, haciendo un voluntariado. Un éxito pues con este negocio —en el que trabajan treinta personas— está dando de comer en la actualidad a alrededor de dos mil niños en Malawi y Zambia.

El local fue un éxito, no solo para los numerosos emigrantes leoneses en Alemania, también para los alemanes que conocieron la gastronomía, la cultura de la tapa y la costumbre de llevar comida para casa. El negocio fue creciendo y el sistema puesto en marcha para la solidaridad fue la fórmula de hacer una donación por cada producto vendido (un euro cada tres ventas) a una ONG que se encarga de que los citados niños de países africanos les llegue la comida. Entre mejor les vaya a los leoneses (que ciertamente les va muy bien) más niños pueden comer en Malawi y Zambia y más satisfechos se encuentran esta pareja de leoneses que un buen trabajo y buen sueldo no les parecía suficiente... necesitaban algo más. Solidaridad.