En el café-bar Diario de Valencia de Don Juan se presenta una exposición de Antonio Herero junto con la ceramista Chencha Herrera, con cerámicas relacionadas con el vino añadiendo objetos como tapones en las obras y realizando con ella un homenaje al vino prieto picudo. La exposición seguirá hasta el día 20 de septiembre.
Antonio Herrero pertenece por derecho propio a ese grupo destacado de creadores que integraron la renovación de la cerámica de León en los años setenta-ochenta, y que supuso un punto de inflexión de gran significación en este territorio plástico, planteando en cierto sentido un puente, aunque con personalidad propia, de la singular herencia de la cerámica artística española encabezada por personalidades de la categoría de Llorens Artigas, Antoni Cumella, Arcadio Blasco o el leonés, poco conocido, pero uno de los ceramistas más interesantes de los años 60, Antonio Díez (Antón) polifacético creador, hermano de Luis Mateo Díez.
Antonio Herrero se formó en la Escuela de Magisterio de León y posteriormente cuando vivía en las islas Canarias (donde se trasladó para trabajar de profesor) se gradúo como maestro de taller de cerámica. En León, después de residir una temporada en Molinaferrera, impartió durante años talleres didácticos de cerámica en colegios públicos de León como la Palomera, actividad de una gran importancia en la difusión y conocimiento de la cerámica, así como por su utilización como técnica soporte de materias transversales (algo inédito en estos años). También formó parte de los equipos artísticos multiprofesionales de la Diputación de León con Alberto Pérez Ruiz; colectivo interdisciplinar que realizaba diversas actividades culturales y talleres por el verano en diferentes localidades de la provincia aproximando la cultura activa realizada por creadores. En estos equipos trabajó también Begoña Martínez, José Antonio Sarmiento, Santos Hinojal, Isabel Moya, entre otra mucha gente, también participaba en la coordinación y en la sección cinematográfica el singular y pionero del medio audiovisual recientemente fallecido Ursicinio Sánchez (Ursi), una figura clave de la cultura. Antonio sigue la pauta esencial de su pensamiento, vida y arte son dos caras de la misma moneda, inseparables, motivo por el cual mantiene actualmente la actividad artística y didáctica.
La exposicion del Diario
Antonio Herrero presenta, como en los últimos cuatro veranos anteriores, una reducida pero destacada muestra de sus últimos trabajos, en uno de los lugares más especiales y emblemáticos de Valencia de Don Juan, el Café Diario, uno de los primeros lugares en acoger actuaciones de varietés y conciertos en la localidad. La muestra se podrá ver por las tardes a partir de las 19 horas, exceptuando el miércoles que cierra el establecimiento, hasta el 10 de septiembre. Antonio vuelve y recala todos los veranos a su espacio vital y germinador, para recargarse humana y espiritualmente. Valencia de Don Juan es ese mágico lugar donde se reencuentra con amigos de infancia y juventud y también con algunos compañeros de viaje, entre ellos Toño (el peluquero), un personaje silencioso, sigiloso, solitario y cultivado, que frecuenta y se deleita con los más diversos actos culturales.
En este caso que nos ocupa parte de un sencillo pero curioso homenaje a la uva tinta prieto picudo con denominación de origen de la zona y en concreto a los sistemas de embotellado del producto. Toma dos elementos de referencia, por un lado, la botella de cristal industrial de color verde esmeralda que dialoga con formas cerámicas adheridas al volumen generando construcciones que expanden el volumen del vidrio fuera de su configuración formal, generando una tensión plástica de gran interés; lo traslúcido, brillante frente a la denso y matérico dos realidades que se confrontan y funden al mismo tiempo. Por otro lado, en un conjunto de construcciones en relieve, utiliza un elemento clave del embotellado, el tampón, utilizando dos modelos diferenciados, el de corcho natural de color ocre y el tapón de plástico de color rojizo. Son composiciones muy básicas y esenciales de expresión, plenamente abstractas, dando un protagonismo fundamental al círculo y el cilindro que en ocasiones dialoga con la línea o la ruptura de la forma pura circular. El círculo surge como símbolo básico de inestabilidad y movimiento potencial, un movimiento que se define como ondulante o concéntrico interior y exterior según el ordenamiento de elementos. También se potencia el dinamismo de la composición por los colores utilizados que se tensionan al exterior o introducen en el plano en un diálogo de interrelación de colores, incorporándose un cierto sentido aéreo en las piezas.
Sin duda una muestra que nos facilita otra forma de aproximarse y entender la cerámica actual.