Ciberataque contra puteros y chulos

«Pasion.com está sufriendo un ciberataque sin precedentes con el objetivo de acabar con la página. Estamos trabajando para restablecer el servicio y volver a la normalidad lo antes posible. Te recordamos que esta página nunca envía mensajes por whatsapp, por favor, ten mucho cuidado con este tipo de mensajes...».
Este es el texto que puede leerse al acceder a la citada página web, considerada la mayor página de prostitución de España, con una ‘oferta’ por provincias en la que, por ejemplo, en el caso de León —centrada fundamentalmente en pisos de la capital y Ponferrada— aparecían más de 200 entradas dedicadas a la prostitución femenina y alrededor de cien en el apartado de transexuales y travestis. Esta elevada oferta ha hecho que se haya definido a esta página «como el mayor club de alterne abierto del mundo».

En el inicio de la pandemia, cuando se reabrió el debate de los llamados clubs de alterne o de carretera, sobre si cerrarlos o no, una de las mayores activistas contra la prostitución y especialmente contra la explotación y semiesclavitud que acarrea y partidaria de perseguir a los puteros, la cineasta Mabel Lozano, había sido muy contundente al afirmar en una entrevista de Cristina Díaz en el suplemento Yo de El Mundo: «La prostitución sigue funcionando en plena pandemia porque el demandante de sexo de pago, el prostituyente, sigue buscando triquiñuelas para ir. Son pisos que están a nombre de particulares y para la policía es difícil localizarlos. Hay mucho kamikaze que continúa yendo, porque si es un putero, es un puteros. Las mujeres tienen que hacer lo que el hombre diga porque tienen al proxeneta al lado las 24 horas del día» y añade: «Solo hay que meterse en páginas como pasion.com, que es donde se anuncian las mujeres, y se ve que hay muchísimo movimiento».

Esta es la página que permanece cerrada después de un anónimo ciberataque. Una web en la que al margen de «perfiles» absolutamente terribles para atraer a ‘los prostituyentes’ —como les llama Lozano— aparecen con frecuencia fotos con un mensaje bastante poco subliminal, como es un corazón hecho con cocaína y un billete de 50 enroscado que la va consumiendo para llegar a una anónima nariz bajo el epígrafe de «fiesta blanca». Blanco y sin botella... La cruz de la noticia tal vez sea las últimas palabras que ahora pueden leerse en la web: «Volveremos pronto».