- ¿Y es un arte?
- Claro que lo es, porque para hacerlo bien te tiene que gustar.
Quien responde no es Víctor, sino Justo, que de paso recuerda que hay que hacer «las cosas bien: Cortar los espinos, vilortas de palera, poner los hincones,perfilar al milímetro las medidas... pero ahora está todo abandonado, si ni siquiera te dejan hacer las cosas».

No lo sé. Lo que sí está claro es que el libro ‘Sebes, los paisajes culturales leoneses’ que recoge e ilustra todos estos años de estudio es un trabajo impagable. «Me ha preocupado, y mucho desde niño, en las dos facetas, en el trabajo de campo y también recurriendo a la bibliografía existente, más bien escasa y muy diseminada por artículos de todo tipo, aunque sí he encontrado algunos trabajos muy interesantes, como el de el zoólogo Ángel Hernández, relacionando la fauna y las plantas de las sebes en un espacio emblemático, el del Torío».
Hablaba Justo Rodríguez de las sebes en su etapa en activo (desde mediados del pasado siglo) y de cómo se hacían, pero es evidente que forman parte del paisaje desde tiempos uy lejanos que Víctor Casas lleva hasta hace entre cinco y siete mil años, en el caso de las sebes leonesas. «Son cierre muy sencillos para esas épocas y muy prácticas, para delimitar posesiones, para encerrar ganado, para pastar o segar».
- ¿Cierres sencillos?
- Hablamos de tiempos en los que se trabajaba el campo con mimo y sentido práctico. Se dejaban crecer los arbustos donde resultaba necesario y después se trabajaban.
- Ha desaparecido la costumbre de hacer sebes, ¿en todas partes?
- Ni mucho menos. Por ejemplo, en lugares tan lejanos como California se están haciendo muchas. Pero creo que no es un capricho o una moda, para muchos estudiosos es práctico y positivo recuperar las sebes.
- ¿Cuál ha sido el gran enemigo de las sebes?
- Es evidente que la agricultura intensiva ha acabado con todo tipo de cerramientos y otros elementos vegetales.
- Y en León, ¿qué documentación hay sobre las sebes?
- Pues, por ejemplo, que se sabe que después de las guerras contra los árabes llegó una forma de gobernarse nuestros pueblos en base a los concejos y en ellos se establecen normas claras sobre cómo podarlas o, incluso, las multas que se imponen a quienes las dejan caerse.
- ¿Cómo están repartidas por León, igual por toda la provincia?
- No, claro, acorde a los usos de cada zona. Donde más abundan en la actualidad es en la media montaña.
- ¿La más rica en sebes?
- En el Torío y también en el Bernesga, aunque son más desconocidas.
- ¿El gran enemigo?
- La concentración parcelaria y también la mirada de mucha gente, que se empeña en verlo como algo arcaico, pasado de moda y no es verdad.
- Cita en el libro muchos nombres.
- Claro, fruto de la gran variedad lingüística de nuestras comarcas. Te diría unas cuantas: subiao, beirón, valladar, cierro... hasta veinte acepciones o más tengo recogidas.
Todo un mundo o, en palabras de Justo Rodríguez, todo un arte.