Los clones

Por José Javier Carrasco

07/10/2023
 Actualizado a 07/10/2023
El escritor Juan Pedro Aparicio. | JUAN LÁZARO (ICAL)
El escritor Juan Pedro Aparicio. | JUAN LÁZARO (ICAL)

Rellenó la última palabra del crucigrama, «malagueño», que correspondía a la definición «Picasso lo era», y repasó las palabras nuevas en un intento de retenerlas en la memoria, una operación que le parecía condenada al fracaso. Ese mismo crucigrama, dentro de una semana, le costaría terminarlo idéntico esfuerzo que hoy. Su capacidad de retentiva iba a menos desde hacía un tiempo. Se diría que su mente estaba en otra parte. ¿Pero dónde? Dejó resbalar la mirada al pie de la página, hasta el horóscopo. Nunca lo leía, ni comprendía qué buscaban los que sí lo hacían. ¿Realmente había personas tan majaderas como para seguir aquellas recomendaciones? Así todo buscó un signo cualquiera y leyó: «Intenta abrirte un poco más a los demás, sobre todo para sacar esa rabia que llevas dentro y que por momentos te absorbe por completo». La típica frase destinada a un escorpión, el signo considerado de los negativos por excelencia. También de los creadores geniales.


De pronto sintió el deseo de averiguar si Picasso había sido escorpión. Tenía una vaga idea de haber leído en alguna parte que sí lo era. Pero quizá estuviera equivocado. Era otra prueba más de que su memoria fallaba. Cerró el periódico y encendió el portátil. Su búsqueda de «famosos con el signo escorpión» arrojó sobre la pantalla un mosaico de caras de actores y cantantes. Hizo resbalar el ratón por la alfombrilla. Le llamó la atención que Jodie Foster fuera escorpión.

Aquella mañana, paseando al perro, se cruzó con una mujer que le recordó a la actriz americana. En las detenciones obligadas en todos los árboles del paseo que el perro le imponía para olisquear las señales que habían dejado otros perros, la recordó en su primer papel en ‘Taxi Driver’. Le perdió la pista hasta ‘El silencio de los corderos’. Habían pasado unos cuantos años, pero allí seguía, metida en parecidas historias escabrosas.


El perro se cansó de oler aquel árbol y le arrastró hasta la siguiente parada, y él se olvidó de Jodie Foster y de lo que motivó que le viniese a la memoria. Hasta ahora. La fotografía de la página web la favorecía. Ninguna tensión en un rostro satisfecho por la madurez alcanzada. Si la actriz se mostraba satisfecha de sí misma tanto mejor para ella. La mujer que se encontró esta mañana también parecía sentirse satisfecha, a gusto en su piel. Quizá las dos vivían realidades paralelas y se enviaban a kilómetros de distancia señales como las que recibía su perro. Quién sabe si no había unos cuantos clones suyos repartidos por el mundo que sentían lo mismo que él y que en aquel momento examinaban una fotografía de Jodie Foster. Además de olvidadizo, desvariaba. Planteó otra búsqueda más concreta, la fecha de nacimiento de Pablo Picasso.

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