El leonés Luis Prieto Prieto pertenece a la Red Española de Maestros de la Construcción Tradicional, es patrono de la Fundación Culturas Constructivas Tradicionales, experto en ténicas como bóvedas encamonadas, escayola, esgrafiados, estucos, pavimentos de cal o yeso, pintura a la cal, pintura al fresco, revocos y enlucidos o yeserías; por lo que ha recibido numerosos reconocimientos. Todo un referente cuyo nombre es un gancho suficiente para realizar actividades como las que estos días viene desarrollando en el casi despoblado pueblo de Valporquero, el II Curso de Suelos Tradicionales de Cal y Yeso, al que han acudido alumnos de diferentes países —como México— o personajes conocidos, "además de pintores, albañiles y gentes del oficio". Están enfrascados en "realizar una terraza de cal completa con suelo de cal y una interior con yeso"; además de visitas a la Cueva de Valporquero —"la garan roca caliza"— o a caleros como el de Felmín.
- ¿Deberían tener más presencia materiales hoy denostados como lacal y el yeso?
- No lo dudes. Hay que partir por reconocer un gran error, hemos creído demasiado en el cemento y su presunta modernidad, denostando la cal, un material que, como el vino, gana con el tiempo. La de hace un año es mejor que la actual y la de hace cinco años mucho mejor que la de hace un año, pero la cal de verdad, no la que nos están vendiendo... Desde la Fundación Culturas Constructivas Tradicionales, con iniciativas como este curso, buscamos dar continuidad a la maestría que ha permitido diseñar, construir y conservar los lugares que más admiramos.
Y sabe de lo que habla el maestro leonés, afincado en Madrid, pues él mismo ha participado en restauraciones como la de la Casa del Greco, en Toledo; el Museo Romántico de Madrid o restauración de pilastras en imitación a mármol en zaguán de entrada del Museo Lázaro Galdiano; por citar algunos ejemplos.
El leonés, que curiosamente es licenciado en Medicina, asegura que llegó a este mundo de la construcción tradicional por tradición familiar, ya que "el abuelo, Amador Prieto, regentaba en León la Droguería Prieto, donde se elaboraban pinturas y todo tipo de productos de química popular. Mi padre, Agustín, fue pintor en su taller de pintura Agustín, conocido como El Botas" y después ha ido adquiriendo por interés propio una sólida formación: diplomado en pintura cerámica por la Junta de Castilla y León; diplomado en aerografía y dibujo publicitario por la Escuela de Diseño Industrial de Madrid, diplomado por el Instituto Superior de Pintura de Bruselas Van Der Kelen y Logelain y diplomado en estucos antiguos por el centro internacional de formación Les Ateliers du Beaucet, en Francia, además de numerosos viajes por medio mundo.
Y estos días en Rodillazotrabajando con materiales tradicionales, visitando caleros, enseñando a apagar la cal viva, predicando con el ejemplo y reivindicando aquellas formas de hacer artesanales y tradicionales e incorporando "el conocimiento histórico del marco real donde estas artes tuvieron su apogeo, un poco de química y un mucho de estética".
Todo un maestro.