Con el teatro a cuestas

Teatro Cómico es una compañía ambulante de comedias que desde hace años recorre en verano un buen número de pueblos de la provincia de León

Fulgencio Fernández
26/07/2015
 Actualizado a 12/09/2019
Los pueblos amanecen empapelados con el anuncio de la obra de la compañía Teatro Cómico, cada día un pueblo, una aventura nueva. | F. FERNÁNDEZ
Los pueblos amanecen empapelados con el anuncio de la obra de la compañía Teatro Cómico, cada día un pueblo, una aventura nueva. | F. FERNÁNDEZ
Un coche recorre las calles de Pola de Gordón anunciando una obra cómica para aquella misma noche:‘Enchúfame la goma butanero’. A los mandos del vehículo, manejando la megafonía, el mismo personaje que unos minutos más tarde despacha las entradas en la taquilla y, unos minutos más tarde, quien conducía el coche y vendía las entradas es el actor principal de la obra, el butanero, el que levanta las risas del público con los enredos y malentendidos entre este butanero y la escultural joven a la que va a cambiar la bombona. Frases cargadas de doble sentido sobre la manguera del butanero, la longitud de la misma...

- Es para que la gente se ría, en realidad la joven escultural es mi hija Estíbaliz; explica el de la propaganda, el de las entradas y el actor principal de la obra, García.

- Y eso no es todo, también el texto de las obras es mío, sino gana más la SGAE que nosotros; explica.

García es el patriarca de la saga pues este teatro ambulante es en realidad una familia "y lo fue más pues también formó parte del cuadro de actores mi madre, ya fallecida", explica la citada Estíbaliz García, la actriz principal, aunque "los cinco que componemos la obra tenemos papeles bastante similares, no es fácil encontrar obras para cinco actores, cómicas, que le gusten a todos los públicos, y por eso yo las  adapto a las características de la compañía y a los tiempos que corren, que no están para tirar cohetes".

Llevan los pueblos seguidos, uno tras otro. Un día se anunciaban  en Villamanín, después en Pola de Gordón, La Robla, en algunos de ellos hacen dos funciones, "y después vamos bajando hacía otras comarcas, también llevamos unos años acudiendo al Bierzo, donde no nos va mal".

- Que no quiere decir que nos vaya bien;afirma García, quien explica que «cobramos un precio absolutamente asequible, cinco euros, y con eso vamos tirando. Haz tu las cuentas si hay pueblos en los que nos encontramos con veinte o veinticinco personas».
Y reconoce que, alguna vez, le sale la rabia. "Me pasó el otro día. Hicimos la obra en un pueblo, habría veinte personas, y al acabar estaban en el bar del mismo salón donde hicimos la obra un buen número de mujeres jugando al parchís. No me contuve y les pregunté, ¿aquí que tienen obras de teatro casi todos los días?Porque al parchís sí pueden jugar todos los días...".

- No son buenos tiempos para estas cosas;concluye el bueno de García, quien reflexiona para sí mismo:"Si no fuera porque este veneno se te mete dentro y no hay ninguna posibilidad de sacarlo ya se podía ir todo a la porra...".

Y es que la de García ha sido una vida dedicada al teatro y a este tipo de teatro ambulante desde siempre, desde niño. "No he conocido otra cosa", explica.

- Bueno sí he conocido otra cosa, y otros tiempos. He conocido a este grupo siendo una gran compañía que recorría toda España, con nuestros carromatos, con nuestras carpas, con más de veinte personas formando parte de la compañía. Es cierto que no serían buenos tiempos pero nos estaban esperando en todas partes, se llenaban los espectáculos y aunque era una vida dura, de aquí para allá, con apreturas... nos encantaba, éramos los eternos cómicos, aquellos que llamaban los cómicos de la legua que, de alguna manera, lo seguimos siendo los pocos que resistimos contra viento y marea".

Llevo toda la vida en esto, ya he hecho de todo, ya lo he visto todo, pero nunca nos han apretado tanto Estíbaliz García —que también colabora en montar y desmontar  el escenario antes de ser la joven ingenua que no entiende muy bien lo que le cuenta el butanero cuando le habla de su manguera—corrobora la versión de García, su padre. "Yo no he conocido otra cosa. Desde que era una niña mi padre y mi madre se dedicaban a esto del teatro,  viajaba con ellos, me encantaba, pronto comencé a aparecer en las obras. Es un trabajo precioso, pero es cierto que no corren buenos tiempos para este tipo de espectáculos y, encima, estamos más perseguidos que si nos dedicáramos a esto a gran escala. Es cierto, no corren buenos tiempos para los cómicos, más bien corren muy malos tiempos".

Sí reconoce que disfruta mucho recorriendo pueblos y haciendo teatro. "Ese momento en el que se sube el telón y comienza la obra es impagable, ver a la gente reírse y disfrutar en las butacas de los teatros es algo que compensa tanto sacrificio y esta vida que llevamos".

Nací en el teatro, es lo que he visto hacer en casa siempre, me encanta, pero corren muy malos tiempos  Esta vida que llevamos a la que se refiere Estíbaliz García es un nuevo modelo de compañía, de tan solo cinco personas que hace de todo, que viajan en sus caravanas y aprovechan para hacer la obra en los pueblos que tienen algún tipo de salón para llevar a cabo su representación. "Y menos mal que los pueblos nos lo suelen ceder y nosotros ponemos las entradas baratas, porque hay algunos que, encima, ellos quieren ir a comisión, que ya es el colmo de querer aprovecharse".

Allí quedan, con los enredos del butanero y la ingenua, que son realmente padre e hija. Los espectadores, como más de treinta, disfrutan y ríen con los enredos, sobre todo los mayores. A la puerta los chavales, sentados en la escalera, se mandan wassaps y también ríen.

Cada cual vive su comedia.
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