Con la mano izquierda

El Edificio Botines acogió en la tarde del lunes la entrega del 53 Premio Libro de Cuentos ‘Fundación MonteLeón’ , que recayó en el joven autor catalán residente actualmente en Ginebra, Iván Vallejo Vall, por la obra ‘Entropías personales’, que supone la primera incursión en la narrativa de este joven ingeniero de Telecomunicaciones, que también tiene publicado un libro de poemas en catalán titulado ‘Itineraris’ y una obra de teatro, 'Món animal’, estrenada en 2011 en el Teatro Zorrilla de Badalona.

Iván Vallejo recibió de manos del gerente de la Fundación MonteLeón, Francisco José García Paramio, los 6.000 euros con que está dotado el premio y la edición impresa de la obra ganadora que ha corrido a cargo de Eolas Ediciones, cuyo responsable, Héctor Escobar, estuvo presente en el acto de entrega al igual que el presidente del jurado y ex director general del Libro, el leonés Rogelio Blanco.

En su intervención Iván Vallejo agredeció al jurado que apostara por su obra, sobre todo tratándose de su primera incursión en la narrativa, e hizo lectura de un pasaje de uno de los relatos que conforman ‘Entropías personales’ y que hace referencia a un escritor que está redactando su autobiografía y tiene algunas dificultades en determinar en qué momento de su vida empezó a considerarse a sí mismo como escritor. Según la prensa literaria a partir de su segundo libro. Según su mujer cuando empezó a ganar dinero de manera regular por sus escritos y el montante anual superó un determinado umbral. Según la mayoría de lectores tras recibir un premio importante por su tercer libro y aparecer en un programa de tertulias televisivas. "No sé en qué punto estoy en lo de ser o no ser escritor, pero lo que sí estoy seguro es que este premio es para mí una ayuda y un paso adelante en ese camino de considerarme escritor, particularmente de narrativa", reconoció el autor de ‘Entropías personales’, que quiso dar algunas claves de la obra ganadora para animar a su lectura, claves que pasan por la duración, pues se trata de un libro que se ha gestado a lo largo de nueve años, escribiendo el primer relato durante su estancia en Brasil y continuando al ritmo de un relato por año. "Ha sido un proceso de maduración, donde los relatos, al igual que los vinos, han encontrado su sitio". Otro elemento de interés para el autor ha sido el hecho de poder trabajar con diferentes técnicas, que a su juicio es lo que requiere el relato corto. "Intentar empezar desde cero cada relato, no dar nada por asumido y repensarlo todo, desde lo que quieres contar hasta cómo contarlo. Es lo que Juan José Millás expresaba como ‘escribir con la mano izquierda’, estar siempre suficientemente inseguro como para darte cuenta de todo lo que haces y que cada cuento tenga su propia singularidad». Y por último, «más que contar cosas intentar que esas cosas pasaran en los relatos, algo que he aprendido del teatro".