Esther Bajo y Joaquín Revuelta
Editorial Reino de Cordelia
Ensayo
224 páginas
17,95 euros
Fue hace unos meses, la última vez que viajé hasta León para participar en un encuentro literario, cuando evoqué públicamente que mis primeros recuerdos cinéfilos estaban asociados a un cine de barrio leonés: el cine del Crucero. Alguien me preguntó entonces si los espectadores teníamos que llevarnos el taburete de casa o si la sala ya tenía butacas. Unos meses después, sigo sin tener muy claro que en sus orígenes aquel cine careciera de asientos o que el desconocido que me interpeló al respecto quisiera tomarme el pelo.
Hay otro recuerdo relacionado con León y con el cine en la cartuchera de mi memoria. Aconteció a finales del siglo pasado, cuando el destino me vinculó temporalmente con la ciudad y me empezó a insinuar los caminos de la Literatura. Fue una noche otoñal de diario y en un cine de la avenida José María Fernández, que estaba cerca de una discoteca que recuerdo porque una noche de domingo entré, sin saber dónde me metía, a tomar una copa y una señora que casi me doblaba la edad me sacó a bailar.
Pero no quiero hacer alarde, una vez más, de mi proclividad a la divagación; estaba hablando de cómo adquirí una entrada sin mirar siquiera la cartelera, luego me acomodé en una butaca central de la sala vacía y es lo último que recuerdo, porque tanto debí acomodarme que solo me desperté cuando un empleado del cine vino a avisarme de que iban a cerrar.
Mi tercera y última (por ahora) relación con el cine leonés ha tenido lugar estos últimos días, cuando ha caído entre mis manos el libro sobre el que hoy quiero escribirles.


Nos advierte José Luis Rodríguez Zapatero en su prólogo de que los lectores no se van a encontrar solo con la historia del Cine Club Universitario de León, sino que las páginas de este libro albergan «la historia de una generación, de cómo se formó, intelectual, cultural, políticamente, la primera generación de españolas y españoles llamada a transitar a lo largo de toda su vida adulta en democracia».
Y no solo se va a encontrar con eso. De una forma absolutamente dinámica, ágil y concisa, Esther Bajo plasma en cada capítulo su visión de una década que cambió la historia inmediata de España, pero que también sitúa con precisión momentos fundamentales de la época en la esfera universal. Y lo hace yendo de lo local a lo general, de lo regional a lo continental, de lo nacional a lo leonesista, con una habilidad como de anguila escurridiza, hasta conseguir algo muy difícil: hacernos reparar en infinidad de acontecimientos, de conflictos, de situaciones que por mucho que fueran conocidas, para muchos permanecían relegadas: Y, así, este libro se convierte en nevera donde refrescar la memoria.
Mientras diluvian títulos de películas (y se nos desvela la azarosa vida del Cine Club, su afán de supervivencia, la tenaz cruzada que Benigno y Joaquín llevaron a cabo, sus distintas ubicaciones, la maquinaria de que dispusieron para realizar sus proyecciones o cómo una inundación –nunca se ha podido luchar contra los elementos– estuvo a punto de ahogarlo), también rememoramos detalles de la incipiente vida universitaria leonesa, de las reivindicaciones políticas de un territorio que reclamaba su carácter diferencial, de las huelgas de distintos sectores. Luego Esther abre el compás y nos recuerda la sangrienta huella etarra, el 23 F o cambia de tono y nos habla de «la movida» o de otros movimientos culturales que marcaron a una generación. Esa generación de La Transición y del acceso a la vida democrática que hizo la revolución desde la creatividad y las ideas, plasmándolas en las más variadas manifestaciones artísticas, si bien «el cine es el gran arte del siglo XX», como asegura Eduardo Aguirre en su presentación y «que se puede hablar de cine, sabiendo que además estamos hablando de la vida».

Una de las máximas del cine es que debe entretener. Esther Bajo y Joaquín Revuelta se han aplicado el cuento y lo han llevado aún más lejos, enseñándonos y haciéndonos reflexionar.
Como esos haces de luz que surgen difusos y empolvados de un proyector hasta concretarse en una pantalla, este ensayo proyecta con nitidez la historia de una década, la de los ochenta del siglo pasado, que fue fascinante en León y en otros muchos puntos del planeta. Una década de película.
José Ignacio García es escritor, crítico literario y coordinador del proyecto cultural ‘Contamos la Navidad’.