Entre las historias de esta semana para la historia de la semana se ha colado un nombre conocido por todos y cercano para esta casa: Mauricio Peña, nuestro fotógrafo desde el número 1 de La Nueva Crónica, como lo fue desde el número 1 de la vieja La Crónica y no lo fue desde el número 1 del Diario porque tendría que tener para ello unos 130 años y entonces sería noticia en el apartado de los más longevos del mundo.
En una decisión nada contestada de la alcaldía se habla de todo, ha retratado la ciudad, el fin de la minería, la marcha negra, Riaño y su foto icónica, la Semana Santa, los ascensos (y más descensos) de la Cultural... en fin, las noticias, todo lo que ha sido noticia durante casi 50 años. De ahí ese nombre nuevo para los foteros convertidos en fotoperiodistas.
Pero tal vez a una profesión, a un profesional, le defina y le ennoblezca tanto (yo diría que más) alguna historia que pasó desapercibida o tal vez se haya olvidado.
Por ejemplo. Era el verano de 2007, el famoso Pacto Cívico se llevaba cada día la portada, muchas páginas, las conversaciones de cafe, la mala leche (que no ha pasado), la autonomía propia (que no ha llegado)y la pregunta cuando se acercaba la hora de hacer la primera página era «¿Mauri, qué tienes de la movida derl Ayuntamiento?».
Pero aquel día Mauri sabía —desde que disparó e incluso antes cuando él vio la foto antes de hacerla— que tenía «la foto». Yla puso sobre le mesa, un niño saharaui de mirada triste y el desierto metido en sus ojos. «¿Pero esto no es del pacto?».
Aquel día peleó la primera como pocas veces le he visto (la de Vicente y Paz en Riaño no fue portada). Argumentó: «Éste y otros siete niños regresarán al desierto si no aparece una familia para ellos».
- ¿Tienes foto del grupo?
- La foto es ésta.
Y salió en primera. Y el niño encontró una familia y en el aluvión de llamadas para el niño de la mirada triste encontaron casa los otros siete.
Seguramente en la concesión de la Medalla no estuvo esta foto en el argumentario. La medalla ya había sido aquella llamada para acoger al niño.