El Sil es un río que recorrerá, tras su nacimiento, las comarcas de Babia, Laciana y El Bierzo, antes de llegar a tierras gallegas para labrar el paisaje encajonado de la Ribeira Sacra, donde aportará al Miño su abundante caudal, en las proximidades de la localidad ourensana de Los Peares, y hacer así cierto el popular dicho: «El Miño lleva la fama y el Sil le da el agua».
Para llegar a las fuentes del Sil se parte de la localidad de La Cueta, un encantador pueblo de la comarca de Babia, que es el de mayor altitud de la provincia leonesa, al situarse a 1.442 metros de altura, localidad a la que no le faltan atractivos y que constituye el punto de partida a muchas e interesantes rutas y ascensiones, que indudablemente cautivarán a montañeros y senderistas.
Llegar a los altos manantiales donde brotan las primeras aguas de este significativo río, exige un recorrido de unos 15 kilómetros con 500 metros de desnivel positivo, que se realizan de forma amena y a través de un paisaje de alta montaña, que sobrecoge en todo momento y que asegurará estampas inolvidables. Si está despejado la orientación no es dificultosa, pero siempre es recomendable llevar instrumentos cartográficos, que permitirán disfrutar aún más del recorrido, y contar con la ruta prevista grabada en el dispositivo GPS que se utilice habitualmente.
En invierno la nieve es abundante y crea un escenario perfecto para los esquiadores de montaña y aquellos senderistas, que, con la ayuda de las raquetas de nieve, deciden hacer alguno de los muchos itinerarios cercanos que se pueden planear en ese entorno. En el caso de la ruta que se expone, se debe esperar a que se retire una buena parte de la nieve, por tanto, es en primavera avanzada cuando resulta especialmente atractiva, y también en verano, cuando los altos pastizales se pueblan con el ganado llegado de otros lugares, al ser destino final de las cañadas, cordeles y veredas de las vías pecuarias, que allí hacen llegar a las ovejas trashumantes, en la ancestral peregrinación pastoril que hoy se trata de poner en valor con proyectos de recuperación.
La ruta se ha realizado junto a compañeros con discapacidad visual con la ayuda de barras direccionales sin suponer riesgo alguno, podría ser factible también el recorrer parte de la misma con sillas adaptadas todoterreno, salvo si se decide aprovechar la ruta para subir la cercana Peña Orniz, ya que presenta algunos tramos con dificultad y precisaría de otro tipo de planteamiento.
Se estacionarán los vehículos en la localidad de la Cueta. Antes de entrar en el pueblo se puede ver un cartel explicativo donde se puede dejar algún vehículo más grande.
Desarrollo de la ruta
Se debe cruzar andando la localidad, pasando por el molino de la Cobrana, donde algún vecino explica que también sirvió para generar corriente eléctrica con la que se abastecieron las primeras necesidades energéticas del pueblo. El camino sale por un buen firme desde La Cueta, remontando el río y pasando acto seguido por la majada del Miro y más adelante la de Bustusil, donde la ruta cruza el cauce por el puente del mismo nombre y, poco más adelante, el agua sorprenderá a los caminantes brotando de la misma montaña en la fuente de Bocanegra.
Se ve que hay un camino que viene a la derecha, al otro lado del río, se trata el itinerario de regreso, por ello es conveniente estudiar el caudal (especialmente en época de deshielo) para cruzarlo por el lugar más apropiado a la vuelta.
Se asciende por la margen derecha del río, por un camino ya más estrecho y que buscará las anchas praderías de Cebolleu, que se cruzarán hasta su límite de mayor altura para ir ya en dirección este, a través de sendas estrechas, a la majada de Covalancha, con su chozo-refugio, y que constituye el punto donde ya se habrán recorrido los primeros cuatro kilómetros de la ruta.
Se ven en el recorrido algunas señales deterioradas (postes de madera) y algunos hitos, que encaminan a la ladera sur del Pico Cuetalbo, que se flanqueará siguiendo alguna de las muchas veredas ganaderas y por la que se pasa a través de otra majada.
Se llega a las fuentes más altas, lugar del nacimiento del Sil, en la cota de los 2.000 metros, y desde donde se ve la cercana y afilada cumbre de Peña Orniz (2.191m.), desde un punto en el que se podría ascender con facilidad, si se cuenta con tiempo suficiente sobre las previsiones que se hayan estimado, teniendo en cuenta de que hay que subir un desnivel a mayores de casi 200 metros y que incrementará en casi dos kilómetros la ruta. De decidir acometer el ascenso, el esfuerzo se verá recompensado por una cumbre que se asoma al Parque Natural de Somiedo, y que ofrece espectaculares vistas de muchas cumbres conocidas, como Torre de Orniz, los Picos Albos, Peña Chana, la Sierra de la Mortera, el Cuetalbo, la Peña Calabazosa, el macizo de Ubiña en su totalidad, etc. También la Laguna de Congosto o el Lago del Valle, que acapararán buena parte de atención y fotografías.
Se inicia el descenso por el fondo del valle que surca el incipiente Sil, a través de praderas de alta montaña, ascendiendo ligeramente sobre el fondo del valle tras cruzar restos de antiguos corrales y llevando la cuenca a la derecha, buscando caminos más marcados con el propósito de acercarse hacia el sur, para subir el cercano collado de La Cueña, desde donde se puede contemplar la Laguna de las Verdes y el Montihuero, para ya seguir descendiendo progresivamente por unos paisajes que aún sorprenderán por sus dolinas y algunas cascadas, antes de regresar a las praderías de Cebolleu, con el Sil a la derecha hasta cruzarlo por el punto que se había estudiado al subir, tras pasar por la Fuente Bocanegra.
Se desciende sin más complicación hasta La Cueta, por el tramo de camino ancho, despidiéndose de una ruta intensa y muy montañera, que sin duda invitará a volver en otra ocasión para realizar cualquiera de las muchas rutas que se pueden proponer por esa zona.