Sus imágenes tienen vida y color, como dice él, «sobre todo después de la pandemia». Y sobre el título comenta lo siguiente: «Mi locura es hacer lo que me apetece, soltar todo lo que tengo dentro. Para mí es una terapia, otros van al psicólogo y yo me dedico a pintar, ahí suelto todo».
En este mundo que presenta el autor hay figura, no es pintura abstracta pura, más bien expresionismo, hay todo tipo de bichos, como David Colinas afirma: «mis personajes, mis bichos como los llamo yo, son personas, animales, lagartijas, lagartos, elefantes, escarabajos, moscas, un mundo de lo más variado, donde hay de todo, es decir, la vida misma».
Para elaborar su obra la imagina en su interior y luego la pinta, como explica: «Pasa por el torbellino de la cabeza y lo que salga».
Los dos elementos que se reconocen en sus cuadros son la línea y el color. Sobre el segundo nos manifiesta: «el color lo trabajo siempre con los primarios y me gusta ir trabajándolo con las mezclas, por eso sale tan vivo, tan diferente, porque lo voy mezclando según trabajo, yo no parto de mezclas previas, parto siempre de los básicos: rojo, azul, amarillo, luego blanco y negro y a partir de ahí voy sacando mis composiciones».
Su técnica de pintar es mixta, pinta siempre con acrílico y lo que es la línea es óleo en barra.
Sobre la línea cuenta que es fundamental, «no utilizo la línea recta es un poco seguir la Naturaleza como decía Gaudí, que en la Naturaleza no hay línea recta».
Los animales que pinta pertenecen al universo de campo, todo tipo de bichos que te puedes encontrar en el campo.
Dice que en sus formas «hay mucho del tema prehistórico, de la pintura rupestre y luego volver a aquel momento en el que te intentaron domar cuando ya eras adolescente, que ibas dibujando y te llevaban donde ellos querían y es deshacer eso para volver a lo que hacías cuando nadie te decía nada, cuando lo hacías espontáneamente, es recuperar ese momento».
Lo suyo, como él dice es hacer terapia, aunque reconoce que «es una terapia inconsciente, ahí no hay conocimiento de que eso sea terapia, yo me meto en ese mundo y me encuentro feliz. Por eso yo creo que puedo seguir viviendo esa locura, que es una locura que me envuelve hasta que vuelvo a la realidad de la sensatez».
En sus cuadros se ven las figuras, pero no se aprecia un paisaje concreto, sin embargo, cree que si y lo aclara de este modo: «de un modo u otro, hay paisaje porque las figuras están en algún lugar, en la fantasía».
Presenta varios cuadros de gran tamaño y comenta que siempre ha tenido cuadros en formato grande, aunque antes la galería era pequeña y le impedía presenta obra de mayor tamaño y comenta: «para mí el ampliar la galería, tener este espacio, donde ya puedes ver obra grande, entonces yo lo necesitaba. Marga se asustó un poco pensando que iba a ser demasiado grande, pero no, queda muy bien así».
Ahora se ven muy bien los cuadros por el tamaño y la iluminación.
Reconoce: «mi trabajo está ya hecho y parece ser que la gente lo está aceptando bien incluso aquella que no entiende de arte, dicen «qué explosión de alegría, de color, un color tan primario como la línea. Espero que a la gente le guste y que disfrute con la obra colgada en la galería».
La exposición estará hasta el 27 de julio.