Del alma indefinida a los puentes azules

Teresa Mata ha sabido compaginar su actividad profesional con una actividad mucho más personal y pasional como es la escritura y la pintura

Mercedes G. Rojo
21/01/2020
 Actualizado a 21/01/2020
Teresa Mata en el homenaje de escritoras a Concha Espina. | NEMONIO
Teresa Mata en el homenaje de escritoras a Concha Espina. | NEMONIO
«... Se oyen los pájaros.
Es increíble
pero en León
a las ocho y media
de cualquier domingo
se oyen los pájaros.
Noto que la ciudad está viva».  
(Teresa Mata. Escritora).

Nuestra protagonista de hoy es Teresa Mata Sierra (Alcalá de Henares, 1965), otra de esas leonesas de adopción que, sin renunciar al lugar del que procede y en su caso en el que se formó, gracias a su larga estancia en nuestra provincia y a los vínculos que durante la misma ha ido estrechando con ella, hacen que reconozca sentirse como parte de esta. Catedrática de Derecho financiero y tributario en nuestra Universidad, que ha pasado por diferentes cargos de responsabilidad en varias Administraciones públicas, puede parecer que estos desempeños poco o nada tienen que ver con esa otra faceta artística (literaria o plástica, según los casos) de la que nos ocupamos en esta sección. Pero, como tantas otras personas, Teresa Mata ha sabido compaginar su actividad profesional «marcada por un sentido y fuerte compromiso con el servicio a los ciudadanos» con una actividad mucho más personal y pasional como es la escritura y la pintura.

Aunque no es nueva en esto de escribir pues, debido a su tarea docente, que lleva implícita una considerable labor de investigación para mantenerse al día y ofrecer siempre al alumnado lo mejor, cuenta con una amplia bibliografía publicada (más de una docena de libros relacionados con temas tributarios publicados en prestigiosas editoriales), en lo referido al aspecto más literario, de momento cuenta con apenas un par de títulos propios, aparte de una cierta obra dispersa en algunas antologías de carácter nacional y revistas especializadas en LIJ. El primero de ellos es su publicación poética ‘El alma indefinida’ (Editorial Torremozas, 2014). El segundo, ‘Hijos del puente azul’ (Ediciones del Lobo Sapiens, 2019), es un libro que nos lleva, a través del tratamiento literario y del tipo de ilustraciones que lo acompañan (de la también leonesa Noelia García Hernández), al mundo infantil, aunque la autora insiste en que «no se trata de un libro solo para niños, ya que también va dirigido al trabajo de padres y educadores».

Hace un tiempo nos recordaba Fulgencio Fernández, en una entrevista que le hacía con motivo de la presentación de este último, que el «puente azul» fueron –en periodo de entreguerras– aquellas escuelas para hijos de obreros sin recursos que luego abolió el nazismo. Al hilo de ello y del título de este su primer libro infantil, nuestra protagonista reconocería que ese «puente azul» es hoy el mar, «el mar como puente para llegar a lejanas tierras». Y, así, en el mismo, a lo largo de diez relatos basados en experiencias reales, algunas de las cuales conoce de primera mano, Teresa Mata nos cuenta la experiencia de otros tantos pequeños llegados a España desde países como Siria, Senegal o China para rehacer su vida e incorporarse a nuestra sociedad, representando sus historias diferentes «caminos en la búsqueda de las condiciones de una vida más digna y feliz, en la que, a veces, cada uno de nosotros podemos ser una luz y con ello compartir cada legítima esperanza»; historias en las que se entrelazan «los nombres que nos llevan a sus orígenes, como un alegato a esa diversidad que no debe perderse nunca, y que tanto nos debe enseñar y aportar a todos», en un canto a la diversidad que todo el mundo debería respetar y valorar y que, a su parecer, aborda «…la integración de los niños inmigrantes desde el punto de vista de los más pequeños».

Cambiando de registro, su de momento también primer poemario ahonda, de manera directa y muy cercana, casi a modo de obra de juventud en lo que a sinceridad con que se afronta y estilo respecta, en el propio ser, en lo que a este rodea y en esa dicotomía permanente de amor–desamor que es uno de los sentimientos más básicos que nos definen como personas y que sin duda es también uno de los motores que mueven el mundo. Y así, se nos mostrará un poquito más en esas diferentes partes que ha definido como: Del yo (yo misma); Del tú (en tantos tus); Del amor (entre tú y yo); Del desamor (en tantos nosotros), o Del resto (que también importa).

En cuanto a la otra de sus pasiones, la pintura, que en gran medida centra en el complejo mundo botánico, gran parte de ella está celosamente guardada en su colección particular y en las manos de quienes reciben de ella alguna de sus piezas, aunque también ha realizado exposiciones en lugares como la Casa Carnicerías o La Comunal del Val de San Lorenzo, ambas en nuestra provincia, y también en Palencia.

Literatura y pintura son, sin duda, dos de las facetas que conforman la personalidad de Teresa Mata a través de las cuales nos deja ver esa parte más íntima de lo que es, de lo que siente, de lo que hace, una parte que solo a partir del ejercicio de su profesión ha superado el pudor para mostrárnosla.
Archivado en
Lo más leído