A las puertas del Palacio de los Guzmanes, frente a un regalo de considerables dimensiones que adorna por estas fechas la capital provincial. Allí se sitúa desde este viernes una nueva escultura que invita a paseantes y curiosos a acercarse para descubrir. Un hombre fabricado con hierro posa sobre una caja de mismo material. En ella se esconde, como si nada, una parte de la infinita inmensidad del Universo.
"Representa a Mercator, un cartógrafo del siglo XVII analizando la tierra; es un homenaje a este hombre que realizó el primer atlas conocido", relata el escultor Amancio González: "Dentro de la caja, podemos ver la tierra desde la luna; es una especie de forma de colocar al espectador en nuestro satélite y vernos un poco desde allí". También, como señala, una manera de vislumbrar el diminuto tamaño del ser humano respecto al plano ecuménico. Una reflexión que al artista le hace trascender por entre las sombras de la realidad para enfrentarse a la oscuridad que encierra esta caja férrea.
Le acompañan la concejala Camino Orejas y el diputado Emilio Martínez, que también se asoman por el agujero, anhelando esa reflexión. Una que llega por iniciativa de los organizadores del Festival León Vive la Magia, ciencia oculta con la que el escultor encuentra buena vinculación: "Sobre todo ese efecto de trasladarte a otro lugar; no es lo que ves, tiene ese efecto visual que puede generar en tu cabeza una ilusión".
Y de ilusión se llena durante estas fechas la provincia de la mano de magos que hacen gala de sus mejores trucos, igual que Amancio hace gala de su destreza escultural. Varias decenas de cafés han hecho falta para alumbrar ‘La tierra vista desde la luna’. Multitud de dosis de cafeína y un par de manos para dar a luz a la escultura que es protagonista durante dos semanas en pleno centro de la capital. Todo en una muestra de que no son los tontos quienes viven de la ilusión, sino todos aquellos dispuestos a disfrutar en León de la magia de la Navidad.