El arte como prolongación de la existencia

Graciela García Robles es una artista de múltiples influencias, empezando por la de su propio padre, el reconocido vitralista Luis García Zurdo

Mercedes G. Rojo
15/03/2022
 Actualizado a 15/03/2022
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"El arte siempre ha estado, está y estará. Me maravilla el poder que tiene porque en él nos reflejamos todos (...) nos une. Lo necesitamos y lo demandamos, o lo vemos y lo celebramos."

Hoy nos acercamos a otra de nuestras excepcionales artistas plásticas, de la que pudiéramos decir que el talento le viene tanto por pasión y esfuerzo como por herencia. Y es que hablamos de la leonesa Graciela García Robles, hija del reconocido artista y vitralista Luis García Zurdo. No es mi costumbre acudir a las referencias familiares de aquellas personas de las que hablo pues considero que los méritos de cada quien son argumentos más que suficientes para defender el trabajo por el que ha de reconocerse, pero en este caso es la propia Graciela quien advierte que ser "hija de…" es uno de los aspectos que más marcan su profunda relación con el arte, a través del entorno en el que ha vivido y, sobre todo, de la experiencia profesional compartida con su padre mientras trabajaban juntos en su taller de vidrieras y todo lo que dicho trabajo en común ha podido proporcionarle, tanto a nivel artístico como humano. De hecho ella misma nos comenta: "Si de verdad tuviera que elegir entre todos los trabajos artísticos ejecutados hasta el momento, sin duda me quedaría con el realizado junto a mi padre en su taller de vidrieras,porque está también todo lo demás: el tiempo compartido, el vínculo personal, las conversaciones, las emociones compartidas… Al margen de lo artístico, que por supuesto, he aprendido sobre todo a nivel personal".

Con profundas raíces en la localidad de San Feliz de Torío, zona que le sirve de inspiración, especialmente para sus acuarelas, nuestra protagonista se licencia en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, en 2006. Llega a ella a consecuencia de ese importante peso y la gran presencia que el arte tiene en su vida. Nos dice: "Cuando llego al mundo el arte ya está ahí y es algo que ha rodeado todo mi crecimiento,comenzando por la casa en que he nacido (…), llena de fantasía, de espacios diferentes, de rincones hechos para pensar; construida con un amor importante a los materiales, propicia para observar la naturaleza… Todo esto me ha influido muchísimo en mi forma de ser, y he querido participar en ello integrándolo como una forma de expresión".Y así, Graciela pinta, practica la joyería textil, ilustra libros,…; ha participado en diversas exposiciones colectivas de muy distinto género, y realizado otras de carácter individual, sintiendo una especial predilección por la acuarela. Su faceta artística es para ella una proyección de su mundo personal, a través del cual demuestra en gran medida cuáles son sus inquietudes, aquellas cosas en las que se fija, que le llaman la atención, los lugares o sensaciones con las que se identifica, o las que busca para compensar algo que no le gusta, "es un espacio muy importante, muy íntimo y es como una prolongación de lo que es mi existencia. No es una actividad más" –dice.

Mujer de múltiples influencias, empezando por la de su propio padre y continuando por losautores que también le influían a él, "porque han estado constantemente citados en mi casa, en el entorno y en la obra; los veo y coincido(…) también me hacen vibrar", la emociona y llena de vida especialmente el mundo del color, en particular el expresionismo alemán y el post-impresionismo francés, cuadros de los que tanta muestra se puede ver, por ejemplo, en el Museo Thyssen, "con una fuerza que arrastra, ese lenguaje del color que se basa en una sensación es algo que me aporta mucho".

Con la ilustración, sus primeros escarceos surgen ya durante su carrera, gracias a un profesor que le consigue un primer trabajo para Alianza Editorial. Luego vendrán otros como las ilustraciones para ‘Nuevos Cuentos castellanos viejos’, de Felicitas Rebaque, en Lobo Sapiens ediciones, y algunos más;un campo que le encanta, al tiempo que le parece muy difícil "porque es imaginar un mundo que viene de la mente de otro creador, y tienes que llevarlo a tu terreno, para sentirlo sin traicionar el mensaje que ese autor quiere transmitir", un diálogo en el que formas, colores y texto tienen que ser acordes, sin quitarle protagonismo el uno al otro, "muy bonito si se consigue, pero muy complejo".

Nuestra protagonista de hoy considera que su obra artística tiene un alto componente del hecho de ser leonesa, "el carácter de León –donde vivo– es muy marcado y se filtra sin duda en mi obra", un lugar que cuenta con muchos artistas, de ambos sexos,yque se preocupa por ellos."León escucha al arte", dice, y señala la difícil tarea y la enorme responsabilidadde las personas que, desde lo técnico, tienen en sus manos los delicadosprocesos de selección de las obras que han de tener unaproyección pública.
Del hecho artístico en Graciela podríamos decir muchas cosas, pero como nos quedamos sin espacio, concluir diciendo que para ella lo más importante del arte es «encontrar tiempo para que este se desarrolle. Necesitamos experiencias, vida, …, para que algo se mueva y nos diga que queremos expresar algo, que queremos hacer una obra artística; pero después hace falta tiempo para darle soporte a todo esto, para que las ideas acaben materializándose». No siempre ocurre porque a veces «se suceden otra serie de acontecimientos que me sacan de ahí y me ponen en otro sitio». En cualquier caso, Graciela concibe el arte como «algo que habla del ser humano, que ayuda a encontrar el propio camino, (…), tiene que ver con los deseos del ser humano, con lo verdadero, con algo que está vivo, y lo agradeces». Otro día hablaremos más sobre ella.
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