Parecía imposible que con el orgullo legítimo que supone para sus familias la presencia en el rescate de estos mineros, que nadie duda en calificar de héroes, no se les escapara ni un comentario, nada.
Raramente fueron apareciendo imágenes, pocas pero algunas, incluso un panel con sus fotos... y en Cármenes vieron que era verdad lo que los niños decían: «Está Ortega».
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En el grupo de los vecinos y veraneantes del pueblo se sucedían las preguntas pero nadie respondía, el respeto al anonimato de la Brigada, por ellos querido, podía más que el orgullo familiar de que Ortega estuviera allí.
A Nuni, su suegra, le costaría mucho no hablar, pero no lo hizo, recluida en Pola de Lena. Sandra, su mujer, sólo concedió un pequeño guiño, el escudo de la Brigada de Salvamento en superfil de whatsapp. Los sobrinos mordiéndose la lengua, pero hubo silencio.
La historia viene de lejos. Jose El Asturiano, de Columbiello, fue de los que vinieron a cortejar por esta comarca de Los Argüellos, como Luis Arias, El maeru... y fueron creciendo las familias mixtas «que hay buena llevanza».
Es de sobra conocido que todas las televisiones de las casas, las de los bares, estaban conectadas con el rescate pero en Cármenes aún más, si es posible, para ver si distinguían a Ortega, casi nunca apareció.
- No quieren protagonismo, ellos van a lo suyo.
- Hacen bien, bastante cuento hay alredededor.
Notuvo protagonismo. Y lo sigue sin tener. A buen seguro que regresan en el mismo silencio que fueron pero cuando Ortega pase por aquí sentirá el orgullo de las gentes, aunque él se sentará en la terraza y preguntará: «¿Qué pido?».