"La gente que tiene mi edad me recuerda todavía como el mago Álex, que era mi nombre artístico en los primeros años de profesión, cuando actuaba en el Pub 3000, el Jaivers, el Vudú y en otros lugares que por supuesto ya no existen. Tengo anécdotas muy curiosas porque cuando empecé a llamarme Juan Mayoral todavía había gente que me preguntaba si yo conocía a un tal Álex que actuaba en León, porque yo tuve cierta repercusión con aquel nombre artístico", recuerda el hoy director artístico del mayor evento lúdico-cultural del invierno leonés, el Festival Internacional ‘León vive la magia’ que este año vuelve a tener lugar en diferentes recintos y espacios de la capital desde mañana, festividad de la Navidad, hasta el último día del año.
– ¿Cómo vive los días previos al inicio de una nueva edición del festival que ha preparado a lo largo del año? ¿Lo vive con expectación, con preocupación, con ansiedad, o con la tranquilidad que da el trabajo bien hecho?
– Es una pregunta muy interesante porque normalmente tengo una apariencia más bien tranquila y relajada. No me gusta correr, voy despacio a los sitios, y en este mes previo al festival pues realmente surgen dudas, surge una gran responsabilidad, y entonces mi personalidad se altera un poco sin perder las formas, sin perder la apariencia, que sigo siendo el mismo, pero sí estoy un poco más preocupado porque realmente este evento ha crecido en una dimensión que a veces tengo la sensación de si se nos puede ir un poco de las manos. Y sobre todo esa responsabilidad de no decepcionar, porque cuando tienes tantos seguidores y la gente está esperando el evento con tanto entusiasmo, pues la palabra definiría que es la responsabilidad de no decepcionarles y que todos disfruten mucho con lo que hemos preparado.
– ¿Cómo se viven estos momentos previos en el seno familiar, porque me consta que su compañera sentimental también es maga de profesión y está implicada en el proyecto?
– En casa evidentemente –mi mujer, aparte de ser maga como yo también, coordina todo el tema de la coreografía, el atrezzo escénico y un poco todo lo que envuelve a la gala internacional– tenemos una comunicación mañana, tarde y noche ultimando detalles y resolviendo cuestiones que se plantean. Entonces digamos que se vive el festival las 24 horas del día dentro del entorno familiar –ella igual que yo– por un lado con ilusión, porque hacemos algo que nos gusta, pero por otro lado con esa responsabilidad y esa presión que de alguna manera es inevitable.
– Prácticamente desde el pasado mes de octubre se han venido sucediendo presentaciones, entrevistas, actos sociales en torno a esta decimosexta edición del Festival ‘León vive la magia’ recibiendo las felicitaciones y parabienes por la trayectoria del festival. Pero, ¿cómo recuerda aquella primera edición en la que supongo tuvo que llamar a muchas puertas para pedir a instituciones y empresas los apoyos que hicieran realidad el proyecto?
– Aunque soy una persona tímida me toca representar al festival en todo este tipo de actos, si bien no tengo ningún afán de protagonismo. El verme en el periódico al día siguiente después de una rueda de prensa es algo que para mí no significa nada especial. Sé que es algo que hay que hacer, que lo debo de hacer, pero no tengo ese sentimiento de notoriedad. Yo me siento igual que cuando era desconocido en mi ciudad y deambulaba por las calles del Barrio Húmedo, mi barrio, y la gente no sabía quién era ni lo que hacía. Esta realidad que vivo ahora digamos que es bonita, pero que si permanezco en la sombra soy también feliz. Sobre lo que me preguntas de los inicios del festival, yo tengo un recuerdo imborrable de aquella primera edición, porque de alguna manera fue un antes y un después, el momento de partida de algo que no sabes ni tienes planeado que tenga la trascendencia que ha tenido. Esto realmente surge por Javier Cambero, de Eje Producciones, que le plantea la posibilidad de hacer un evento de magia a la entonces concejala de Fiestas, Susana Travesí. Esto se incuba en tan solo dos meses porque yo conozco a Javier Cambero en octubre del 2004 y en diciembre arranca el festival en el Teatro Emperador, con todo el cariño y el respeto que para mí merece estar en ese escenario. Es algo que era el sueño de mi vida, poder pisar ese escenario y con un evento de estas características.
– ¿Cómo pudo resolverse aquel primer cartel con tan poco tiempo?
– Se consiguió sacar adelante porque hay que reconocer que en ese momento la programación de lo que armamos era la veinteava parte de lo que hacemos ahora. Era una cosa pequeñita que se controlaba muy bien. No había extensiones a las poblaciones de la provincia, la gala internacional era un solo espectáculo, las actuaciones de calle eran como dos artistas. Pero a pesar de todo consiguió su objetivo, consiguió calar hondo y el público leonés vio algo que no había visto y quedó fascinado. En aquella primera edición se hicieron tres galas en el Teatro Emperador, una de Juan Tamariz, otra de Jorge Blas y una tercera de la gala internacional. Y luego aparte la calle y muy poco más.
– ¿En qué momento tuvo claro que aquello no era un hecho puntual y que existía la posibilidad de darle continuidad con próximas ediciones?
– El primer momento es cuando vemos que la respuesta del público es espectacular y que esas tres galas del Teatro Emperador se llenan. Entonces ya pensamos que la cosa tiene tirón y que tiene un fuerte impacto social en la ciudad. Esa respuesta del público es la que ya nos anticipa que puede tener una trayectoria y una continuidad. Yo tengo el recuerdo del final de la gala internacional que la gente estaba entusiasmada y preguntándose cómo no había visto antes esos números tan sorprendentes. Ante esa respuesta, que evidentemente la percibo yo y la perciben los responsables políticos, pues yo creo que prácticamente viene todo ya rodado. El segundo año crecemos un poco más ya en la nueva sede del Auditorio.
– ¿Cree que el festival hubiera logrado sobrevivir con el simple apoyo del público o era indispensable implicar a las instituciones en el proyecto?
– Yo creo que no. Cuando nosotros hicimos aquellas primeras galas los espectáculos eran caros, tenían un alto coste, y los espectáculos se abaratan en la medida que tú amplías el contrato. El coste del evento era elevado y se podría decir que lo que se recaudaba en taquilla no generaba lo suficiente para costear el volumen económico de aquello. Evidentemente necesitábamos el apoyo que durante muchos años nos proporcionó Caja España, a la que siempre estaré agradecido porque durante muchas ediciones nos apoyó. Y luego llegó un momento en que volamos un poco por libre y el festival comenzó a ser privado. Nosotros éramos los empresarios, nosotros arriesgábamos, contando siempre con patrocinadores, colaboradores y el Ayuntamiento de León, que de una manera u otra siempre ha estado ahí. En ese sentido estamos muy agradecidos porque un evento ciudad tiene que estar apoyado y respaldado por las instituciones.
– Me interesa saber su opinión sobre si el festival hubiera podido contar con esa extensa y realmente importante nómina de artistas internacionales de no ser Juan Mayoral quien es y haber estado al frente de la dirección artística de ‘León vive la magia’
– Yo esto lo he hecho con mucho cariño porque es mi ciudad. Evidentemente, mis viajes alrededor del mundo me han permitido conocer a todos los magos de alto nivel, que son los que vienen aquí, y son magos con los que yo he compartido escenario por cualquier ciudad del planeta. Esa trayectoria mía profesional me permite tener esos contactos, pero puedo asegurarte que Juan Mayoral no es imprescindible para hacer esto, porque evidentemente hay otros festivales en España que no los hace Mayoral y salen adelante y lo hacen bien. Dicho esto, también es verdad que en el momento actual, yo creo que el nuestro es el más grande de España por la dimensión que ha adquirido. No existe ningún otro que movilice tantos espectáculos y tenga tantas repeticiones de las galas, que es algo en lo que hemos batido todos los récords.
– ¿Ha habido alguna edición a lo largo de estos dieciséis años que pueda decir que la vivió peligrosamente?
– Mira, hemos vivido numerosas anécdotas y situaciones desconocidas totalmente para el público asiduo al festival y todas esas situaciones han creado un estrés añadido al equipo. Ahora que ya han pasado las experiencias, te puedo decir casos de artistas de la gala internacional que nos han cancelado el contrato tres semanas antes del evento y hemos tenido que buscar un sustituto en un tiempo récord. Recuerdo también que un año contraté a un presentador para ser el maestro de ceremonias de la gala y dos semanas antes de iniciarse el festival me arrepentí porque de repente vi que no era el perfil adecuado y que me había equivocado. Le pagamos el caché íntegro por todas las actuaciones porque decidí cambiarlo a última hora. Sí que he vivido momentos de tensión, momentos de estrés por situaciones de querer hacerlo lo mejor posible, y a veces las dudas que surgen en el último momento las tratas de corregir para que de ese modo puedas dormir lo más tranquilo posible.
– ¿Cree que la fórmula actual por la que se rige el Festival Internacional ‘León vive la magia’ puede durar muchos años o es susceptible de que pueda agotarse más pronto que tarde?
– Nosotros hemos sido pioneros en hacer un evento de estas características en Navidad. Cuando empezamos no había festivales ni galas de magia en Navidad, fuimos los primeros, y tengo que decir que ahora nos han imitado en otras ciudades, en otras provincias, al darse cuenta de que nuestra fórmula era fantástica. Un evento de magia en Navidad. Eso es fabuloso porque se identifica muy bien una cosa con la otra. Nuestro éxito es el momento, la época navideña. En cuanto a lo que pueda durar... Yo creo que todo empieza y todo acaba. Todos tenemos un tiempo de duración y una fecha de caducidad. Evidentemente hay unos picos donde sube y baja. Es como todo. Lo que era el cine hasta los años 70 y lo que es ahora. El cine en su momento fue el entretenimiento número uno y ahora mismo vas a una sala y está vacía. Todo sube y baja. Viví la época en que había espectáculos nocturnos en salas de fiesta donde yo actuaba y eso ha desaparecido. Viví la época cuando el bingo empezó a comer terreno a estas salas de fiesta y la gente ya no iba a ver los espectáculos en directo. Y ahora estamos todos viviendo la época de internet y las redes sociales. Todo cambia, pero el espectáculo como tal, una actuación en un teatro y esa magia y esa energía que desprenden, permanecerá siempre, con más o menos ímpetu, con más o menos intensidad, pues esos son un poquito los matices. Pero estamos preparados para todo. De alguna manera, nos dejamos llevar por la inercia del público. Si el público nos apoya nosotros seguiremos ahí. El día que el público considere que prefiere otras formas de entretenimiento, pues seremos conscientes de la realidad.
"El éxito de este festival va asociado a la Navidad"
Juan Mayoral es el impulsor y alma máter del evento cultural de la Navidad en León, que este año llega a su decimosexta edición con una política expansiva que abarca ya buena parte de la provincia y las capitales de la comunidad
24/12/2019
Actualizado a
25/12/2019
Lo más leído