Un día regresaba Alberto Pérez Ruiz de aquellos largos paseos con los que combatía su enfermedad. Se detuvo. «He quedado a las 12 con Manuel, vete a conocerlo, es el tipo más valiente y noble que he conocido».
Con esa presentación imposible no ir. Allí estaba Manuel Martín, al que todos llamaban El Farias, quien pronto avisó: «No lo tomes a mal, no quiero ningún reportaje, ahora mismo lo que más aprecio en la vida es el anonimato, la tranquilidad, poder pasear, estar aquí charlando...».
No lo tomé a mal, a bien tampoco. Pero según avanzaba la conversación lo entendí todo, a él y la presentación de Pérez Ruiz, que de no ser verdad en algo es porque se quedó cortó en la valentía y la dignidad del paisano. Del leonés. Del emigrante.
- Marché, como tantos, a buscarme la vida en el País Vasco, como trabajador de una fábrica de cubiertos. Y sindicalista.
Una vez allí, Gernika fue su destino, recibió el apodo que le acompañó siempre, El Farias, como fumador empedernido y les regaló una entrega sin dobleces a sus causas: el sindicalismo y el socialismo, el mundo obrero, tanto que fue 24 años concejal del PSOE (de 1983 hasta 2007), contra viento y marea, hasta el punto que desde que él abandonó el ayuntamiento los socialistas no han sacado ni un concejal.
Las frases que iba soltando sobre su andadura son terribles y nos acercan a lo que pudo se su batalla diaria en los llamados «años del plomo» en una localidad muy complicada.
- En los plenos hablaban en euskera y yo no lo entendía, hasta que no pasaron cinco años no me pusieron un traductor, me arreglaba como buenamente podía.
- Comenzó a aparecer mi nombre, mi apodo, en las famosas dianas de la muerte y nadie daba un paso al frente de manera pública para defenderme.
- Un día encontré mi modesto coche de trabajador calcinado.
- Otra vez explotó un coctel molotov en nuestra vivienda...
Y nada le hacía replantearse su postura valiente y firme pero, reconocía, «cuando aparecieron las amenazas contra mis hijos te recorre el cuerpo un escalofrío. Y Rosa Mari (su mujer), que estuvo siempre a mi lado, también tembló indignada». Y de ahí surgió lo que él definía como ‘la única concesión’ con la banda terrorista, y pidió a su hijo que se fuera a estudiar fuera del País Vasco. «Estudió la carrera aquí, en León, ¿dónde mejor?».
¡Cómo para no entender su necesidad de paz y tranquilidad! No había contactado el leonés con Pérez Ruiz por asuntos del partido sino buscando contactos en Ponferrada para tratar de localizar a familiares desaparecidos en las cunetas, y era la época en la que el ex-presidente de la Diputación trabajaba también en ese campo.
Andaba Pérez Ruiz en una época de cuidar su salud y recriminó a El Farias su vicio de fumar, le salió el vasco-leonés socarrón a Martín: «Sé que me va a matar el tabaco;por eso que casi me cae bien, va a lograr lo que no se atrevió a hacer ETA».
Poco más supe de Manuel Martín ‘El Farias’, alguna noticia de su búsqueda de familiares en El Bierzo y esta semana la noticia de su muerte, quizás fruto del tabaco. Descanse en paz, nunca mejor dicho.
'El Farias', el leonés que soportó 24 años la diana diaria de ETA
Manuel Martín fue un emigrante leonés en el País Vasco, un tipo comprometido, sindicalista y socialista, fue concejal durante 24 años en Gernika y soportó las amenazas constantes de ETA, a él, a su familia... Siempre en la diana
29/12/2019
Actualizado a
29/12/2019
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