Estar en el momento preciso en el lugar adecuado. Esa es una de las grandes virtudes de Enrique Gómez, un spotter ferroviario. Este joven ha unido, a sus 18 años, sus dos pasiones: Los trenes y la fotografía, y actualmente dedica su tiempo libre a ‘cazar’ los convoyes que recorren las vías españolas –especialmente los de la meseta Norte–, y publicar las imágenes en sus redes sociales. Enrique es palentino y ha recorrido mucho su provincia en búsqueda de los vehículos más especiales. Sin embargo, también ha podido trasladarse a otros lugares, como León, donde se encuentra su sitio favorito para hacer fotos: La rampa de Pajares.
"He visitado más veces este sitio, que algunos en mi propia provincia", comenta Enrique. Descubrió este lugar hace cuatro años y en ese momento comenzó a recopilar información sobre el paso de montaña y a quedarse enganchado a su magnetismo. "Su historia es importante –falleció mucha gente para construirlo– y además supone una conexión clave entre Asturias y la Cordillera Cantábrica", cuenta. Para él, además, "es la mejor línea de España visualmente para viajar", y poder disfrutar así del paisaje. No obstante, el hecho de que la rampa esté próxima a su desaparición por la construcción de la Variante de Pajares, "me emociona bastante". Por eso, el spotter ya tiene un objetivo en mente: "Intentaré fotografiar el último tren que circule por el puerto".
Enrique es experto en encontrar los trenes más especiales que circulan por la meseta, pero no suele hacerlo solo. Explica que conoce a "mucha gente a pie de vía, maquinistas o jefes de estación" y son ellos los que muchas veces le dan "información sobre cómo va la circulación, movimientos, y también sobre cómo eran las cosas hace unos años". Asimismo, forma parte de un grupo en redes sociales por el que se informan del tránsito de los convoyes, sobre todo de los más especiales: "Igual una persona que está Asturias y sabe que el tren va hasta Palencia lo comunica en el grupo", y así salen a fotografiarlo.
Estos trenes que denomina "especiales" son los más buscados porque son los más inesperados. Suele tratarse normalmente los de mercancías ya que los convoyes de viajeros están programados. "Puede fallar una locomotora o una carga, o quizá necesitan mandar una mercancía de un día para otro", apostilla el spotter. Enrique Gómez conoce y se informa sobre todas las características de los vehículos. "La locomotora 256-006 de Captrain encabeza el primer corte del bobinero Trasona-Sagunto a su paso por la localidad de Busdongo", puede leerse en una de sus publicaciones. Esta información es la que publica, junto a sus fotografías, en sus cuentas de Instagram, Twitter y YouTube bajo el usuario @via_muerta, un nombre que escogió como referencia ferroviaria a una vía abandonada.
Además de estos convoyes más particulares, Enrique está acostumbrado a fotografiar otros que también destacan, pero de distintas maneras. En La Robla ha capturado en más de una ocasión el tren especial, "aunque ya no están los carboneros", apunta. Y es que, las vías estrechas para él "son un mundo aparte". En la provincia también suele fotografiar las líneas de alta velocidad en Sahagún y el puerto que conecta León con Galicia.
Su pasión y su necesidad de llenar el ‘carrete’ con más imágenes de vías y vagones le ha llevado también a otras partes de Europa. Enrique cuenta que ha capturado mucho el sur de Francia y también Bélgica, y con ello ha experimentado las diferencias en la logística y la organización: "En Castilla y León tenemos un Media Distancia cada tres o cuatro horas, allí hay trenes cada 15 minutos", lamenta.
Futuro sobre las vías
Enrique Gómez comenzó a capturar trenes hace cuatro años, cuando le regalaron su cámara fotográfica. Sin embargo, su pasión por estos vehículos empezó en su infancia, cuando su abuela iba a buscarle al colegio y durante la vuelta a casa entraban en la estación para ver los convoyes.
Es de esperar que con una pasión tan marcada por trenes, locomotoras y todo tipo de coches y vagones, el joven palentino quisiera dedicar su vida a este mundo, una decisión que además le viene de familia. "Mi bisabuelo empezó como fogonero y después como maquinista, y yo también quiero dedicarme a ello", cuenta. Tiene muy claro que cuando termine sus estudios de Bachillerato comenzará a prepararse para conducir trenes: "Con 20 años ya podría entrar", explica con emoción. Enrique ya vislumbra su futuro en alguna empresa pública o privada y si puede ser, que sea en España.
Mientras tanto seguirá acercándose a las vías para disfrutar de los trenes como espectador y los viajeros tendrán que mirar por la ventanilla con una sonrisa, quién sabe si se encontrarán a un spotter fotografiándoles.