El gigante de la plaza

Casa Botines sirve de marco a la exposición fotográfica ‘La Negrilla, 10 años de vida’, organizada por Renfe y la Asociación Focus en colaboración con la Fundación Fundos, que podrá visitarse hasta el próximo 26 de mayo

L.N.C.
03/05/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Casa Botines acoge la exposición ‘La Negrilla, 10 años de vida’. | SAÚL ARÉN
Casa Botines acoge la exposición ‘La Negrilla, 10 años de vida’. | SAÚL ARÉN
'La Negrilla, 10 años de vida’ es el título de la exposición que este jueves se ha inaugurado en el Museo Gaudí Casa Botines y que permanecerá abierta al público hasta el próximo 26 de mayo. La muestra es el resultado de un certamen fotográfico convocado por Renfe y la Asociación Focus de Fotógrafos Leoneses y en el que han participado 362 concursantes, que han aportado otras tantas miradas, casi como los días del año, sobre la obra artística del escultor Amancio González ubicada en la céntrica plaza de Santo Domingo.

Las diez fotografías ganadoras del certamen, cuyo premio es un viaje al destino que elijan los afortunados y que está patrocinado por Renfe, premio del que también se beneficiarán otros diez concursantes al que la suerte ha sonreído en el sorteo realizado, son junto a otros treinta finalistas las imágenes que conforman esta exposición en la que colabora la Fundación Fundos que gestiona el emblemático edificio de Gaudí. Las fotografías se complementan con los breves textos de diez autores que enriquecen la exposición con sus miradas literarias en torno al gigante de Amancio.

El escultor leonés se mostraba ayer muy satisfecho, a la vez sorprendido, por el alto nivel de participación y por el cariño que demuestra la gente hacia su obra. «Me han enseñado también las diferentes formas de captar un solo objeto. He visto la escultura con expresiones muy diferentes, y es algo que también me ha sorprendido», reconoce el escultor leonés, sabedor de que La Negrilla conectó desde el primer momento con la ciudadanía. «La verdad es que gustó desde el principio, desde la primera que se hizo hace veinte años, y desde entonces ya forma parte de la memoria de muchos niños, porque en principio está pensada para los niños, sin base, un gigante, ese personaje mitológico del mundo infantil. Los niños crecen, se hacen adultos, y la escultura sigue ahí, una escultura amiga, con la que hablan, y que ya forma parte de sus vidas».
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