Como inicio se presentó este viernes en la galería Ármaga una exposición de una artista singular que combina el arte de la danza y el baile flamenco con el uso de los pinceles para pintar de una forma muy peculiar, casi infantil, a su pueblo, a sus gentes y todo el arte que ello conlleva. El pueblo gitano desfila en los cuadros de las paredes de la galería vistos de un modo que pareciendo infantil tiene una belleza, una poesía y una emotividad que raramente pueden encontrarse en otros pintores más academicistas.
Porque el arte de la Chunga es sencillo, formas simples y reconocibles, llenas de vida y de color. La luz andaluza, la luz de España se refleja en sus cuadros.
La Chunga ha venido varias veces a la galería Ármaga, siempre ha dedicado su arte a los espectadores y en estos momentos presenta una serie de cuadros todos ellos dedicados a sí misma, a su baile que la hizo tan famosa, llevándola a los mejores escenarios del país y de muchos otros países. Cuenta la Chunga que en estos momentos, debido a diferentes problemas, le es imposible bailar, por lo que ha decidido dedicar su pintura solamente al baile, a su baile con sus vestidos de cola de múltiples colores y sobre todo de lunares, y no solamente se dibuja a sí misma sino a quienes han sido para ella compañeros, en primer lugar a sus padres con quienes tiene un cuadro en el que ella, pequeña, baila, mientras ellos la acompañan, y en otros está con su hermana, que ha estado acompañándola físicamente en la exposición, y con su hija, son un trío inseparable en sus cuadros. Tiene asimismo una obra en la que ella baila en un tablado acompañada de dos personajes que tocan palmas y un guitarrista. Micaela nos dice: «es porque yo me he tenido que apartar del baile y como lo añoro tanto me dedico a pintar cuadros sobre ese tema. Y pintar no me harta, como me hartaba el baile a causa del cansancio». La Chunga es una persona que mantiene una lucidez extraordinaria y que recuerda ese pasado en el que fue una gran bailaora, y que ahora se dedica a revivirlo mediante la pintura, una pintura sencilla y delicada que es una referencia de su arte, tanto de danza como pictórico. El título de la exposición alude a este modo de pintar que algunos denominan naïf pero que es algo exclusivo de Micaela Flores.
La Chunga siempre ha estado unida a la palabra, a los poetas y escritores, quienes en algún momento de su vida han acompañado su arte. Recuerda a León Felipe en México, y le describe como: «un hombre alto con una larga barba blanca que parecía un rey mago», a Blas de Otero, Caballero Bonald de quien comenta: «nos conocimos bien jóvenes e íbamos a fiestas, luego él se casó, yo me casé y seguimos por diferentes caminos»; Rafael Alberti, José Bergamín, Alberto Puig y sobre todo el cineasta José Luis Gonzalvo, quien fue su marido y la hizo protagonista de obras como ‘Ley de raza’ y el ‘Llanto por Sánchez Mejías’.Cuenta anécdotas con la maravillosa Ava Gardner, una mujer importante y muy sencilla, quien le ayudó mucho porque le gustaba su forma de bailar.
La exposición de ‘la palabra expuesta’ sobre la Chunga se podrá contemplar en la galería Ármaga hasta finales del mes de octubre. Es una exposición interesante de una persona con grandes vivencias y una extraordinaria sensibilidad.