El mecenazgo, evolución de la filantropía

Nueva norma desde el próximo 1 de enero con inventivos fiscales

Marina Sánchez
25/07/2023
 Actualizado a 25/07/2023
Preceptoría o Cátedra de Lois, que tiene el sobrenombre de ‘Universidad de la Montaña’.
Preceptoría o Cátedra de Lois, que tiene el sobrenombre de ‘Universidad de la Montaña’.
El 1 de enero de 2024 entrará en vigor la nueva Ley de Mecenazgo, modificación de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, que fue aprobada el 26 de abril de 2023.

La buena noticia, no por ello menos esperada, sitúa en una posición muy mejorada todo el trabajo de recuperación del patrimonio en peligro de este país. Desde las asociaciones que luchan incansablemente por que no se pierda el valioso y rico patrimonio, se ha solicitado en reiteradas ocasiones la actualización de una herramienta vital para la colaboración ciudadana y empresarial con el rescate y puesta en uso de elementos culturales y naturales en riesgo.

Esta reforma tiene como objetivo principal incrementar estos beneficios fiscales, con independencia de si los desarrollan personas físicas, personas jurídicas o no residentes, amplía el catálogo de actividades económicas que pueden realizar las entidades beneficiarias de este régimen fiscal y sus rendimientos estarán exentos de tributar bajo el Impuesto de Sociedades. Además incluye novedades en cuanto a donaciones deducibles y convenios de colaboración empresarial en actividades de interés general.

Para dar sentido a datos legislativos que bien pudieran quedarse en meras entelequias, el día a día muestra con ejemplos la fantástica colaboración que muchísimos ciudadanos aportan a la rehabilitación del legado cultural y natural. Las numerosas donaciones anónimas a proyectos concretos son hoy una realidad, gracias a la cual se han rehecho o consolidado monumentos caídos por el paso del tiempo y la desidia de generaciones anteriores. No se podía ni sospechar que donde se percibía un bien como fuente de material de construcción, o como figuras sin alma a las que decapitar con el tirachinas, hoy se haya conformado toda una red de asociaciones, empresas y ciudadanos ejemplares cuya sensibilidad les obliga a dar un paso adelante y participar en la recuperación de unos bienes que se niegan a dejar caer.León es tierra de infinitas vicisitudes, participa de la más importante Ruta de la cultura, fue lugar estratégico elegido para importantísimos asentamientos desde donde se dominaba todo el Noroeste, y además su clima y fértiles tierras propició que a lo largo de los siglos se sucedieran las construcciones de todo tipo de elementos patrimoniales de gran talla. Nadie es culpable del paso del tiempo y sus estragos, pero a fecha actual sí se es del rechazo a cuidar de la riqueza más fundamental que tanto nos ha dado: la cultura. Recibimos un legado que debemos proteger y salvaguardar desde cualquier punto de vista. Así lo traza Europa para todos sus estados miembros, a través del Convenio de Faro firmado en 2005, por el cual el Patrimonio debe ser apreciado como parte intrínseca de las sociedades, sea cual sea su titularidad; todos los ciudadanos tenemos derecho al conocimiento y disfrute de la cultura, pero también somos responsables de su cuidado, recuperación y divulgación, incluso de su gestión.La famosa Lista Roja de Hispania Nostra lleva desde el 2007 dando la voz de alarma respecto a bienes culturales y naturales que están deteriorados; cualquier ciudadano, a través de su pagina web (https://listaroja.hispanianostra.org/nueva-ficha/) puede rellenar la ficha que hay disponible para tal efecto, adjuntando alguna fotografía y descripción del bien y sus daños. Al ser aceptado en la Lista se desencadenan ciertas acciones necesarias para su visibilización y reivindicación: el Micromecenazgo pasa a ser la herramienta necesaria para conseguir los fondos necesarios para las restauraciones. Ciudadanos anónimos o empresas pueden colaborar de manera altruista para devolver la dignidad a elementos que significan mucho para los cercanos pobladores, sea de quien sea la titularidad, ya que se considera la cultura y toda su aportación la verdadera razón de ser. Esta plataforma de utilidad pública canaliza los fondos de manera altruista y en muchas ocasiones se devuelve el elemento patrimonial a la Lista Verde, la meta perseguida por todos.En León el caso del Mecenazgo Mudéjar de Valcabado del Páramo fue ejemplo de participación ciudadana para rehabilitar y dar luz a la techumbre de madera deteriorada. Del mismo modo la Asociación Cultural Fonsagrada se creaba en Villaselán para proteger la espadaña de su Iglesia, y los vecinos de Valdavida pudieron rescatar del olvido el retablo mayor. La Universidad de la Montaña, o Preceptoría de Lois, de donde salieron ilustres hombres, salía también de la Lista Roja con honores en 2021, al igual que la fortaleza palacio de los marqueses de Prado, en Renedo de Valdetuéjar, del S.XV.

Según la modificación del Régimen Fiscal de Entidades sin ánimo de lucro e Incentivos Fiscales al Mecenazgo, los primeros 250€ que done una persona a una entidad de utilidad pública tendrán una desgravación de hasta un 80% en su declaración, incluyendo las cuotas de asociados (los siguientes ejercicios tienen deducciones del 40-45%). En el caso de ser persona jurídica el incentivo se sitúa en un 40% (posteriormente un 50%).

Los requisitos de las entidades sin fines lucrativos es que persigan fines de interés general, como defensa de la cultura y medio ambiente, la cooperación al desarrollo o la promoción del voluntariado, entre otros. La transparencia de las entidades del llamado Tercer Sector sigue la pauta marcada por la Ley, que obliga a presentar toda la documentación relativa a actividades benéficas de su correspondiente Misión.

Así, el Patrimonio se beneficia directamente al ser receptor de iniciativas propiciadas por las asociaciones y “patrocinadas” por el sector Empresa, que además podrá incluirlas en el marketing que estime conveniente. Los Convenios de Colaboración empresarial en actividades de interés general se recogen también en el Art. 25 de la Ley 49/2002, algo que en zonas anglosajonas y centroeuropeas es una realidad desde hace mucho tiempo. La Responsabilidad Social Corporativa de las compañías representa hoy día la imagen al exterior del espíritu de la entidad, necesitan solidarizarse con las problemáticas de su territorio para tener aceptación dentro de las comunidades. Su visibilidad dependerá en buena medida de las acciones benefactoras hacia el entorno más inmediato con el que conviven, dando pie a un sentimiento de pertenencia mejor percibido por los propios trabajadores de la misma, que se convierten en embajadores de la Misión, un hermanamiento de ideales en cuanto a proveedores y una elección de prestigio para los clientes.

Conseguir que una empresa, una pyme, por pequeña, mediana o grande que sea, comprenda el verdadero valor de sus acciones respecto a la sociedad que la acoge, es todo un triunfo de una sociedad avanzada en democracia y valores. Las aportaciones y colaboraciones, dinerarias o en especie, del sector empresarial hacia el Tercer Sector son vitales para llegar donde las Instituciones públicas no consiguen llegar, suponen un retorno muy interesante en visibilidad, colaborando en proyectos de manera solidaria y añadiendo vinculación con el territorio, su mejor espejo.

Marina Sánchez es la delegada en León de la asociación Hispania Nostra
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