"El país necesita cambios, no un mesías"

Es una de las citas musicales del año en León. Y el que diga lo contrario, una de dos: o miente, o no sabe de qué va la vaina. Los Enemigos, grupo de culto donde los haya, aterriza esta noche en Espacio Vías con nuevas canciones que añadir a sus inolvidables clásicos. ‘Vida inteligente’, su más reciente trabajo, está a la altura de un prestigio acumulado a fuerza de talento y honestidad. Josele Santiago (Cabra, Córdoba, 1965) es el cerebro de la banda malasañera que cambió la historia del rock español.  
       
– A buen seguro que en ese título de ‘Vida inteligente’ hay mucho de ironía…
– Pues sí, incluso hay algo de cinismo también. Es un título que nos sonaba bien y que cuadraba con las cosas que transmitimos en el disco, tanto a nivel interno de la banda como externo. Parece que la vida inteligente de hoy en día consiste en timar al vecino y esas cosas. El título va por ahí, por supuesto.

– ¿La corrupta y convulsa realidad que nos rodea fue un acicate más para grabar el álbum?
– Por una parte sí, aunque la idea que teníamos era aprovechar el momento de energía que teníamos en el grupo después de la gira de 2012.  Volvimos para ganar algo de pasta y la gente nos devolvió toneladas de emoción. El cariño que nos ofreció el público y las buenas sensaciones que notamos entre nosotros fue lo que nos llevó a grabar el disco. Creo que este trabajo se lo debíamos a nuestros seguidores.

– Fueron diez años de parón. ¿Por qué se produjo aquella retirada de Los Enemigos en 2002? ¿La rutina?
– La rutina y también la falta de capacidad para sorprendernos a nosotros mismos. Llegó un momento en el que teníamos la cabeza puesta en otros proyectos. Mis compañeros tenían grupos paralelos, algo que yo no me podía permitir por ser el encargado de componer las canciones. Cuando no estás en lo que hay que estar, mejor cortar por lo sano. Además, si no nos hubiéramos retirado, no hubiéramos podido volver ahora. Yo creo que fue un movimiento inteligente, propio de la ‘Vida inteligente’ ¿no? (risas).

– Viendo la vida pasar “desde el jergón”, ¿ha cambiado tanto el mundo de la música desde que aquellos años 80?
– En esencia, no tanto. Yo empecé en esto desde muy pequeño, acudiendo a conciertos y después tocando. Es verdad que ha cambiado la forma en la que se consume la música y también es cierto que el rock ha perdido fuerza, más que nada porque ahora somos muchos más, lo que provoca que los grupos tengan menos repercusión. Pero se están haciendo cosas muy buenas.

– ¿Internet ha sido un arma de doble filo?
– Bueno, todo tiene su parte positiva y su parte negativa. Lo que no puedes hacer es pararte. Cambios siempre ha habido. Yo recuerdo que cuando nosotros empezamos en los 80, las canciones se grababan por pistas y el sonido estándar era asqueroso, todo sonaba igual. Luego, a principios de los 90, se empezaron a recuperar aparatos analógicos y ese fue un cambio que a nosotros nos vino muy bien. Nunca se sabe lo que te puede deparar el futuro.

– Los fans de Los Enemigos han permanecido fieles a vosotros, incluso cuando lo dejasteis…
– Ya lo creo. Y llegaron a organizar un evento anual, ‘Los desencuentros’, para recordarnos a través de diversas actividades. Bueno, de hecho lo siguen haciendo y se lo pasan de puta madre. Saber que lo que ha unido a esa gente son nuestras canciones es un placer.  

– A lo que tú sigues fiel es al rojiblanco del Atlético de Madrid ¿no?
– Pues sí, para bien y para mal, ahí seguimos. No recuerdo una época tan buena del Atleti desde los años 70, con ‘Ratón’ Ayala, ‘Panadero’ Díaz y esa gente. Yo iba con mi padre a ver los partidos del filial, que eran gratis. Me gustaban más aquellos tiempos, ahora hay demasiado negocio en el fútbol. Pero soy colchonero y eso siempre se lleva. Cuando el equipo gana me alegro y cuando pierde me sienta mal.

– León, primera plaza de esta nueva gira. ¿Ciudad ‘enemiga’?
– Sí, por supuesto. La conozco muy bien, he estado varias veces con el grupo o en solitario. Me acuerdo de alguna que otra noche en el Toisón… Tenemos muchos amigos por allí. Los Flechazos, Deicidas… Como dices, es una ciudad ‘enemiga’ en la que nos sentimos queridos.

– Y con Juancho López organizando este concierto, para qué queremos más…
– Fíjate, si es que estamos en familia. Juanchín se las sabe todas, que las ha visto muy de cerca (risas).

– Dejamos la música. ¿Se defiende Josele en la cocina?
– Claro que sí. Y soy experto en despensas escasas. Me hago un plato rico, rico con lo que sea.

– Última película que has visto en el cine?
– Te digo ‘Birdman’. No es la última que he visto pero sí la que más me ha impresionado de las más recientes. Ya la he visto dos veces y quiero ir a por la tercera. Michael Keaton hace un papelón.

– ¿Libro con el que estás ahora?
– ‘El tiempo amarillo’, la autobiografía del desaparecido Fernando Fernán Gómez. Muy recomendable. Además de ser interesante lo que cuenta, el libro está escrito con un estilo de verdadero literato.

– 2015, año electoral. ¿Cómo ves el panorama político?
– Nos dan la oportunidad de poder votar cada cuatro años para ver quién incumple después sus promesas, quién hace lo que le da la gana, quién se somete a Alemania… Yo creo que hace falta un cambio, pero ese cambio tiene que ser algo profundo. En este país somos muy mesiánicos, muy de líderes. Será quizá por tantos años de catolicismo. La gente ha adorado a Felipe González, a José María Aznar, ahora a Pablo Iglesias… Creo que sería más saludable hablar de programas y contenidos más que de personas concretas. Deberíamos fijarnos más en lo que se dice y no en cómo se dice. Lo de ganar unas elecciones y después hacer lo que a uno le salga de los cojones ya no cuela.