"El peor ‘ochomil’ fue el cáncer"

Rosa Fernández Rubio es una leyenda de la montaña, la única mujer que ha logrado completar "las siete cumbres", pero que reconoce que la batalla más dura fue superar un cáncer. Este sábado estuvo en las Jornadas de Montaña de Villamanín

Fulgencio Fernández
05/05/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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Las II Jornadas de Montaña La Tercia y Arbas de Villamanín, dedicadas este año a La montaña en femenino,están suponiendo una sucesión de relatos increíbles, grandes retos, y la presencia de unos personajes que han calado hondo en los asistentes. Si el viernes Ana Isabel Martínez de Paz les acercó, al lado de su propia historia, un recorrido por la historia de las mujeres en la montaña; este sábado pasó por el Hogar del Pensionista una verdadera de la leyenda de la montaña en España, la asturiana Rosa Fernández Rubio, una deportista a la que siempre se presenta como la única mujer que ha cumplido el sueño de todo alpinista: completar las siete cumbres; es decir, las montañas más elevadas de todos los continentes. Pero los asistentes pudieron comprobar que su historia va mucho más allá de haber logrado hacer cumbre en los míticos Everest, Aconcagua, McKinley, Pirámide Cartensz, Elbrus, Vinson y Kilimanjaro... tanto que para ella el reto más difícil, la cumbre que más orgullosa se siente de haber escalado es haber superado un cáncer que le diagnosticaron en 2009. «La montaña es muy dura, te puede pasar de todo, pero en mi caso no tengo ninguna duda que la escalada más difícil ha sido superar el cáncer de mama que padecí. Y lo logré. En esa batalla me ayudóel tratar de vencerlo para poder superar otro reto de la montaña: tocar lo más alto del Everest. Imagino que en esta batalla con la enfermedad me sirvió el tener, de la montaña, constancia, sacrificio y esa ilusión por nuevos retos».

- ¿Y el Everest?
- Ha sido el reto más apasionante y complicado, por todo. No es solo la montaña más grande, es también la más cara, los permisos son carísimos... Tengo una anécdota con eso, mi padre no quiso prestarme dinero y me lo dio mi abuela.
- ¿Fue tan difícil como parecía a priori?
- Mucho. Hizo honor a su leyenda. Me pasó de todo. Veía que muchos sedaban la vuelta porque cambiaba el tiempo pero yo me veía fuerte pero tenía pocas botellas de oxígeno, regresamos al campo base y el serpa consiguió más y nuevamente para arriba y en el camino le tuve que dejar el oxígeno a una chica con mal de altura que, de no hacerlo, fallecería...

Curiosamente, igual que contaba Ana Isabel Martínez de Paz un día antes la pasión por la montaña no era «de nacimiento» en estas dos montañeras. En el caso de la asturiana entró en contacto con ella de forma natural, pero no siendo consciente de ser montañera, como contaba Martínez de Paz que le ocurría a los lugareños del valle de Valdeón y, sobre todo, Caín. Rosa Fernández cuenta que nació en Parada la Vieja en febrero de 1960pero pasó la infancia con los abuelos, en Los Llanos, del Concejo de Cangas de Narcea. «Era muy feliz allí, aunque no había en el pueblo niños para jugar, y andaba por los montes para ayudar a los abuelos a dar de comer a las vacas, corría con mi perro, un pastor alemán, y tenía que andar varios kilómetros para poder ir a la escuela, cinco o seis. Por eso, me recordaba de mi infancia cuando veía que en líos poblados en la base del Everest los niños hacían lo mismo».

Si eso era hacer montaña... ella ya era montañera, pero la afición no le llega hasta los 23 años, animada por sus amigos y su marido, Javier Morán. «La verdad es que cuando empecé no tenía gran interés; no me llamaba en exceso lo de escalar una montaña. Incluso, en las primeras expediciones al Montblanc les esperaba abajo pero, no sé bien cómo, aquello acabó atrapándome y estaba tan entusiasmada como todo el grupo, imagino que en estas cosas influye mucho el grupo».

Picos de Europa fue el espacio en el que se fue haciendo con la montaña,el Naranjo de Bulnes (el Urriellu) fue uno de sus primeros picos, después afrontó el Cervino, de una manera todavía amateur, para ir asumiendo retos más importantes. Y los ha afrontado de todo tipo: losAlpes, el Aconcagua y el Himalaya...las siete cumbres. «Cada verano me marcaba un nuevo reto, aquello iba creciendo aunque creo que un momento importante fue afrontarun pico de ocho mil metros, el G2 del Himalaya en Pakistán, creo que en 1995».

- ¿Y cómo fue llegar arriba?
- Ver el mundo que te rodea desde la cima del G2 es como tener la sensación de poder disfrutar de un horizonte infinito. No se puede contar.
- Ahora sí, con las redes sociales, puedes grabar un vídeo.
- Cierto, cómo ha cambiando la montaña en ese aspecto, antes tenías que llegar al campamento base para decir que habías hecho cumbre.

Pero si hay una fecha que ha marcado su biografía fue aquel año 2009 en el que superó un cáncer de mama; se embarcó en multitud de iniciativas sociales y solidarias como la lucha contra el cáncer, la ayuda al deporte de discapacitados o la protección de la infancia. También es fundadora del primer club de ciclismo BTT para mujeres, con el que ha llevado a cabo proyectos deportivos y solidarios como la travesía Lhasa-Katmandú (meseta del Tíbet), el Camino de Santiago (norte de España) o la expedición Trans-Atlas (centro de Marruecos).

Y este sábado hizo una nueva cumbre, en las gentes de Villamanín, que disfrutaron con sus historias, con su documental, con sus libros, con ella.

Y este domingo, la última cita de las II Jornadas: ruta de senderismo Villamanín-Formigoso-Fontún-Villamanín.
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