El primer Observatorio meteorológico en la provincia de León

Instalado en el Instituto provincial de 2ª Enseñanza (1894/1902)

José María Fernández Chimeno
21/08/2018
 Actualizado a 15/09/2019
Torre del campanario de la iglesia de Santa Marina.
Torre del campanario de la iglesia de Santa Marina.
Si la ubicación del «primer gimnasio de la provincia de León» quedó resuelta en el anterior artículo, el escrito enviado por el Sr. Gobernador Civil de la Provincia de León D. Saturnino de Vargas Machuca, de 30 de julio de 1894, al Sr. Vicepresidente de la Comisión provincial para hacerle partícipe de la necesidad de aprovechar el periodo vacacional para realizar las obras necesarias en el patio del Instituto provincial de León, también pone de manifiesto que en el Instituto de 2ª Enseñanza había estado implantado el servicio meteorológico de la provincia; y en el siguiente escrito, respuesta del arquitecto provincial D. Francisco Blanch y Pons se daba cuenta de la inspección realizada el 26 de dicho mes, dirigido a la Comisión provincial (que esta, a su vez, acordó reservar al conocimiento de la Diputación), se informa que:

«El edificio del Instituto, en general, se halla en buen estado de conservación y por lo tanto con la solidez suficiente para alejar todo temor de un accidente inesperado [...] se hacen indispensables algunas reparaciones que pueden calificarse de urgente unas, y otras de mera conservación y ornato. Corresponde a las primeras, la Torre del Observatorio Astronómico y la viga que sirve de apoyo al tabique y escalerilla para subir a la torre de las campanas de la Iglesia de Santa Marina, que constituyen voladizo en la antesala del Laboratorio Químico. [...] La Torre tiene su cubierta inútil y es la parte del edificio que produce temor de ruina [...] y como á dicho piso que es como una azotea, no sube nadie ahora, desde que no funciona el Observatorio Astronómico».

Dos datos importantes aporta el Arquitecto provincial a esta investigación; por un lado, que la función de la deteriorada «torre» del Instituto provincial pasó en algún momento de ser un Observatorio Meteorológico a hacer las funciones de Observatorio Astronómico, quizá desde el año 1894, cuando dejó de funcionar como tal; y por otro lado, que esta «torre» era colindante con «la torre de las campanas de la Iglesia de Santa Marina», lo que nos lleva a situar la ubicación del particular edificio con verdadera precisión. Si nos atenemos a la segunda parte del último informe conservado en el Archivo de la Diputación Provincial de León (ADPL), que data del 21 de octubre de 1902, cuando el Arquitecto provincial se dirige al señor presidente de la Excma. Diputación, D. Félix Argüello Vigil para informarle de la inspección sobre el estado del Instituto provincial, observando que: «Tiene un solar edificado excepto un patio al aire libre, único desahogo del establecimiento que no sirviendo para días fríos y lluviosos como son los de la mayor parte del curso, los alumnos tienen que aglomerarse en el vestíbulo de la entrada que tiene malas condiciones de salubridad por estar el suelo a metro y medio más bajo del nivel que el piso de la calle. Consta el edificio de piso bajo, principal y segundo, y todo él, si bien no puede declararse en estado ruinoso, se halla en mediano estado de conservación, no solo por los dos siglos que cuenta de existencia, sino por las reparaciones que han sido necesarias llevar a cabo en la Torre de Observatorio, en la escalera que he tenido que apuntalar y en otras partes del edificio».

Al no poder disponer la Diputación Provincial del observatorio meteorológico de la ciudad ubicado en el Instituto, el ingeniero agrónomo D. Antonio Fernández, por orden del señor director general de agricultura, industria y comercio, escribe al servicio agrónomo de la provincia de León con la intención de implantarlo de nuevo e insiste en «la conveniencia de instalar un observatorio meteorológico en el palacio de la Excma. Diputación a cuyo efecto bastaría construir una azotea o terrado donde pudieran tomarse las observaciones necesarias». A buen seguro que la llamada de atención de sus señorías (Miembros del pleno) por el ingeniero agrónomo, fue compartida por el arquitecto Francisco Blanch y Pons, dado que desde 1893 se había encargado de las diversas reparaciones de la «torre» del Instituto provincial asistiendo año tras año a su progresivo deterioro hasta verla quedarse en un estado ruinoso, necesitando profundas reformas, presupuestadas por Blanch y Pons a finales de 1894 en 1.830,58 pesetas.

Siendo presidente D. José Rodríguez Vázquez (1894-1895), en su escrito del 8 de enero de 1895 el arquitecto provincial dejó constancia de la aprobación de la propuesta por parte de la Diputación provincial, el día 19 de diciembre de 1894, indicando que el lugar más indicado es la cúspide de la cubierta de la torre del ángulo sudeste del Palacio de los Guzmanes, que hace esquina con las calles de San Marcelo y del Cid; y lo hace con el siguiente testimonio:

«Que después de oído el parecer de dicho señor ingeniero se necesita que sobre la cubierta de este edificio se construya una azotea o plataforma desde donde; y al aire libre se puedan tomar las observaciones; y al mismo tiempo construir una pequeña garita o templete en el centro de la azotea para guarecerse en días de temporal».

Tras enviarse el oportuno permiso al Gobernador de la provincia, previo a la ejecución del proyecto y presupuesto de las obras, el pleno de la Diputación, en sesión del 29 de enero de 1895, bajo rúbrica del Vicepresidente D. José Fernández Núñez, acordó dar el visto bueno a la realización de ambos trámites que ascendían a 1.545,49 pesetas. El arquitecto provincial, siendo conocedor del reglamento que afectaba a los edificios públicos –similar a la que Gaudí tuvo que pasar para la aprobación del proyecto del Palacio Episcopal de Astorga–, elevó sus diseños a la aprobación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; pero no fue esta institución la que echaría por tierra el tan anhelado observatorio meteorológico, sino, como en otros proyectos (biblioteca provincial), la decisión de suspenderlo vino de la Comisión de Fomento, que en sesión del 3 de abril del año en curso, argumentó la inexistencia de una partida presupuestaria para este servicio por no ser de urgente necesidad. De estas férreas limitaciones presupuestarias tuvo constancia el Director de Instituto provincial D. Juan Eloy Díez Giménez, durante todo el tiempo que estuvo al frente de la institución, como lo corrobora el escrito que el 15 de enero de 1897 dirige al arquitecto Blanch y Pons, para que tuviera la bondad de hacer un reconocimiento más exhaustivo del Instituto «con motivo del hundimiento del piso sobre el cual se encuentra armada la escalera que da acceso a la planta principal de este edificio», al peligrar su seguridad.
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