El recuerdo de Eva en la celebración del 2 de abril

Desde el pasado año, este día dedicado a la literatura que tiene como protagonistas a los más pequeños lleva para mí la impronta de un nombre propio, el de Eva del Riego Villazala, fallecida inesperadamente en agosto de 2021

Mercedes G. Rojo
04/04/2023
 Actualizado a 04/04/2023
‘Gatus estellae’. | EVA DEL RIEGO
‘Gatus estellae’. | EVA DEL RIEGO
«Me gusta decir que soy una aprendiz que cuanto más sabe de este mundo, más ignora».
(Eva del Riego. Artista plástica)

Un año más, el pasado domingo – y así desde 1967 en que la International Board on Books for Young People (IBBY) lo eligiera, en recuerdo del nacimiento del escritor danés Hans Cristian Andersen, en1805, famoso por sus cuentos para niños– se celebraba el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil. A lo largo del tiempo que viene durando ya esta sección, hemos podido ir descubriendo en ella no pocos nombres tanto de autoras como de ilustradoras que desde nuestra provincia o en relación con ella se internan por los caminos de la hoy conocida como literatura infantil y juvenil. Por nombrar solo algunas, entre las primeras nombres como el de Ana Alonso, Beatriz Berrocal, Manuela López, Paz Brasas, Vanesa Diez,...; entre las segundas: Sandra Martínez, Pauta de la Calle, Graciela Gª Robles, Laura G. Bécares.... Un rastro que, poco a poco también podremos seguir a través de un blog dedicado específicamente al mundo infantil y juvenil ‘Letras desde el desván’, que gestiono junto a Felicitas Rebaque y donde encontraremos referencias a sus obras, reseñas de sus libros, entrevistas... En cualquier caso tanto su presencia en estas secciones como la convicción de que gran parte de la tradición oral en la que muchas de estas obras se basan ha estado custodiada por la voz y la memoria de las mujeres, nos deja clara la importancia de la presencia femenina en el mundo de la Literatura Infantil y Juvenil, una importancia sobre la que seguiremos insistiendo.

Sin embargo, desde el pasado año, este día dedicado a la literatura que tiene como protagonistas a los más pequeños de la casa, lleva para mí la impronta de un nombre propio, el de Eva del Riego Villazala, fallecida inesperadamente en agosto de 2021, sin darle tiempo a despedirse de muchos de quienes la queríamos y admirábamos y dejando inconcluso para siempre mi primer proyecto editorial destinado a unir lazos entre los más pequeños de la casa y el resto de las generaciones, la colección ‘Historias y leyendas del gato maragato’, que se había convertido en nuestro niño mimado, un proyecto largamente soñado por mí que solo pudo ver la luz cuando me topé con la magia de sus lápices y pinceles, convirtiéndonos en una especie de coautoras del mismo.Por eso me es inevitable volver a traer aquí su recuerdo en un día como este, pensado para celebrar los libros con los más pequeños, siguiendo esa premisa que nos dice que «un niño que lee hoy será un adulto que mañana piense». Y por eso, para recordarla, retomaré hoy algunos de los párrafos que con anterioridad le he dedicado. Eva del Riego (Valdesandinas 1972-2021) llevó a cabo toda su actividad artística desde esta dicha población, llegando a ella sin pasar por ninguna escuela formal donde, de manera más o menos reglada, le hubieran enseñado los principios de la pintura, aunque teniendo diferentes profesores que –reconocía- la habían ayudado mucho, en un camino en el que consideraba que «no hay mejor maestro que el trabajo del día, la perseverancia y los errores». No fue hasta 2010 que comenzó a sentir que recordaba unida al mundo de la creación desde bien pequeña, siempre dibujando, pintando o creando con las manos; y a partir de esa fecha fue un ya «no parar» por un camino que sentía como de crecimiento pues consideraba que «toda práctica artística nos ayuda a crecer como seres humanos que buscan lo bello para sentirse bien, aunque a veces esa belleza nos llegue más desde el fin que queremos alcanzar que desde la forma en que tratamos de hacerlo». Sentía que el arte es tan necesario para quien se expresa a través de él, queriendo transmitir lo que lleva dentro, como para quien lo recibe como espectador y tiene que sentirlo; algo capaz de cambiar el mundo en positivo y, así, más que artista se sentía a sí misma «una espectadora constante que siempre aprende algo». Con un amplio espectro de trabajo en el que gustaba practicar diversas técnicas y donde el mundo de la mujer había encontrado un importante protagonismo, nuestros caminos se cruzaron a través del mundo de la ilustración, en el que se adentró por primera vez para darle vida a nuestro primer trabajo juntas, ‘La leyenda del gato maragato, historia que llevaba años dormida en un cajón hasta que ella consiguió darle tal vida que conseguimos hacerla llegar a miles de lectores y dar rienda suelta a otras que vinieron detrás, conformando una colección que quedó huérfana de una de sus partes fundamentales apenas a tres títulos de haberla creado y cuyo elemento central, ese gato maragato, no hubiera sido el mismo si ella no lo hubiera soñado tal como lo hizo.A raíz de ese proyecto ella bromeaba llamándome «mamá gatuna» mientras se autodenominaba «tía gatuna», nada más oportuno para expresar esa vínculo casi de hermanas que a partir del personaje fue surgiendo entre nosotras y que luego nos llevaría a otras historias y otros personajes, para cada uno de los cuales, Eva buscaba su propia identidad artística, todas diferentes y todas con muchos puntos en común. Por mi parte la broma esta presentarla siempre como mi «no ilustradora favorita», porque a pesar de sus impecables resultados ella se empeñaba en no considerarse como tal. La irrupción de su repentina e inesperada muerte, dejó en solamente tres los títulos que sacamos adelante juntas. Podían haber sido muchas más, porque las historias están ahí, aunque ambas necesitábamos madurarlas y particularmente ella encontrar para cada una el estilo que su sensibilidad y su arte verdaderamente le pedían en función de las características de sus diferentes características.

También participó en otros proyectos, como la ilustración del libro de relatos ‘Nuevos Cuentos Castellanos Viejos II’, de Felicitas Rebaque, donde, en uno de ellos, ‘El oricuerno’, refleja con exquisita sensibilidad a la protagonista enfrentándose a una terrible enfermedad a través del arte, tal vez como si de algo premonitorio se tratase. y todos los que inevitablemente se quedaron en el tintero.

A pesar de la diferencia entre sus obras, según el proyecto al que las mismas perteneciesen, desarrolló para casi todas ellas un rasgo definitorio, algo así como una especia de segunda firma que venía a identificarla (como le ocurre a muchos otros artistas a lo largo de la Historia). Ese particular rasgo queda muy patente en algunos trabajos, mostrándose en otros de forma más sutil. Yo les invito a tratar de descubrirlos, especialmente en sus ilustraciones mientras disfrutan de las historias a las que logró dotar de personalidad propia.

Eva del Riego se nos fue un tórrido día de agosto tal como vivió, discretamente; sin querer hablar de sus dolencias, sin perturbar a quienes la queríamos pero que no convivíamos con ella; porque… nunca le gustó «molestar». Se fue dejándonos su sensibilidad y su arte plasmados en cada una de sus obras, en cada una de esas ilustraciones con las que consiguió crear mundos especiales en los inevitablemente quedan prendidos quienes se acercan a las historias que las inspiraron; su nombre, uno de esos en los que ya es inevitable pensar cada vez que celebramos el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

Gracias Eva, por tu arte y por tu generosidad, siempre.

«Los lápices y los pinceles me dejan escribir en lienzo lo que mi mente no es capaz de poner en palabras».
(Eva del Riego)
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