Isabel Díaz Ayuso es una cómica. La candidata del PP a la presidencia de la Comunidad de Madrid cuenta entre sus asesores de campaña con los magos del humor Joaquín Reyes y el genial Ernesto Sevilla, quienes, con toda seguridad, le preparan los mejores ‘gags’ y las frases más disparatadas para soltar en cada acto de campaña, con la intención de acaparar titulares e incendiar las redes sociales. En la Sexta ya deben estar pensando en abrirle sección fija en todos los programas de la cadena, desde El Intermedio hasta Zapeando. Ha nacido una estrella.
Sus meteduras de pata me resultan tan insólitas, que siempre pienso que se trata de alguna ‘fake news’ que ha terminado por hacerse viral. Pero no, ella es real como la vida misma y salta de polémica en polémica casi cada semana. Desde reivindicar los atascos de la capital previos a Madrid Central como «una seña de identidad» de la ciudad, hasta el famoso «cuando empiezan a hablar de empleo basura me parece que es ofensivo para la persona que está, a lo mejor, deseando tener ese empleo basura».
Esta misma semana repetía actuación, y su éxito estaba casi asegurado. Ella es una valiente, no me digan que no, y en esta ocasión se atrevió con uno de esos temas que suelen levantar ampollas y cabrear al personal: la maternidad, y más concretamente la baja maternal.
«Mi querida amiga Ana, que también será eurodiputada dentro de poco, tiene una niña desde hace una semana y ya está emprendiendo por el mundo. Este es el tipo de mujer que yo defiendo, este es el tipo de mujer que a mí me gusta y no el de la mujer de la izquierda que tiene que victimizar y colectivizar los sentimientos», espetó, sin despeinarse ni nada, en uno de sus actos de campaña.
¿Es esta la conciliación laboral que nos quieren vender?
No nos conviene olvidar que los permisos maternales son derechos adquiridos que ha costado mucho que se reconozcan. Son derechos de las madres sí, pero sobre todo son un derecho de los bebés, el derecho a ser cuidados por la madre que los parió. Ni más, ni menos.
En España, actualmente, la baja materna es de 16 semanas, las madres españolas somos, junto con las maltesas, las madres europeas con menos tiempo disponible de licencia remunerada. Una baja que, sin duda, resulta breve e insuficiente. Y no les digo nada si hablamos de aquellas que además son autónomas, entonces mejor ¡apaga y vámonos!
Quien ha tenido que enfrentarse con el momento de dejar a un bebé de 4 meses tumbado en la cuna de una guardería, sabe bien de lo que hablo.
Señora Ayuso, su amiga Ana no es ejemplo de absolutamente nada, salvo de no ser consecuente con el momento que está viviendo.
Y a mí, que soy una señora muy antigua, no se me ocurre tarea más importante que cuidar, criar y educar a nuestros hijos cuando toca, a los que serán los ciudadanos del futuro, porque eso, también es emprender.
Sus palabras son tremendamente irresponsables, y es que no se trata de víctimas de izquierdas y emprendedoras de derechas, no se trata de separar, ni de enfrentarnos a unas contra las otras, porque cuando quieres proteger la maternidad, debes pensar en todas las madres, y no sólo en aquellas que son tu perfil de votantes, todas somos mujeres y todas somos madres que conciliamos como podemos.
Ayuso se dirige a los madrileños y las madrileñas, a todos aquellos que tienen la posibilidad de votarla (o no) el próximo día 26. Madrid es una ciudad fantástica en la que viví durante más de 15 años, llena de oportunidades; una buena ciudad para vivir, pero una ciudad donde resulta muy difícil criar. Los horarios, las distancias, los atascos… Son muchas las madres que llegan a casa con el tiempo justo para el beso de buenas noches. Y poco más.
La conciliación es una necesidad. Porque voten lo que voten, ninguna de ellas quiere renunciar a ver crecer a sus hijos.
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