Nacho Aller, que junto con Ana R. Jular son los impulsores de la iniciativa, comenta que el proyecto tiene su origen en las reuniones periódicas que un grupo de personas suelen realizar en el Café Ristán y en las que el tiempo parece avanzar demasiado deprisa, por lo que en esta ocasión han querido disponer de un día completo para dar rienda suelta a su creatividad a través de la escritura. "Al tratarse de un proyecto tan amplio en personas e infraestructura decidimos enfocarlo al tema editorial, porque pensamos que el producto que saliese de esa reunión no debía quedarse en el seno del grupo sino que debía tener una difusión pública a través de una edición artesanal en plan coleccionista", reconoce.

Nacho Aller insiste en que lo que se va a llevar a cabo este sábado en el Café Ristán es un ejercicio de escritura, con la singularidad de que los grupos van a estar claramente identificados por sexos dentro de la publicación. "No es una competición entre ellos pero sí lo es de cara al lector, que va a poder reconocer con claridad lo que han escrito unos y otras. Esto forma parte de lo que sería el experimento, porque no deja de ser un experimento al tratarse de personas que proceden de diferentes ámbitos del mundo cultural. Pero pienso que este es un buen momento para hacer algo así porque ahora mismo en León gozamos de mucha amplitud en el ámbito de las letras", asegura el ilustrador, que quiere dejar claro que detrás de este proyecto no existe ningún tipo de apoyo institucional, por lo que una vez pagados los gastos de imprenta los beneficios que se recojan por la venta del libro se repartirán a partes iguales entre los distintos autores. "Si todo sale según lo previsto la idea es que el libro esté disponible para la campaña de Navidad, pues vamos a hacer una edición muy sencilla y limitada en principio a 300 ejemplares. Si la cosa tiene éxito se estudiará si en primavera realizamos una segunda edición".
De lo que se trata es de sacar al autor de su zona de confort, donde se vea obligado a forzar la máquinaSobre la dinámica de trabajo, los diferentes grupos determinarán la manera en que quieren abordar la creación. Sí habrá un receso para comer y una salida a las ocho de la tarde para acompañar a la escultora Charo Acera a la inauguración de su exposición de dibujos en el Pub Galería de la calle Colón. "El planteamiento de permanecer toda la noche va en función del trabajo que se haya desarrollado durante el día", reconoce Nacho Aller, para quien la experiencia tiene algo de performance porque se realiza en un espacio abierto al público, porque de lo que se trata "es de sacar al autor de su zona de confort, donde se vea obligado a forzar la máquina, porque esto también forma parte del experimento y pienso que es tan interesante para el lector como para los propios autores".
En este encierro de escritores van a convivir la tradicional libreta de apuntes que siempre acompaña a un clásico como Toño Morala, colaborador de esta casa, con la última tecnología, a través del encierro online que mantendrá Felipe Zapico desde Ciudad Real. "La tecnología también nos va a permitir la retransmisión en directo de momentos puntuales del encierro para que las personas lo puedan seguir desde sus casas, pero insisto en que no se trata de un Gran Hermano como se ha llegado a sugerir desde algunos medios de comunicación, sino de un experimento pionero en nuestra ciudad en el que nos vamos a servir de la tecnología para desarrollarlo un poco más si cabe", concluye Aller.