"El Torío me lo quitó, el Torío me lo devolvió"

Sebas Román se declara "feliz como una perdiz" de haber podido recuperar la otra mitad de la obra que tenía colocada en las márgenes del Torío y le habían llevado las riadas de hace unos meses. Primero él mismo recuperó una parte y José Manuel, un vecino de Vegacervera, ha localizado la otra mitad

Fulgencio Fernández
28/03/2020
 Actualizado a 28/03/2020
La mitad rescatada a finales de enero estaba en muy buen estado. | MAURICIO PEÑA
La mitad rescatada a finales de enero estaba en muy buen estado. | MAURICIO PEÑA
El escultor Sebas Román entró en la cuarentena con las pilas cargadas pues la última noticia anterior al confinamiento fue que había aparecido la otra mitad (en dos partes) de la obra que se habían llevado los rigores de los huracanes Daniel y Elsa de este invierno. Era una de las piezas del proyecto Arte en la naturaleza que estaba colocada en la pared de una casa de Vegacervera —La Galería— que da directamente al río Torío. Y aunque la pieza, de gran tamaño, estaba colocada a mucha altura la riada fue de las que hacen época y la arrancó.

Media pieza desapareció y nada se sabía de ella, la otra mitad quedó mal enganchada y con el tiempo se soltó pero quedó a unos pocos metros, nada más pasar el puente. La Nueva Crónica avisó a Sebas Román del hallazgo y el propio artista de Castrotierra de la Valduerna acudió a recuperarla, con la ayuda del lugareño Héctor Escobar, el editor. Lo lograron, no sis dificultades.

Aquel mismo día, el 26 de enero, Román se propuso recuperar la otra mitad pero todos «me decían que ya estaría en la desembocadura del Duero, pues se soltó en los días de las riadas». Pese a ello ofreció una simbólica recompensa: «Una cena para dos en un restaurante de Vegacervera».

En las tareas «de rescate» estaba también José Manuel, vecino de Vegacervera, justo al lado del lugar donde apareció la otra mitad y «picado por la curiosidad» más que por la recompensa decidió dirigir sus habituales paseos por la orilla del Torío, por ver si la  pieza andaba por allí. Y en la primera semana de marzo las encontró. «Paseaba con Cecilio y las vimos. La primera cerca de la curva del Escobio y la otra parte donde ‘la fábrica de la luz’. Están en mal estado, pero resistieron, son duras», señalaba José Manuel, que espera al fin del ‘encierro’ para devolverle la pieza a Sebas Román, quien acude a una frase bíblica, al revés, para resumir la historia: «El Torío me lo quitó, el Torío me la devolvió».
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