La muestra está integrada por veintiocho fotografías en blanco y negro de pequeño y mediano formato, algunas de ellas integradas en bloques secuenciales con un sentido narrativo concreto mientras que otras funcionan como unidades independientes entre sí dentro del conjunto global de la temática que la exposición propone, la relación visual y plástica entre la danza contemporánea y el movimiento de las medusas.
También se incorpora, no como un componente complementario, sino como un elemento esencial de la muestra, un vídeo que tiene el mismo título y una duración de cuatro minutos y veinticinco segundos. El vídeo se ha realizado por medio del diálogo sutil y sugerente de imágenes marinas y algunas de las fotografías de Elena Plaza en un entramado de una gran intensidad poética. La edición y montaje del mismo corrió a cargo de Paco Torres y la música, dotada de un ritmo secuencial y fuerza envolvente, es de Jorge Da Rocha. El vídeo se realizó en el 2022 en Madrid. Este proyecto ha sido realizado gracias a la generosidad del colectivo ‘Danza en Valores’ y a Javier Mosquera de la Vega que, como director del Festival de Danza Gatadans, que le abrió las puertas para hacer posible la realización de estas fotografías.
Elena Plaza muestra en sus fotografías la ductilidad y plasticidad tanto de los bailarines como de las medusas y ello en imágenes en las que la forma es base en la obra pues son fotografías carentes de colorido, lo que produce sensaciones extraordinarias en el espectador con la visualización del movimiento y la luminosidad del ambiente.
Son una serie de imágenes con un carácter poético que llegan a quien las contempla para que en su interior las procese de acuerdo con sus emociones y vivencias
La autora cuenta el proceso que ha seguido en su trabajo que le ha llevado a diferentes lugares de las costas de la Península, explicando la ubicación de las imágenes:
«Las medusas son de Portugal, de Valencia y de Menorca y los bailarines son de una compañía que trabaja en Madrid y que he colaborado con ellos desde 2018 y montan festivales en diferentes puntos de España».
El proceso creativo se refleja en los comentarios que nos hace Elena Plaza acerca de la iniciación y evolución del mismo: «Las medusas siempre me han parecido como bailarines que se mueven y danzan en el mar. Estaba realizando dos trabajos en paralelo, uno era el de las medusas porque creo que son como el semáforo que está avisando de los fenómenos del cambio climático por las subidas de temperatura y están creciendo de una manera que a nosotros a priori nos extraña, pero tiene toda su lógica, nos está avisando de que se está quedando sin depredadores y que debemos tener cuidado con ellas».
En estos comienzos se percibe ya una tarea de defensa del Medio Ambiente que se está viendo amenazado por los problemas que crea el cambio climático como reconoce: «Me puse a hacer un trabajo para reivindicar la defensa de los mares, nuestra Naturaleza, la protección del mar y en paralelo estaba trabajando con los bailarines y de repente pensé que juntos representaban una danza muy mágica. Estos bailarines además siempre trabajan temas sociales porque elaboran sus propias piezas y siempre hablan de la violencia de género, las discriminaciones raciales, la defensa del medio ambiente... Entonces me parecía que era perfecto que estuvieran bailando en un mismo espacio. Y de esta manera salió».
Aunque el roce con una medusa suele ser muy doloroso, incluso a veces peligroso, no ha tenido demasiados problemas con ellas. «Nosotros las tenemos como enemigas y en realidad estamos invadiendo su espacio», dice, y finaliza: «por eso nos avisan para que no nos acerquemos demasiado».
Toda la exposición es como hemos comentado antes con fotografías en blanco y negro, porque como ella reconoce: «Me gusta trabajar en blanco y negro y he intentado que todas las imágenes tuvieran un mismo fondo para que el juego fuera como mucho más real y las medusas tenían el fondo negro, por eso los bailarines, como los he fotografiado en un teatro, siempre estaban sobre fondo negro. Lo único que he hecho ha sido oscurecerlo un poco para que no se vieran los telones y sus pliegues». Todas las imágenes debían coincidir en el fondo, porque era el hilo conductor, por ello tenían que tener el mismo decorado final.
La exposición ha estado viajando por bastantes lugares y se ha podido ver en Valencia, en Éibar, en un par de lugares de Madrid. Elena Plaza dice de ello: «he tenido un feedback interesante, espero que por aquí os guste y os parezca curioso este baile que es tan imaginario, yo estoy feliz en esta ciudad que no conocía, con lo cual es una oportunidad fantástica de conoceros y disfrutar un poquito».
La inauguración de la muestra corrió a cargo de Luis García, director del departamento de Arte y exposiciones del ILC, quien comentó la importante trayectoria de Elena Plaza como fotógrafa, desde su formación, pasando por los numerosos premios que ha recibido y las exposiciones y libros que ha realizado, trazando una valoración sugerente de la obra presentada en la primera planta del Centro Leonés de Arte.