Conscientes de la atracción que la Naturaleza ejerce sobre las personas, los ayuntamientos más avezados han diseñado y potenciado numerosas rutas en su municipio. Tal es el caso de Corullón, una villa con larga e interesante historia que no ha deseado dejar pasar la oportunidad y ha preparado una serie de rutas para descubrir el municipio.
En páginas anteriores se ha hablado de la Pena do Seo, una de las cumbres más elevadas del entorno, así como del monasterio de Cabeza de Alba y se han realizado rutas a esos lugares. Sin embargo en la zona hay muchas más y una de ellas es la que en estas páginas se propone, llamada en su página web «Ruta del Castillo».
El castillo en general no es visitable, aunque es BIC y ello conlleva que en determinados momentos debe estas abierto al público y eso se venía haciendo, aunque con la pandemia ese tema se ha paralizado y se debe retomar.
La ruta
Comienza en la plaza de Corullón, desde donde se toma la carretera que va hacia Villafranca, una carretera amplia y con buenas aceras en la que, a los lados, hay edificios con jardín a su alrededor y espacios de verde con árboles, desde donde se puede contemplar la hoya berciana.Casi medio kilómetro después de haber salido de la plaza se llega a la iglesia de San Miguel, una hermosa construcción románica con numerosos detalles de figuras en sus capiteles. Antes de entrar en el pasillo que conduce a la iglesia se puede ver una señal que indica la «Ruta del Castillo» y algunos de sus detalles, sobre todo saber que este es el camino correcto y pasa al lado oeste de la iglesia, que se puede ver en su fachada sur, la más interesante.
El camino comienza a subir con una pendiente bastante pronunciada y al lado se pueden ver las viñas que lo rodean. Poco después se encuentra un cruce de caminos y se va a seguir por el del centro, una senda algo estrecha que luego continúa a la derecha por una plataforma más estrecha todavía, donde ya se ve algún que otro castaño.
Según se asciende la vista es cada vez más interesante. Hacia la izquierda se distingue la localidad de Corullón esparcida a lo largo del monte. Hacia la derecha se encuentra Villafranca con todo su entorno y detrás la hoya bercianda, llegando hasta más allá de Ponferrada.


Pasadas las cabañas se encuentra otro área recreativa con fuente y vistas a todos los valles y, desde este alto, comienza una fuerte bajada hasta la bodega de los descendientes de J. Palacios, una construcción adaptada al entorno y dedicada a la elaboración de los excelentes vinos que produce. En este punto se debe salir a la carretera que sube a Cadafresnas y baja hacia el Selmo e ir hacia las bodegas, sin tomar el camino de abajo, sino siguiendo el asfalto de las mismas bodegas hacia el alto y una vez allí seguir hasta el «Cerro dos Mouriños», al que si se desea se puede subir entre las jaras y la maleza, pero no es aconsejable, las vistas son similares a lo que se va viendo hasta ahora y se verá después. En este tramo la vegetación pasa a ser similar al bosque mediterráneo, con robles, encinas, carqueixa y muchas jaras.
La bajada posterior al cerro es pronunciada con algún que otro giro y siguiendo por terreno de viñas, encontrando una portilla que no se debe traspasar, sino girar a la derecha, para poco después hacerlo a la izquierda y llegar a la parte baja de los viñedos, ya con vistas a Toral de los Vados en el serpenteante cauce del Burbia.
A continuación se sigue por un camino que desciende con mayor suavidad, aunque la pendiente del terreno hacia el cauce del Burbia es pronunciada y las encinas se alternan con castaños. Tras un recorrido tranquilo se llega a la carretera LE 5220 en una pronunciada curva donde existe un área recreativa y un excelente mirador a la vega de Corullón.
Desde este punto se proponen dos posibles recorridos, uno por la carretera y el otro por un camino que sale en las cercanías del que que se traía hasta aquí. El más interesante es el segundo que baja por un camino de hierba empinado y entre castaños, viñas y cerezos, hasta desembocar en otro más amplio que a la vez termina en la carretera a la entrada de Corullón. Solamente queda un largo recorrido por las calles estrechas de la localidad, pasando al lado de otra iglesia románica, la de San Esteban, la joya de la corona, para finalizar en la plaza, donde se debe dar por terminada la ruta.