Escribir para salvar los miedos

Manuela Bodas es una escritora que cree en sí misma de forma contenida, lo que la lleva a estar en continua búsqueda

Mercedes G. Rojo
05/03/2019
 Actualizado a 16/09/2019
Manuela Bodas en una de sus intervenciones en 'Cienta cuentos contigo'. | L.N.C.
Manuela Bodas en una de sus intervenciones en 'Cienta cuentos contigo'. | L.N.C.
"Escribo como terapia, también para adecentar un poco las vísceras. Para mí leer y escribir son dos pilares fundamentales, son manjares suculentos que, además del amor, dan sentido a mi vida". (Manuela Bodas. Escritora).

Así habla de si misma nuestra protagonista de este martes, Manuela Bodas Puente (Veguellina de Órbigo, 1955), en una de las presentaciones autobiográficas que acompañan su participación en alguna de las diversas publicaciones corales en las que participa, publicaciones en las que va dejando muestras de su hacer tanto poético como narrativo, pues muchas de ellas recogen los diversos premios con los que ha sido galardonada a lo largo y ancho de toda la geografía española, desde hace varios años. Sin embargo no es Manuela autora de sentir prisa por ver su obra publicada y salvo su obra 'Gotas de vida, gotas de sangre', publicada en el 2000 por la Hermandad de Donantes de Sangre de León, y su obra infantil 'En el nido del volcán', editada por el Cabildo de Fuerteventura, y hoy agotadas ambas, aún tiene pendiente compartir con el público lector alguno de sus poemarios o una recopilación de los muchos relatos que va compartiendo en recitales, filandones y otros encuentros literarios en los que participa.

Manuela es uno de esos casos de personas que día a día viven inmersas en el mundo de la creación literaria desde una pequeña localidad y al margen de las ocupaciones diarias a las que profesionalmente se dedica. Sus inquietudes en este aspecto la llevan a adentrarse en diversos campos de la escritura: poesía, relatos e incluso esos personales artículos de opinión, reflexiones propias que desde diversos medios de comunicación comparte (con quien quiera leerla) sobre la vida cultural que llena su localidad, otros momentos a los que ella acude y incluso reflexiones sobre aquellos sucesos que le van impactando en su día a día, forman parte de su hacer literario; con una marcada propensión a manifestarse sobre aquello que le parece injusto en la vida, a alzar su grito en forma de palabras, no solo para curarse a sí misma de las heridas que dejan en su alma, también para que su grito provoque en los demás ese punto de reflexión a la que ella misma se obliga.

"Me queda mucho recorrido para llegar a escritora", dice a menudo. Y mientras tanto, de forma habitual, nos va desgranando sus palabras en publicaciones de todo tipo y en eventos literarios, adaptándose a las circunstancias de los mismos. De la escritura, practicada de modo creativo como ella habitualmente hace, buscando a menudo el juego de palabras y de fórmulas con las que combinarlas, dice que le ha servido para aprender a hablar en voz alta consigo misma, ayudándola a salvar sus miedos, a canalizar emociones y a plantearse preguntas sobre los vacíos de la misma que ella misma busca responderse. Y profundamente marcada por sus lecturas, es de esas personas que guardan en su haber más de un libro sobre el que le gustaría volver una segunda vez, pero que olvida con facilidad esos autores o libros que en algún momento de la vida ha considerado no merece la pena perder el tiempo con ellos. Y quizá en el reconocimiento de que la escritura ha sido para ella "una forma terapéutica de sanar algunos sufrimientos y de espantar a los espíritus menos queridos", escribe a menudo sobre temas como la violencia de género, la necesidad de la donación de sangre, el parkinson, o tantas otras circunstancias negativas que nos rodean en la vida, y en cada texto consigue colar siempre un aliento de esperanza (… Paso de lado/para no rozar/las esperanzas perdidas./Porque en el aliento final/tendré que volver).

Escritora que cree en sí misma de forma contenida, lo que la lleva a estar siempre en continua búsqueda, es persona agradecida a cuanto recibe de su alrededor y así se confesaba, por ejemplo, en la intervención que junto a otras tres escritoras veguellinenses de nacimiento o adopción, tuvo para la edición de 2009 de Poesía a orillas del Órbigo, palabras que no puedo dejar de recoger por lo mucho que dicen de ella: "Cuando escribo soy 'escribidora', acaso 'escribiente'; voy sin pausa de la reflexión a la irreflexión como acto de escritura. Sé que aún me queda mucho para ser escritora pero en cada escrito vuelco mi alma. No puedo olvidar en este viaje a quienes me acompañan; a veces me ayudan con el equipaje, otras me prestan el hombro para el descanso; me comprenden hasta lo incomprensible…".

Con Manuela Bodas me unió una casualidad que durante años nos ha permitido compartir premios, publicaciones, filandones, encuentros literarios de diverso tipo e incluso juegos literarios. Justo era que le dedicase por fin alguno de esos caminos artísticos que voy transitando cada martes, mientras espero junto a tantas otras personas que pronto su obra aparezca recopilada en alguna edición que nos permita acceder más fácilmente a ese trabajo de años.
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