Se trata de su primer poemario en los últimos seis años, desde la publicación en 2017 de ‘La protección de lo invisible’, y es también el primero fuera de la editorial Calambur desde que viera la luz hace casi dos décadas ‘De la intemperie’. Con su título, Puerto revive unos versos que Yeats escribió un siglo atrás, en su poema ‘El segundo advenimiento’, donde el irlandés subrayaba, profético: «...y por todas partes / se ahoga el ritual de la inocencia».
«Lo que dice Yeats es que vivimos en una sociedad donde todo se profana, incluida la naturaleza. Yo he intentado situarme desde la perspectiva del inocente, a partir de una mirada marcada por la pureza y la inocencia, para ver el mundo con otros ojos, con unos ojos respetuosos, marcados por la piedad y no por la profanación ante la realidad, ante el mundo, ante el ser humano», relata a Ical.
Frente a un mundo que «carece de sentido de comunidad», el poemario reivindica además al poeta como «tejedor de palabras», sin las cuales «no hay belleza» ni posibilidad de revelar la claridad que hay en el mundo, «esa luz de la que todo está investido y que, de alguna manera, nosotros ensombrecemos y perturbamos».
Entre sus versos, confiesa, «hay una celebración del habla y de las lenguas que el ser humano tiene para expresarse y para comunicarse». «Frente al aparente caos en el que vivimos, existe un cosmos o un sentido del mundo que es el que ha de buscar la palabra poética para revelarlo, iluminarlo y transmitirlo», apunta.
Para Puerto, ‘Ritual de la inocencia’ es «un poemario de celebración». «Hay una celebración de lo pequeño, de lo cotidiano, de lo humilde, pero también de cosas como el transcurrir del tiempo, del agua, de la luz, de los lugares, de los seres próximos y queridos, y también de la naturaleza, del arte, de la música…
Todo eso está ahí, conviviendo a la vez con huellas antiguas, casi arqueológicas, que todavía perviven del ser humano, como las estelas o los dólmenes», resume.
Dotar de sentido al mundo
Desde su hogar al lado de León, el escritor subraya que, en tiempos de posverdad, ‘fake news’, apariencias y materialismo, la poesía es, junto al arte o los valores humanos, una de las más poderosas herramientas con que contamos para alimentar la llama de «una luz que nos orienta y nos da sentido». «La poesía contribuye a dotar de sentido al mundo, a mantener nuestra sociedad alejada del caos», defiende.
En ese sentido, cita a la poeta judía Nelly Sachs para recalcar que «poetizar es realizar un viaje a la transparencia o, lo que es lo mismo, a lo sagrado», algo que ha intentado lograr con sus versos. «La poesía es la actividad fundamental en mi existir. Yo tengo conciencia de que escribo poesía prácticamente desde el final de la niñez, desde la adolescencia, hasta hoy mismo. Es una creación que me ha acompañado, como autor y también como lector, porque para mí es uno de los dones que tiene el ser humano para que la vida del espíritu no se apague en él», reflexiona.
Puerto confiesa estar «contento» con el libro ya en las manos, tras un proceso de edición «muy cuidado» a cargo de Reino de Cordelia, en su primera colaboración con la editorial. «Está muy bien diseñado, de una forma muy limpia que permite una lectura cómoda de los versos, y con una portada muy hermosa», asegura en alusión al detalle de una ilustración de una pimpinela que preside la cubierta, extraído de las ilustraciones que acompañan el libro ‘The new herbal’, escrito por el padre de la botánica moderna, Leonhart Fuchs, en 1543.