José María Merino, un clásico de la literatura leonesa al que ‘celebraron’ su ochenta aniversario con un homenaje que define como «entrañable pues siempre está muy bien que en tu ciudad de algún modo te recuerden y te feliciten». Además acaba de publicar un libro de relatos —‘Noticias del Antropoceno’— que es casi un grito desesperado ante la imparable destrucción a la que sus habitantes estamos sometiendo a nuestro planeta.
–Bien parece que la degradación del planeta te ha golpeado fuerte ¿Es una sensación actual o es un dolor que te llevaba tiempo afectando?
–Viene de lejos, pero sí te reconozco que con la edad lo veo más claro. Y es que he visto cómo se van destruyendo cosas que eran hermosas y las hemos perdido pero seguimos actuando así, por lo que mi conciencia se rebeló y me hizo pensar que no estaría mal un libro de cuentos, ficción, en los que repaso una serie de catástrofes que viene provocando el ser humano moderno. A fin de cuentas yo es lo que tengo a mano, la literatura, y de ella me sirvo.
–¿La narrativa también es un arma cargada de futuro?
– No sé si tanto. Lo que sí creo es que es una vía muy interesante para trasmitir ideas y opiniones. Podía haber hecho un ensayo pero a mí lo que me surge de una manera natural es la narrativa, los cuentos.
–Cuando menos abre el debate.
–Bueno sería. Mejor que se discuta de la degradación medioambiental, el cambio climático, la muerte de muchos insectos, la basuraleza que de otras chorradas que escuchamos debatir.
–¿Sigue habiendo negacionistas del cambio climático?
–Yo creo que no los puede haber, no se puede negar la evidencia de que de pronto las temperaturas en el oeste de Norteamérica suben a más de 40 grados, que el mar ha aumentado su nivel, que los polos se están deshaciendo... Creo que el negacionismo ha muerto de muerte natural.
– Este año ha nevado más en Madrid que en Busdongo.
–Cierto. El fenómeno de Filómena nos lo recuerda. Hay quien dice que estos fenómenos son recurrentes, cierto... pero no tanto. Estas cosas antes ocurrían una vez al siglo y ahora ocurren cada diez o quince años, no es lo mismo.
–Has titulado el libro como ‘noticias...’ ¿Son, además de cuentos, noticias puras y duras?
– Yo lo había titulado ‘Cuentos del Antropoceno’ pero al verlo acabado pensé que tenía mucho que ver con la comunicación de hechos que ocurren, que vemos cada día, y lo convertí en eso, en noticias .
–La situación llega a ser tan preocupante que «Dios dimite», que el Papa sueña con la dimisión del Hacedor, como que hasta Él baja la guardia.
–Y además es el primero de los cuentos del libro. La verdad es que le di muchas vueltas y me pareció oportuno que hubiera algo de humor, que rebajara el drama y que fuera un libro con algo de sátira, de sarcasmo, de humor. Creo que la gente lo asume mejor desde el humor que desde la tragedia.
–¿Qué dirá el Papa Francisco si se entera?
–Vaya por delante que este Papa me cae bien, pero me apetecía hacerle soñar con que el Altísimo dimite.
– Dices que ya no ves golondrinas en las ciudades pero con ellas también se va el mundo rural, corre peligro esta civilización, esa forma de entender el mundo, de estar en él.
–Ciertamente. Tan evidentes como otros síntomas de los que hemos hablado hay otro igual de evidente, el abandono del mundo rural, un abandono que yo considero estúpido pues nos estamos yendo a los gigantescos cultivos, con lo cual estamos acabando con uno de los valores del mundo rural, la variedad de la naturaleza. Obligamos a que la gente se vaya.
–En León es un problema grave.
– Este sistema está empobreciendo a León desde todas las perspectivas. Desde la perspectiva de la población, pues la gente se ve obligada a irse. Hay un planteamiento muy equivocado de lo que debería ser un buen futuro para el Planeta. Que el mundo rural esté desapareciendo es una salvajada y una solemne estupidez desde el punto de vista de la supervivencia del planeta.
–Hablabas de los macrocultivos pero también se van asomando las macrogranjas.
–Más de lo mismo. Absolutamente irracional, pero es obligación de nuestros gobernantes ver estas cosas y plantearlas de otro modo. Hay una responsabilidad pública y política de altísima magnitud. Si los políticos están para algo es para trabajar sobre estos temas.
–Vamos con otro macro... los macroparques, gigantescos molinos en paraísos naturales.
–Creo que la ciudadanía debemos responder. No es posible que se carguen la montaña de León llenándola de molinos. Es una salvajada. Viva la energía eólica, perfecto, pero pongan ustedes los molinos donde no se cargue usted un paraje de enorme belleza y de enorme potencial natural, no sea usted cafre, que eso es una barbaridad para todo, para la belleza del paisaje, para las especies animales que lo habitan... para todo.
– Dicen que están poniendo una energía limpia.
–Seamos claros, están jodiendo un espacio natural y eso es una salvajada, lo miren por donde lo miren.
–Uno de los cuentos del libro se refiere a este tema.
–Y está basado en un hecho real, en un caso de corrupción que hubo en Castilla y León lleno de componendas y corrupciones sobre el tema eólico; lo que me hace reflexionar sobre qué habrá detrás de todos estos proyectos, a saber.
"Este sistema empobrece a León en todos los ámbitos"
José María Merino acaba de publicar un libro de relatos, ‘Noticias del Antropoceno’, que es un toque de atención, casi un SOS desesperado, frente a la degradación del medio ambiente, el abandono del mundo rural y otras ‘locuras’
25/07/2021
Actualizado a
29/07/2021
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