Hoy, estos Caminos artísticos en femenino, encaminan nuestros pasos hacia el mundo del cine a través de una jovencísima creadora que, además, juega en mi propia casa, pues compartimos lugar de nacimiento y de querencia aunque nuestra mirada y nuestra trayectoria, afortunadamente, no se queden encerradas entre sus murallas. Quién me iba a decir a mí hace algunos años, cuando observaba a un montón de niños y niñas prendidos de la magia de una de las películas de la saga ‘Las crónicas de Narnia’ (la primera de todas las que se han rodado), que proyectamos una noche en el Aula de Tabuyo del Monte, donde estábamos de campamento, que entre aquellas miradas encandiladas se encontraba la de una cineasta en ciernes: la de Teresa Rodríguez Seco (Astorga, 1999).
Con Teresa coincidiría a menudo en actividades de distinto índole cultural realizadas en la ciudad, tanto en ámbitos meramente municipales como en aquellos en los que estaban implicados directamente los centros educativos de la misma; por eso tampoco me sorprendió cuando la encontré participando con sus letras en un interesante proyecto literario educativo, ‘Quiero ser una caja de música (Violencias machistas en la juventud adolescente)’, coordinado por Marifé Santiago Bolaños, con la que tantos proyectos compartí en su momento en Astorga. Sus letras, las letras de Teresa –como las de otros estudiantes participantes en el proyecto– se unían como respuesta a las «cartas cómplices, cartas de solidaridad con las víctimas y de rechazo absoluto hacia los verdugos» escritas por nombres de innegable prestigio y compromiso ciudadano como Antonio Gamoneda, Olvido García-Valdés, Fanny Rubio, Fernando Marías, Inma Chacón (y así hasta completar una nómina de diez nombres), en una llamada de compromiso y solidaridad para lo que era, y sigue siendo hoy más que nunca, una verdadera lacra social: la violencia de género. Letras que hoy podemos seguir encontrando en el libro al que aquel proyecto dio lugar bajo el mismo título, editado en 2016 por Eola Ediciones. La imagen de una Teresa ya comprometida socialmente a través de los temas escogidos para su tratamiento, comenzaba ya a pergeñarse en esta publicación coral.
A Teresa, espectadora desde pequeña del Festival de cortos de Astorga, siempre le llamó mucho la atención el mundo del cine y la escritura y siempre tuvo claro de por donde quería orientar su carrera en el futuro. Fue participando en rodajes, escribiendo guiones…, disfrutando del ambiente tan creativo y tan colaborativo que se daba en este mundo, un mundo que cada vez «la llamaba» más mientras se iba «enamorando» del mismo. Así que cuando llega el momento de optar por comenzar sus estudios superiores se decidirá por escoger el camino del arte y la comunicación audiovisual. Se marcha a Madrid y allí comienza su periplo de formación con un Doble Grado en Comunicación Audiovisual y Comunicación Publicitaria, que termina con apenas 23 años y que complementará, entre otras cosas, con un Máster de Guión de Cine y Series de Televisión en Madrid. Y de los pequeños cortos realizados para clase, «nada con mucha ambición» dice ella, en 2021 le conceden una beca para realizar un cortometraje.
Es la oportunidad para desarrollar lo que será su «primer gran proyecto profesional y saber lo que conlleva: gestionar un presupuesto, buscar un equipo por mi cuenta que estuviera dispuesto a trabajar durante un largo periodo de tiempo…». La beca implica parte de la financiación y tutorización, un proyecto del que surgirá su primer corto: ‘Su Vida Vivir‘, un trabajo de aproximadamente un año en el que Teresa (y su equipo) tendrá que planear la preproducción, escribir el cortometraje y realizar el rodaje, un rodaje en el que habrá de dirigir a un equipo de más de 40 personas, obligada a «entender como funcionan las dinámicas de trabajo, como motivar a mi equipo y como tomar decisiones». El resultado, una cinta sobre la identidad, afrontada desde el ambiente flamenco, que se basa en «la historia de una bailaora promesa, Ale, que decide contratar a una doble para que ocupe su vida y consiga un papel en una obra de flamenco, que ella no es capaz de lograr. Hay una lucha entre ambas por quien puede ocupar realmente esa vida, quien se la merece más. Las dos pelean por ocupar un espacio o tener una aceptación dentro de esa vida, en la que tiene mucha presencia el flamenco porque se comunica mucha de esa dualidad a través del baile», cuenta la propia Teresa. El proyecto ha viajado ya por Reino Unido, Grecia, Rusia y España, destinos donde ha sido seleccionado para diversos festivales, y, entre los nacionales, también el XXV Festival de cine de Astorga donde, en 2022, se llevaría el premio a ‘Jóvenes realizadores’. Tras esta su primera experiencia como creadora en el Festival, Teresa repite por segunda vez como jurado en la edición de 2023, aportando con ello, una vez más, esa mirada joven y exigente de la que es poseedora y mostrándose muy orgullosa de poner su granito de arena en un acontecimiento cinematográfico del que –tras su paso como cinéfila por el festival de Cannes en su edición del 2023 que le permite acceder en primicia a diferentes estrenos– dice «(considerar) todo un orgullo que una ciudad de poco más de 10.000 habitantes como Astorga haya conseguido levantar veinticinco ediciones de una puesta en valor del cortometraje. Si algo debiéramos mejorar al respecto es en sacar pecho a la hora de hablar del mismo».
En su perfil profesional, postulándose dentro del mismo como guionista, directora de cine y creativa, con aspiraciones a «un futuro rodeado de lenguaje cinematográfico», se define como «autoexigente, comprometida y de alma investigadora», gracias a su mente abierta y a su ingente capacidad de curiosidad, además de una persona «con gran espíritu de liderazgo» al tiempo que es capaz de adaptarse fácilmente a nuevos ambientes y disfrutar gracias a ello de ser parte de diferentes equipos de trabajo. Y así debe ser pues, tras este primer éxito, y tras su paso por diferentes trabajos (como realizadora y presentadora en el programa ‘Calle Mayor’ de Europea Radio, perteneciente a la Universidad Europea, mientras realizaba sus estudios, y otro contrato en prácticas, como becaria de producción, para Morena Films), de uno de ellos, precisamente el relacionado con AVI Films, donde trabaja en el equipo de desarrollo, consigue de su supervisora directa (Jesica Aran) las siguientes palabras de recomendación: «su excepcional trabajo como asistente en el equipo de desarrollo de AVI Films (la define como) una profesional altamente dedicada y con un talento único para la escritura y el análisis de proyectos (...), con un criterio estético y narrativo muy alto (... y) siempre dispuesta a aceptar feedback constructivo y aportar sus propias ideas en la toma de decisiones». Pero ni el éxito de su primera creación cinematográfica seria ni palabras de semejante calibre, la condicionan hacia lo fácil, y en alguna entrevista reconocerá «seguiré formándome y estoy segura de que a partir de ahí surgirán proyectos», como el curso de seis meses, organizado por la MADS (Madrid Audiovisual Drama School) en colaboración con la ESCAC-Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya, ‘Mujeres pioneras en la industria de cine y conciencia de género en la narrativa audiovisual’, y que considera una «interesantísima y necesaria iniciativa que está siendo un gran estímulo intelectual para mí». Y es que conocer tanto las aportaciones técnicas como creativas e intelectuales que las mujeres han hecho y siguen haciendo al mundo de la imagen son fundamentales para hacernos una idea clara del conjunto de todo este universo.
Y una de esas oportunidades en las que confía ya le ha llegado pues, ahora mismo, Teresa está inmersa en el plan DAMA Ayuda, donde su proyecto de serie, ‘Amparo’, ha sido seleccionado entre más de 750 presentados, para ser desarrollado. DAMA es una entidad de gestión de derechos de autor creada para autores del mundo audiovisual, un laboratorio para creadores en el que se incluye una formación específica tanto en técnicas de promoción y venta como en la elaboración de una estrategia encaminada a presentar los correspondientes guiones presentados de forma profesional. Ahora, Teresa Rodríguez Seco tiene siete meses (que concluirán con el mes de agosto), para completar su guión de ‘Amparo’ en todas sus fases, apoyada por su tutora particular, Sonia Pastor, guionista de series con un alto índice de popularidad como ‘Aída’ o ‘Siete Vidas’. ‘Amparo’ es una serie concebida por nuestra protagonista para siete capítulos de una hora de duración que cuenta la historia de una de las mujeres que a lo largo de la historia del conocidísimo y popularísimo consultorio radiofónico sentimental de la época franquista conocido como ‘El consultorio de Elena Francis’, contestaba en nombre de esta –un personaje que en realidad nunca existió, a lo largo de su recorrido en antena desde 1947 a 1984– las cartas recibidas en la redacción de la emisora dirigidas a la misma y que cuyas respuestas no llegaban a ser emitidas radiofónicamente. Se trata de una, sin duda, prometedora historia basada en uno de los fenómenos sociológicos más importantes de la época franquista, vista desde la mirada de una persona que no lo vivió en primera persona lo que le permitirá tomar una mayor distancia frente a la historia y todo lo que la misma significó para la mujer de una época muy determinada. Además de trabajar en el guión, Teresa Rodríguez pretende dirigir también toda la serie, a cuya financiación (de cara al rodaje) tendrá que enfrentarse ya en solitario, aunque espera que el hecho de contar con el aval de DAMA (laboratorio del que han salido títulos tan prestigiosos como la multipremiada película “20.000 especies de abejas”, de Estíbaliz Urresola) consiga, en parte, allanarle el camino.
No es el único proyecto que nuestra protagonista tiene entre sus manos pues, como buena mente creadora e inquieta, tiene algún otro cortometraje en ciernes, tanto como guionista como directora, cuyo secreto aún guarda celosamente.
Teresa Rodríguez Seco no es el único valor cinematográfico de la ciudad de Astorga a lo largo de estas últimas décadas, pero sí es la primera mujer y la más joven de todos ellos (y una de las pocas en la provincia). Yo estoy segura de que tiene un gran futuro por delante (al menos así se lo deseo yo) y ojalá siga sirva de ejemplo a otras jóvenes que –hasta ahora– han tenido muy pocos modelos en los que inspirarse. Sabemos que el camino no es fácil, pero las mujeres leonesas nos vienen demostrando en los últimos años que tienen mucho que aportar y que decir a este complejo mundo de la cinematografía. Va por ellas.