Con estas palabras explica Alberto Fernández Catalán cómo le llegó a él, y a su hermano Javier, madrileños ambos, el interés y hasta la fascinación por la lucha minera. Tanto que los dos dirigieron un documental de media hora de duración cuyo título evita muchas más explicaciones: ‘Elogio de la lucha minera’. Un trabajo que esta tarde puede verse, a las 18 horas, en el Museo de la Siderurgia y la Minería de Sabero (MSM) dentro del ciclo ‘Lucha minera’. La entrada será libre hasta completar aforo.
La pretensión de los autores del documental es dar a conocer no solo las manifestaciones y luchas mineras, sino lo que hay detrás pues, señala Alberto Fernández, "a la vez que reconocemos que es un mito, también tenemos que añadir que es un mito desconocido, que se sabe de él de una manera superficial y con tópicos". A ello añade Lorena Moutinho, de la productora del documental, que «todos los trabajadores le debemos mucho a las conquistas de la lucha minera y eso es bueno que lo sepamos en tiempos como estos, en los que estamos en el proceso contrario, en el de perderlos. Queremos que la gente sepa lo que le costó a muchos trabajadores, como los mineros, conquistarlos». Una reflexión que remata Alberto Fernández Catalán:"Nuestra generación ha olvidado de dónde vienen nuestros derechos".
Nuestra generación ya ha olvidado de dónde vienen nuestros derechos y lo que a muchos les costó lograrlos Aunque lo más llamativo de las luchas minaras sea, seguramente, las imágenes de las ‘batallas campales’ que han librado no son éstas el núcleo central del documental que este viernes llega a Sabero. "Si están las imágenes de los enfrentamientos con la guardia civil, seguramente las que más han contribuido a crear ese mito, pero no las hemos grabado nosotros, son imágenes cedidas. Nosotros nos hemos querido centrar más en los aspectos humanos que se viven ‘dentro’ de los conflictos. Nos pareció importante incidir en ellos, mostrar lo que esta gente estaba pasando para valorar con ello la pérdida de derechos y libertades que padecemos en la actualidad e incluso pensar en lo injusto que resulta el olvido de estas históricas luchas".
Habla de ‘históricas’ pues las luchas mineras no son exclusivamente las últimas, las más recientes y frescas en el recuerdo. El documental ‘Elogio de la lucha minera’ presenta un recorrido histórico que llega hasta los enfrentamientos actuales. Desde la lucha contra la miseria de los primeros grupos de la minería hasta su lucha diaria contra la muerte y la explotación. Los mineros jubilados, los historiadores de las cuencas y los mismos mineros jóvenes que quieren ocultar su identidad ante la cámara, nos relatan en primera persona la emoción y rabia con la que observan la desolación de las cuencas mineras en la actualidad, la destrucción de las infraestructuras mineras, de los derechos por los que lucharon y de los puestos de trabajo.
Reconocen desde la productora (Demos2Art) que han tenido que trabajar con poco tiempo y pocos medios, pero que han cumplido con el propósito del proyecto:"Ofrecer el testimonio de una existencia castigada decenio tras decenio, y la dignidad de su resistencia, de su lucha minera".
Es el testimonio de una existencia castigada decenio tras decenio y la dignidad de su resistencia, de su lucha Reconoce Alberto Fernández Catalán, uno de los directores del documental, que el documental puede tener incluso más sentido lejos de las cuencas mineras, "en las que sí se conoce la realidad de este trabajo, pero lejos de las cuencas nos pareció importante plantear la reflexión de que está la tragedia de las muertes en la mina, evidente, pero que detrás hay otros muchos aspectos, como las condiciones laborales de este trabajo, que no siempre han sido las actuales y que las mejoras son fruto de largas luchas, muchas veces muy duras".
Los recortes, el detonante
Los hermanos Fernández Catalán explican que el origen de este trabajo está en una noticia de presa en las que se informa de los recortes en las ayudas mineras y en los problemas de subsistencia del sector. "Sentimos que teníamos que venir a documentar lo que pasaba en los lugares donde pasaba, en las cuencas mineras. Así lo hicimos y tenemos que reconocer que, como ya he apuntado, nos ha cambiado completamente la perspectiva de las ideas que teníamos, creemos que la realidad está llegando muy distorsionada a la gente. Pronto nos pusimos a hacer entrevistas a mineros jubilados y perjudicados, a escuchar muchos testimonios, a recoger la realidad que e nos contaban quienes la habían vivido en primera persona y deliberadamente no escogimos ninguna imagen de barricadas o enfrentamientos con la policía y la guardia civil. Queríamos escuchar y después contar la historia que nos contaba las personas y pienso que ese es el principal valor que tiene el documental", aunque sí aparecen en el mismo las imágenes de algunos enfrentamientos, pero que les han sido cedidas.
Y desde la productora recuerdan cómo abordaron el proyecto. "En junio, durante una semana, el equipo de Demos2Art nos desplazamos a las cuencas mineras de Asturias con la idea de rodar imágenes impactantes de la lucha minera. Sin apenas medios, ni tiempo, ni contactos. Sin guión y sin producción. Con la intención de dejar que la cámara nos marcara el camino a seguir. De este modo, ya en el primer día de rodaje, encontramos aquello que quedaba oculto a los ojos de los espectadores de las escenas de violencia: la experiencia de los seres humanos que entregaban su aliento a la lucha minera, su desolación, sus pocas esperanzas de victoria, su grito a la sociedad para que no olviden su lucha, para que la continúe. Entonces decidimos que la cámara seguiría este camino, más pausado y menos espectacular, más dramático y desconocido".
Después llegaron las imágenes cedidas de los conflictos y los enfrentamientos y así nació ’Elogio de la lucha minera’, un humilde proyecto pero muy significativo, en cuanto también encierra la voluntad de implicarse con este sector minero de un grupo de gente ajenos a las cuencas y a las gentes de la mina, pero atrapados por una historia de lucha con la que han querido hacer lo que reconocen en el título del documental, un elogio.
Elogio que este viernes llega al que, seguramente, es el lugar más apropiado para exhibirlo, el Museo de la Minería y una ex cuenca minera llena de recuerdos y mineros.