Homenaje a Stevie Wonder
Este es el proyecto en el que más cómodo me he encontrado porque es el que cuenta con más cosas mías Soul, funk y jazz americano son los principales ingredientes que se citan en ‘#Wondering’ a partir de los cuales Baíllo va modelando las texturas que dan carácter a su propuesta y gracias a las cuales rinde tributo a la obra de Stevie Wonder. Goodman ha supuesto un trabajo y arduo que se ha dilatado en el tiempo y ha inundado de exigencias al músico leonés, "uno siempre se exige mucho a sí mismo", pero al final tanto esfuerzo ha desembocado en una innegable satisfacción. "Creo que por fin se han alineado los astros para que pudiera hacer esto ahora. De todo en lo que he estado metido, y han sido muchas cosas, este es el proyecto en el que más cómodo me he encontrado porque es el que cuenta con más cosas mías. Ha sido duro pero también muy bonito". Se considera Baíllo deudor de las bandas que han convertido la fusión en su principal seña de identidad, siendo probablemente, tal y como él mismo confiesa, la neoyorquina Snarky Puppy la que mayores puntos en común y afinidades presenta con la esencia de Goodman, que también insiste en esa idea de estrechar diferentes paisajes sonoros hasta convertirlos en uno solo y exclusivo.
Lu Gotti, Rubén Morán, Juan Galiardo o Antonio Serrano, entre otros, acompañarán a Baíllo en la doble sesión Cuando Javier Baíllo, especializado en el manejo del contrabajo y el bajo eléctrico, decidió aventurarse en Goodman y, por extensión, en ‘#Wondering’ se encontró con los problemas de financiación que una empresa tan ambiciosa como esta suscitaba. Finalmente, acabó acogiéndose a una campaña de ‘crowdfunding’ que, si no toda, cubriera parte de sus necesidades económicas. "En realidad, el mecenazgo es un acto de fe, sobre todo para un proyecto así, sin apenas recorrido. Las mayores recaudaciones de crowdfunding suelen conseguirlas grupos con cierto sedimento y consolidación. Un grupo como el mío obliga a un auténtico acto de fe, sobre todo de los amigos, familiares y allegadísimos. El grueso del pelotón es el entorno que me rodea y de ahí ha salido la mayoría del dinero". Unos 4.200 euros, tras los descuentos obligados, fue la cantidad neta que pudo atesorar a través del micromecenazgo Baíllo para el disco que se va a grabar en directo en El Albéitar, insuficiente para los costes que propicia todo el proceso, que incluye la grabación de un audiovisual "que servirá para potenciar el proyecto y ponerle cara a la música".
Javier Baíllo (bajo) liderará estos dos días una banda base en la que andarán integrados el guitarrista Jorge Majo, los bateristas y percusionistas Pepe López e Iván ‘Taca’ y los pianistas y teclistas Juan Galiardo y Julio Aller. El elenco se completará durante la primera jornada de grabación, la de este martes, con los saxofonistas Rubén Morán y Luis Gutiérrez ‘Lu Gotti’, el trompetista Manuel Machado y los cantantes Andrea López y Dago Rodríguez. La segunda sesión contará con la participación de la armónica de Antonio Serrano y la voz de Javier Arias ‘Dr. Bogarde’. Ellos, gracias a su concurso, darán realce a una grabación que siempre quiso Baíllo que fuera en directo para que mantuviera intacta la frescura que demandaba esta propuesta y para la que requería también la presencia de numerosos músicos invitados. "Contar con la ayuda de mis amigos es el doble de gratificante. Se trata de una reunión de amigos muy entrañable, algo que realmente me hace mucha ilusión. Lo mejor es poder compartir todo esto con ellos".
Durante las dos sesiones se registrarán tres temas de composición propia, otras tantas versiones de Stevie Wonder y una más del clásico ‘My Foolist Heart’, a la que se sumará una pista extra de la que no da más datos Javier Baíllo para preservar la sorpresa hasta el momento del lanzamiento del disco, previsto para el próximo verano. A lo largo de estos últimos meses, La Red ha acogido una versión de ‘Mornin’, canción habitual en el repertorio de Al Jarreau, otra influencia para Baíllo, que ha ejercido como adelanto del espíritu y la filosofía de ‘#Wondering’, donde se reivindica de manera permanente la composición y el arreglo como motores de un proceso creativo que ha ocupado mucho tiempo, que, no obstante, "ha sido muy fluido" y que disfruta de una particularidad, el uso de dos teclistas. "No lo concebí de otra manera", concluye.