De Huelva, nacido en 1998, el músico muestra inquietud por este arte desde muy pequeño. Quizá, por el entorno que desde entonces le rodea, en el que el estilo flamenco prima entre las expresiones artísticas de las tierras andaluzas.
Benito Bernal ha tenido acceso a las guitarras desde su infancia. La afición por la música de su familia le ha llevado de la mano de las melodías antes, si quiera, de entrar en razón. De entre todos los ritmos que marcan el género flamenco, Bernal se decanta -nunca mejor dicho- por los cantes y toques propios de su zona, como son las Sevillanas y los Fandangos. Lo que empezó siendo un juego de niños al ver a su madre y sus hermanos tocar al son de las melodías vocales de su progenitor. Fue su madre quien, por primera vez, le puso en las manos las primeras notar a tocar con su guitarra.
El tiempo le hizo avanzar rondando la escuela municipal de su pueblo mientras la diversión iba dejándose sustituir por un carácter más profesional. Fue a los dieciséis años que, por fin, Bernal pudo acceder al Conservatorio Profesional de Música de Huelva ‘Javier Perianes’. A él sigue el conservatorio de Córdoba ‘Rafael Orozco’ y, acompañando al cante, se alza con el premio de guitarra Niño Miguel. A los veintiuno, ingresa en la compañía de Estevez/Paños -Premio Nacional de Danza en 2019- y, desde entonces todo son éxitos. Con ellos realiza el espectáculo ‘El Sombrero’, que le lleva a actuar también en el Festival de Jerez en 2020. Con veintitrés años, el música ya había acompañado en escena a artistas tan destacados como Arcángel, Miguel Poveda, Ángeles Toledano, Diego Guerrero, Rafael Estévez o Valerio Paños, entre muchos más.
En esta ocasión, aterriza en el Teatro El Albéitar con un concierto de guitarra y palmas que deleita al público leonés a base de flamenco. Lo hace a las 20:30, con una actuación que se enmarca en el ciclo de conciertos AIE.