Gus Geijo: "La actitud muchas veces hay que sacarla a gancho"

‘La psicología del fotógrafo’ es el título de la primera publicación del fotógrafo leonés de personas y belleza que este jueves se presenta en el Palacio del Conde Luna de León con la actuación del músico Álex González

Joaquín Revuelta
01/06/2016
 Actualizado a 16/09/2019
Tras la multitudinaria presentación el pasado fin de semana en Sevilla, ‘La psicología del fotógrafo’, de Gus Geijo (Eolas Ediciones), llega este jueves a León, en un acto que tendrá como escenario a las 20:15 horas el Palacio del Conde Luna, donde el fotógrafo leonés estará acompañado por el músico, también leonés, Álex González, quien interpretará en directo algunos temas de su nuevo trabajo en solitario, ‘Tranvía 28’.

– ¿Este libro obedece a un anhelo personal de querer plasmar por escrito sus reflexiones y personal manera de entender la fotografía?
– Más que un anhelo era una deuda que tenía con la gente, porque el libro engloba un poco mi día a día en la actividad que desarrollo, mi manera de entender la fotografía, qué es lo que hago, esquemas de iluminación que utilizo... Combina un poco la parte técnica con el hecho de contar el día a día de mi profesión de una manera muy llana, para que lo entienda todo el mundo. Y es una recopilación de muchísimas preguntas que me ha ido haciendo la gente con el paso del tiempo y también la mejor manera de pagar lo que entiendo como una deuda con la gente que me ha apoyado y me ha seguido todo este tiempo.

– El propio título del libro, ‘La psicología del fotógrafo’, constituye toda una declaración de intenciones, en el sentido de que usted siempre ha primado las relaciones personales sobre la técnica, que se ejemplifica en esa frase que ilustra una de las paredes de su estudio, The White Room, que dice: ‘Las fotografías las hacen las personas, no las cámaras’.
– Date cuenta que yo siempre he dicho que el 80% de una fotografía es la actitud. Y la actitud, muchas veces, hay que sacarla a gancho, y la establece el vínculo entre el fotógrafo y la modelo. Por eso, para mí, es muy importante todo ese protocolo de actuación que hay antes de disparar la foto, saber sacar o generar las chispas entre la persona que tienes delante y el fotógrafo. De ahí el nombre de ‘La psicología del fotógrafo’, que además coincide con la serie de workshops que llevo haciendo por toda España y Portugal los meses de atrás y con el taller que lleva seis años funcionando y que tiene el mismo título.

– ¿Por qué decidió convertirse en un fotógrafo de personas y no ampliar el espectro de actuación a otros ámbitos de la fotografía?
– La fotografía tiene muchas ramas: naturaleza, deportes, arquitectura... Pero dentro de la fotografía que se hace a la gente también hay ramas, y yo no quería ser un retratista sin más. El fotógrafo de personas engloba cualquier tipo de fotografía que le haces a alguien, a una persona, sea un bebé, una embarazada, un deportista, una actriz, una modelo... La mejor manera es llamarla por su nombre. Y como soy muy básico y muy llano me gustó ese nombre y lo hice mío.

– ¿La fotografía que usted hace debe perseguir siempre la belleza o trascenderla buscando otros aspectos de la persona que posa ante su cámara?
– En la mayoría de los casos se persigue plasmar lo mejor de la persona. En el caso de alguien que tenga unos ojos preciosos iríamos a potenciar ese rasgo. Después hay fotografías que son informativas y a lo mejor ha habido una mala etapa en la vida de una persona y quiere dejarla reflejada y en este caso más que la belleza se persigue un gesto, una actitud concreta en un momento determinado del tiempo. Pero la mayoría de las veces yo busco potenciar los rasgos o la actitud, pero siempre de cara a la belleza.

– La comunicación entre modelo y fotógrafo siempre ha sido determinante en su actividad. ¿Que nivel de aportación suele tener la modelo en el resultado final del trabajo?
– Si es una sesión personal yo siempre trato de dirigir. Sí que es verdad que dejo márgenes a la modelo, porque no conozco a todo el mundo y esto se trata de conocer lo máximo posible de la persona en un tiempo récord. Entonces dejo márgenes para que me enseñe actitudes o capacidades. Pero la mayoría de las veces lo baso en dirigir porque siempre digo que el fotógrafo es el que decide cómo ver a la persona.

– ¿Por qué decidió quedarse en León para desarrollar su actividad profesional siendo como es un fotógrafo con tanta proyección?
– Me gusta estar tranquilo y las ciudades pequeñas me dan esa opción. Además, yo vivo en un pueblo, alejado de todo. Mi profesión me permite moverme y siempre que no me fallen las ganas o la salud para mí es muy fácil ir a hacer un reportaje a cualquier punto de España o presentar un libro, como hice el pasado fin de semana en Sevilla. El motivo principal de haber fijado mi residencia en León es el cariño que le tengo a mi ciudad y la posibilidad, con las tecnologías de hoy en día, de poder desplazarme o enviar los trabajos a cualquier parte sin necesidad de tener que vivir en una gran ciudad, que no me gusta nada. Aparte de eso, busco mi comodidad y la de mi familia.
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