Hacia la "nueva arquitectura tradicional" de la provincia leonesa

Javier Callado recoge en el libro ‘La vivienda tradicional leonesa’, que este jueves se presenta en el ILC, 35 años de trabajo y más de 1.200 fotografías sobre los detalles de las edificaciones más clásicas en los pueblos leoneses

23/10/2024
 Actualizado a 23/10/2024
Javier Callado con un ejemplar del liro ‘La vivienda tradicional leonesa’.
Javier Callado con un ejemplar del liro ‘La vivienda tradicional leonesa’.

Hace la friolera de 35 años que Javier Callado Cobo empezó a interesarse por las edificaciones tradicionales de la provincia. No había cámaras digitales pero él ya comenzó entonces a hacer fotografías de todas las construcciones que le llamaban la atención, que en algunos pueblos eran todas y que, confiesa, no entendía absolutamente nada. Miles de kilómetros, miles de fotografías y miles de casas visitadas a lo largo y ancho de la provincia han dado como resultado ‘La vivienda tradicional leonesa. Ideas para entenderla, rehabilitarla y reedificarla’, el libro que edita el Instituto Leonés de Cultura y que se presenta en su sede (sala Región, con entrada por la calle Santa Nonia, 3) este jueves a las 19:30 horas. 

Devoto de Julio Caro Baroja, atrapado en su teoría de que lo que más enraíza es lo económico y sobre todo la vivienda, el leonés y columnista de este periódico desde su primer número Javier Callado comenzó a estudiar la obra de otros etnógrafos que habían abordado el tema de la vivienda, por las diferentes formas de ocupar el territorio. «En la provincia se puede decir que hay tres tipos de vivienda tradicional: la gallega, que es la que podemos encontrar en Ancares y en varias partes del Bierzo; la cántabra, que se aprecia por la zona de Riaño; y la conocida como de ‘teito’, entre las que podemos diferenciar las de sombrado y las ganaderas según la zona en la que se encuentren». Además de leer a los sabios, «entre los que, por suerte, no hay unanimidad de criterios», Callado fue fijándose en los detalles de las viviendas, en principio insignificantes, en algunos casos considerados como señas de identidad o elementos de diferenciación que, en cambio, se pueden repetir de forma muy similar en comarcas muy alejadas entre sí o que cuentan con una actividad económica y social muy distinta. 

Más de 1.200 imágenes se incluyen en este libro que pretende no ser solo un tratado teórico sobre la vivienda tradicional, sus claves y sus diferencias, sino, como reza su subtítulo, aportar ideas a quienes se encuentren en un momento en el que decidir si comprar y restaurar una casa vieja de algunos de nuestros pueblos, pues se ofrecen ejemplos verdaderamente interesantes de edificaciones que han restauradas a lo largo de los últimos años y que han conseguido resultados sorprendentes. En este sentido, Callado afirma que algunos de los pueblos en los que se puede apreciar mejor lo bien que se ha trabajado la restauración de viviendas tradicionales de la provincia son Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, San Cristóbal de Valdueza, Santa María del Monte de Cea y algunos casos puntuales en Mansilla Mayor.

«Las casas son organismos vivos por el hecho de que son en propiedad, y eso hace que, conforme crece la familia o crecen las ocupaciones, la casa se va ampliando, y respecto al patrón de crecimiento sí que podemos encontrar más similitudes entre edificaciones de distintas comarcas», afirma el autor del libro. «La diversidad viene por los materiales, pero el patrón de crecimiento suele ser el mismo». Como elemento característico Javier Callado destaca los corredores, que nacieron como secaderos y entre los que diferencia el volado sobre la calle, la portaliza y el caidizo o esgolgadizo, que suele estar hecho con adobes. 

Durante muchos años, cuando los pueblos estaban habitados porque en su mayoría la actividad era principalmente agraria, la casa se entendía como «una unidad de producción, que se iba adaptando a las distintas necesidades, a las distintas cosechas» y eso de alguna forma terminaba condicionando la arquitectura. 

Llama poderosamente la atención en el libro de Callado Cobo la cantidad de imágenes de edificios y sus detalles, desde los tejados a los medianiles, puesto que uno de los objetivos que se planteaba el autor «es que fuera un libro entretenido, didáctico, que diera ideas para lo que se podría definir como una nueva arquitectura tradicional, ya que hay muchos casos, muchos ejemplos, de casas en las que se ha restaurado lo antiguo pero reinventándolo, lo que en ocasiones permite conseguir resultados verdaderamente sorprendentes, mejorar lo que había adaptándolo a los nuevos tiempos», concluye Javier Callado, que insiste en que «entender cómo se generó una casa permite reconstruirla con acierto».

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