‘La senda de aquella mina’ o ‘Héroes de la oscuridad y el silencio’ fueron títulos que vieron la luz editorial con la firma de Piorno, un seudónimo que también estaba detrás de un blog con muchos seguidores en el Valle de Laciana o en artículos habituales en la revista El Mixto. No quiso salir a la luz el autor en ninguna de estas iniciativas, aunque al dar pistas de que Villager era su pueblo había muchos indicios de su identidad entre los lacianiegos, no así lejos de aquella comarca. Ahora acaba de llegar a las librerías una nueva obra, una novela firmada por Piorno, ‘Hombres de una raza especial’, que esta tarde se presenta (a las 19.30 horas) en el Instituto Leonés de Cultura, con la presencia del autor, que estará acompañado de sus parientes Manuel Quijano Cerezal y Julián Cerezal Fernández y el profesor de literatura Armando López Castro. Y al anunciar la presencia del novelista también figura su nombre real: Francisco Cerezal González.
– Al fin, Piorno es Francisco Cerezal, ¿una reivindicación del autor?
– No, una casualidad o una anécdota que nace de un error de la editorial, que añadieron al seudónimo el nombre verdadero. Pues de perdidos al río, tampoco hay porque esconderse aunque me sentía muy cómodo escribiendo como Piorno-Kirschenfeld.
– ¿Porqué Piorno?
– El piorno es una planta, un árbol, muy común en Laciana, quería darle esa connotación de algo común, nada extraordinario. Y por otra parte, también en Laciana hay una expresión para definir a aquellos que hablan sin mucho conocimiento de causa: «Estás como un Piorno».
– En una primera etapa firmaba como Piorno, después añadió un ‘extraño’ Kirschenfeld.
– Cosas legales, ya sabes. Había más nombres Piorno en diferentes campos. Entonces pensé en añadir mi apellido, Cerezal, pero en alemán, para no descubrir nada.
– Su blog tenía gran repercusión en Laciana, además se preocupaba de contestar a todo el mundo...
– Cierto, era parte de la gracia del mismo. Aquellos artículos me servían para mantener el contacto con mi tierra pues me fui primero a vivir a Irún y ahora a Madrid. Sí es cierto que era muy activo, había entradas que tenían más de 40.000 visitas. La verdad es que en los últimos tiempos lo he tenido un poco abandonado, habrá que retomarlo.
– Muchas para indagar en su verdadera identidad.
– Era como un juego. Ahora ya se acabó, ya saben que soy Paco Cerezal, como me llaman allí.
– Hoy presenta ‘Hombres de una raza especial’ ¿Se refiere nuevamente a los mineros, al mundo de la minería tan presente en sus novelas y artículos?
– Sí, pero no solo. Hay como tres mundos: el de la minería en Laciana, el mar y aquellos llamados años de plomo en el País Vasco con la permanente amenaza de ETA.
– ¿Qué minería?
– La lacianiega, de la época de la guerra civil.
– El mar y los años del plomo, los otros dos temas, ¿porqué los eligió?
– A ver. La novela tiene realidad y ficción, yo diría que al 50%. Entonces quería abordar mundos que conozco de primera mano. El mar fue mi profesión, me dediqué muchos años al mundo del transporte marítimo.
– El mundo de los llamados años de plomo en el País Vasco, del terror de ETA, ¿también lo conoció de primera mano?
– Yo diría que de primerísima mano, es lo que te puedo contar, el resto está en la novela. Son hechos que he vivido de cerca, demasiado cerca, diría yo.
– ¿Hechos reales, pues ha dicho que hay una mitad de ficción?
– Claro, es una novela, pero los hechos que cuento, que conocí de primera mano como he dicho, están contados tal y como sucedieron.
Historias de las que esta tarde hablará en el ILC «con su nombre».