Un legado único y que muchos leoneses probablemente quisieran atesorar bajo las cuatro paredes de su casa. Eso es de lo que puede presumir como pocos el madrileño José María Alfageme que recibió de herencia de su padre, también de nombre José María Alfageme, una maqueta de la catedral de León de gran tamaño que realizó entre 1973 y 1980 en homenaje a sus familiares antecesores con raíces leonesas.
Según explica José María, "mi tatarabuelo Joaquín Alfageme y su esposa Teresa eran de Toral de los Guzmanes, mi bisabuelo José Alfageme y su mujer Eustaquia también de Toral y mi abuelo Menas Alfageme de Villamañán y mi abuela Socorro de Vegas del Condado". Sin embargo, detalla que "por motivos de trabajo, mi abuelo se encontraba en Gijón restaurando unas imágenes en una iglesia de la localidad asturiana y mi padre nació allí en lugar de en Villamañán que era donde vivían mis abuelos aquella época".
No obstante, la situación en aquel entonces en España por la Guerra Civil obligó a los abuelos de José María a hacer las maletas abandonando junto a su padre la hace muchos años llamada ‘Villamagna’ y asentándose en la ciudad de Madrid dejando atrás su vida en la provincia leonesa.
Desde entonces, el padre de José María desarrolló su vida como pintor en la capital española, donde tuvo a José María y a otra hermana, y aunque sin ningún lazo ya de unión con la provincia, sin tampoco regresar, aunque con un apellido muy de León, no quiso olvidar sus raíces leonesas de una forma muy particular.
"Mi padre era un gran artesano y muy creativo y se le ocurrió la idea de hacer a escala a un buen tamaño la catedral de León, el que puede que sea el mejor símbolo de las raíces de la tierra", señala José María. "Y así fue. Tardó unos siete años en hacerla, desde 1973 a 1980 y lo recuerdo muy bien porque cuando empezó a realizarla yo estaba soltero y la terminó ya estando yo casado y con mi hija Susana con cuatro años", asevera. "Siempre se ponía en la mesa del salón de la casa de Madrid por las tardes a hacerla hasta el día que la acabó que la verdad que fue todo un acontecimiento cuando dijo: la he terminado y no pongo una pieza más".
Una maqueta de la Pulchra leonina con todo tipo de detalle, con luz y sonido, que se quedó en un rincón angosto del salón de una casa de 70 metros cuadrados en una corrala del barrio de Malasaña del centro de Madrid. "Pasaron los años y los familiares y vecinos que la han visto coinciden en que es una obra de arte", resalta José María, que comenta que la maqueta también la utilizó durante unos años como eje central para montar un gran Belén de Navidad "donde lucía de forma imponente y tampoco dejaba a nadie indiferente".
Asimismo, el madrileño asegura que "sigue pasando el tiempo y la maqueta gótica ahí sigue. Mi padre fallece en el año 2000, mi hermana en 2007 y mi madre en 2008 y finalmente me quedo yo heredando la catedral, que ya empieza a ser casi un incordio"; mientras ejercía su profesión de periodista en la capital madrileña, primero durante 12 años para la Cadena Ser (donde recibió en 1981 el Premio Ondas compartido por la retransmisión del intento del Golpe de Estado del 23-F) y luego durante 22 años en la Cadena Cope.
Por aquel entonces, "absorbido" por su trabajo reconoce que dejó un poco abandonada la maqueta «olvidada en una caja enorme en el trastero». Sin embargo, ahora ya jubilado y a punto de cumplir los 73 años, mientras trabaja activamente el proyecto del rodaje de la película ‘Por el camino de en medio’, afirma que cada día ve la maqueta de la catedral de León encima de la cama de una de las habitaciones que usa como almacén de cosas variadas en su casa de Las Rozas.
"Cada vez que la veo pienso en mi padre, en el trabajo que le llevó hacerla y el motivo por el que la realizó", señala José María, que afirma que tan sólo viajó una vez hace unos años a Villamañán y Toral de los Guzmanes para conocer los pueblos sus antepasados familiares.
Razón por la que es él ahora el que quiere también rendirle un homenaje a su padre y busca exponer o donar esta maqueta de la catedral "para que sean muchos más los que la puedan ver y no se me ocurre ningún sitio mejor que en la propia provincia de León".
"No quiero nada a cambio. Sólo quiero que esta joya gótica que existe en una casa de la provincia de Madrid en recuerdo a mis raíces leonesas, que es mi mejor herencia, se luzca en la propia provincia de León que es lo que le gustaría a mi padre y creo que no lo podría hacer un mejor homenaje", destaca el madrileño.
Al respecto, reconoce que le encataría que la maqueta se expusiese en la ciudad de León, "en algún centro cultural, museo o en la propia catedral". Sin embargo, por el momento, se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de León para tal ofrecimiento, "aunque tristemente me han dicho que no pueden hacerlo porque no tienen ningún espacio para exponerla", asegura.
Pese a ello, José María Alfageme sostiene que no cesará en el empeño de este homenaje y está abierto a exponer o donar la maqueta de la Pulchra leonina donde sea para que se pueda ver. "Mi ilusión es que esta maqueta se luzca en la provincia leonesa. No descarto ninguna propuesta, aunque sí reconozco que sería también especial que se pudiera exhibir en Villamañán o en Toral de los Guzmanes que es el verdadero motivo de donde vienen mis raíces leonesas", apunta.
Por el momento, la maqueta de la catedral sigue ‘durmiendo’ en Madrid, pero José María Alfageme espera que pronto pueda ‘despertarse’ en León.