'El hórreo, trilogía poética ilustrada con grabados’ es la exposición que el sábado se inauguró en el Museo de los Pueblos Leoneses de Mansilla. Se trata de una propuesta literaria y plástica integrada por el conjunto de obras que forman parte de tres publicaciones dedicadas a este elemento emblemático de la arquitectura tradicional del norte de España como tema central. "Al mismo tiempo, el proyecto pretende poner en valor, potenciar y relacionar diferentes áreas de trabajo dentro de la misma institución, generando sinergias, colaboraciones y diálogos", señalan desde el ILC.
El proyecto, planteado y desarrollado por la editorial Pata Negra & Fermín Santos, supone una mirada de reivindicación y de valoración en torno a este elemento que a la vez es arquitectónico y mueble, pilar esencial para la cultura rural de una amplia franja geográfica que va desde Navarra a Galicia pasando por Vizcaya, Cantabria, Asturias y León. "El hórreo aúna a la perfección el diseño estético con la funcionalidad práctica para la que se creó, generado unos modelos arquetípicos a partir de elementos constructivos perfectamente calculados que se articulan entre sí generando un maravilloso y genuino ensamblaje que se monta y desmonta con cierta facilidad permitiendo su traslado en caso de necesidad”, como explica uno de los comisarios, Fermín Santos. Y así, este proyecto profundiza y enriquece esa amplia tradición que desde la época medieval conjuga la palabra con la imagen en una unidad expresiva, fenómeno que posteriormente amplía su expansión en el territorio editorial. Surgen de ese modo tres libros (‘Hórreo’, ‘Hórreo II’ y ‘Hórreo III’) que son verdaderas joyas en los cuales se interrelacionan la poesía y la plástica en un diálogo enriquecedor. En el territorio poético surgen enfoques amplios y diversos de expresión que van desde un sintético y expresivo espacio que estaría próximo a un minimalismo sinestésico y que se formaliza en unas escuetas palabras de Eusebio Ruiz, ‘Hórreo, acorde perfecto’, hasta la rememoración vivencial de Aida Masip pasando por la construcción emocional litúrgica del berciano Juan Carlos Mestre, los rituales y costumbres de Santiago Bertault, el homenaje a la madera como materia expresiva y plástica en Ánxel Álvarez o la melancólica visión de un mundo y forma de vida que se desdibuja y desaparece en el horizonte de Roberto González-Quevedo, nacido en Palacios del Sil.
En el territorio de la plástica podemos encontrar desde la síntesis formal y esencial de los principios básicos que definen la arquitectura del hórreo en creadores destacados como Herminio, Adolfo Manzano, Eugenio López o Luis Lanzas, pero también a Tadanori Yamaguchi y la vertiente naturalista de Fernando Alba. En una visión barroca y recargada de un sentido estricto geométrico estaría la propuesta de Pablo Maojo, y enmarcada en una visión geométrica pero de influencias ancestrales célticas estaría la propuesta de Elías García Benavides. En el lado opuesto -un ámbito surrealista casi mágico- nos encontramos con la obra de José Paredes y Fermín Santos, las visiones más realistas vendrían de la mano de Rafael Borroto, Carmen Madreña Roja, Antonio Navarro o Francisco Domínguez.