Los Pekenikes es un grupo histórico, imprescindible, inolvidable, uno de los máximos representantes del pop español de los gloriosos años sesenta. Uno de sus principales integrantes, bajista, armonicista, teclista y compositor es Ignacio Martín Sequeros, quien va a participar el miércoles 15 en un evento que tendrá lugar en el salón de actos del Ayuntamiento de León y en el que se debatirá sobre la música pop en León en la segunda mitad del siglo pasado.
Dos gruesos y muy documentados libros publicó sobre el tema Jesús García, ‘Chus el beatle’, quien vivió como músico los años sesenta en León y que un día se decidió a recopilar en ese par de tomos una inmensa cantidad de información. Como colega y contemporáneo, Ignacio Martín Sequeros escribió el prólogo del primer libro de Chus, el que abarcaba desde 1950 hasta 1989.
Martín Sequeros, que habla de modo fluido y siempre aportando información, anécdotas y curiosidades, recuerda cómo lo convencieron para participar en este acto de León: «Cuando Jesús hizo el primer libro sobre la música en León me pidió que le escribiera el prólogo, y cuando presentó la obra en la Casa de León en Madrid me invitó a participar, pero no me limité a hablar y debatir, sino que llevé mi armónica y ofrecí un pequeño recital. Tanto a Chus como a la audiencia les gustó, por lo que cuando se organizó este acto en León me insistió en repetir todo aquello».
Respecto a su relación con León, el veterano artista explica: «Tengo muchos amigos en León y espero que acudan a la charla…, estoy seguro de que la sala se va a llenar. Muchas veces he estado en León, en fiestas y conciertos sobre todo, porque en su momento Los Pekenikes tocamos varias veces en la capital y en otras ciudades, como Ponferrada. Además, León era paso obligado cuando teníamos que actuar en Asturias o Galicia. Recuerdo el puerto de Pajares, la carretera de Astorga a Ponferrada… ¡qué carreteras, cuántas aventuras!».
Gran parte de la sociedad española de los sesenta seguía mirando con desconfianza eso de la música moderna, e incluso se habla de censura: «Bueno, nosotros no tuvimos muchos problemas de censura ni nada de eso, sobre todo porque Pekenikes era un grupo de música instrumental. Sin embargo, sí que hubo una vez en que sufrimos el picotazo del censor; fue cuando llevamos a la compañía discográfica (Hispavox) el tema ‘Cuatro muleros’, que lo hacíamos instrumental. Nos dijeron que eso no se podía grabar, puesto que tenía connotación política…, y la explicación es que a esta tonada popular Federico García Lorca le había hecho una letra y lo había grabado, junto a la cantante La Argentinita y él al piano, en 1931…, todo lo cual debió resultar escandaloso a los directivos de la discográfica, que no querían que la censura se les echara encima».
Pero la cosa se arregló: «Vino a ver uno de nuestros ensayos Fernando García de la Vega, productor de televisión, y cuando escuchó nuestro ‘Cuatro muleros’ quedó encantado y nos dijo que eso había que grabarlo como fuera. Nos prometió que él hablaría con Hispavox y lo arreglaría. Consiguió permiso para grabarla, pero no para sacarla en disco, sino como sintonía de un programa de televisión, el pionero ‘Escala en Hi-Fi’. El impacto fue inmediato, a la gente le gustó muchísimo, llamaban a las radios para pedirla, a la compañía, a las tiendas de discos. Ante tal avalancha, Hispavox cedió y propuso grabarla nuevamente y lanzarla en disco. Salió en 1964 y se convirtió en disco de oro. Y ningún problema con la censura».
Sequeros revisa aquellos años de forma vívida y con enorme precisión y detalle. Como aquel inolvidable concierto en la plaza de toros de Madrid en 1965, cuando Pekenikes fueron teloneros de los mismísimos Beatles: «Como no había camerinos, les habilitaron la enfermería de la plaza, de modo que no podía uno acercarse a ellos. Pero yo no quise perder la oportunidad de tenerlos cerca, como si me diera cuenta de que esa era una ocasión única en la vida. Cuando terminamos nosotros, yo me quedé con mi bajo en la escalera que daba acceso al escenario, por donde tenían que pasar obligatoriamente. No tardaron mucho, los vi llegar con sus guitarras, el primero era Paul, que se me quedó mirando y, como yo ya llevaba una incipiente barba, dijo a sus compañeros con una gran sonrisa ‘eh, mirad, un niño con barba’. En aquellos momentos ninguno de ellos se había dejado la barba, pero un año después los cuatro las lucían bien frondosas…, no quiero pensar que les gustó la mía».
Ignacio siempre tuvo verdadera pasión por la novedad y por la tecnología: «Sí, desde el primer momento estuve muy interesado por los avances tecnológicos, y hoy día utilizo muchísimo la informática. De hecho, he escrito más de 400 artículos en revistas especializadas. Me encanta hacer cosas con otros músicos cada uno desde su casa, desde su ordenador, y para ello utilizó los programas más avanzados. Así, hoy se puede hacer todo un disco de un cantante concreto sin contar con ese cantante, se puede imitar su voz, su registro vocal, su modulación, su estilo…».
Algo parecido se ha hecho con una mínima grabación casera de mediados de los años setenta de John Lennon, la cual ha sido ‘cocinada’ hasta presentarla como una de los Beatles. Ignacio Martín Sequeros, como músico, no acaba de verlo: «Bueno, eso que se ha hecho con la voz de Lennon es una originalidad muy tecnológica pero no mucho más. Es como si fuera música de la de antes, de la era analógica, pero recompuesta y rehecha por Robocop…, yo diría que le falta calidez, viveza, pasión, no es que esté mal pero…».