El ilusionista de la imagen hace escala en la galería Ármaga

Pablo JeJe se vale de la técnica del collage digital para crear nuevos motivos que a menudo pasa por el filtro de la ironía y la denuncia social, como ocurre con la muestra 'Ilusionismo'

Vicente García
13/09/2024
 Actualizado a 13/09/2024
El artista Pablo García o Pablo JeJe ante las imágenes de sus amigos, gente que abriga. | VICENTE GARCÍA
El artista Pablo García o Pablo JeJe ante las imágenes de sus amigos, gente que abriga. | VICENTE GARCÍA

La exposición de Pablo García está presidida discretamente por un ilusionista sonriente aupado en unos libros con los brazos abiertos y sobre una serie de estrellas. El autor dice que esta creación es una especie de autorretrato y por eso la exposición se titula ‘Ilusionismo’, y de ahí pasamos a contemplar la exposición. Pablo se queja de que la sala de Ármaga, a pesar de haberse ampliado recientemente, no tiene suficientes paredes para toda su obra, está la obra gráfica, pero faltan cientos de fotografías, en especial las colecciones como ‘Crack’, sobre negocios leoneses desaparecidos, ‘Naturaleza y artificio’, sobre casas a las que añade letreros que dan otro sentido a esas casas, los parques de atracciones y cantidad de fotografías que ha realizado en varias direcciones. 

Las piezas que presenta en esta exposición son collages, cortar y pegar, juntar elementos, creados con diferentes intenciones. Por un lado, quiere dar visibilidad a colectivos de personas que habitualmente no la tienen ni en la cartelería ni en la publicidad, que presentan rostros y cuerpos de acuerdo con los cánones de belleza universalmente aceptados. La suya es una belleza diferente, como explica: «A mí me ha influido siempre la publicidad y la gente mayor no está incluida en ella. En la belleza normativa no existen, por ello me gusta crear personajes que no existen, que son imaginados». 

Su técnica es el collage a partir de elementos que se encuentran en internet, mezclando distintas imágenes para formar rostros diferentes y nuevos, totalmente desconocidos. Rostros de personas curtidas por el tiempo, arrugadas o esa serie de ‘Fotografías con filtro y sin filtro’, en la que utiliza el doble sentido de la palabra mostrando mujeres mayores fumando cigarrillos (con y sin filtro), pero con un filtro diferente al que se usa en la fotografía. En otra serie denominada ‘Pinturas de guerra’ convertía a personas mayores en clowns. 

Las imágenes que ha ido creando las ha colocado en el casco viejo de la ciudad porque dice que es donde vive la gente mayor y están desapareciendo todos y por ello el casco antiguo era un sitio donde encajaban perfectamente.

 

Trae una creación antigua, del 2015, que ha expuesto en el Musac, se trata del ‘Retablo’, un conjunto de tablas creadas según las fórmulas antiguas, en colaboración con Marcos Cachaldora, restaurador y profesor de restauración en escuelas de arte que ha participado en la elaboración de esas tablas. Como dice Pablo: «hicimos la producción como en el siglo XV». Representan irónicamente santos y mártires desconocidos y creados también con la técnica del collage, descomponiendo y volviendo a componer los rostros y demás elementos e impresos directamente sobre esas tablas preparadas, con cola de conejo y carbonato cálcico, dando numerosas pasadas. Recordando a Monseñor que hacía un trabajo similar, Pablo contesta: «Monseñor era un pintor al uso y yo soy un creador digital. Eso no lo voy a volver a hacer en la vida».

Una zona especial de la exposición está dedicada a reproducciones modificadas de cuadros expuestos en el Museo del Prado, que basándose en los originales hace reinterpretaciones a su estilo introduciendo anacronismos variados
Otro grupo de imágenes es la de gente que da calor, que abriga y como él mismo dice «son mis amigos» y éstos si son personas reales, tal vez las únicas imágenes de personas reales en toda la exposición.

Por otro lado, presenta imágenes de variado contenido, que no son retratos de personas, sino objetos o situaciones con una carga crítica con la sociedad que le ha tocado vivir, utilizando recursos retóricos muy comunes. La ironía y el sarcasmo son dos recursos que utiliza habitualmente, eso hace su obra diferente de otros autores que simplemente usan el doble sentido de conceptos e imágenes. Pablo Jeje es un ilusionista de las imágenes y las retuerce buscando un sentido de denuncia y protesta ante situaciones cotidianas que no debieran ser comunes en nuestra sociedad. Habla de esa ironía que desliza en sus piezas de este modo: «En mi obra la parte irónica es la que más peso tiene, todas las obras que presento podrían ser carteles, pero son carteles que no aceptarían las empresas. Imagínate para anunciar un gin-tonic esa dentadura, o anunciar san Valentín con un ramo fúnebre, estoy creando piezas que sé que no voy a vender nunca para publicidad». Sin embargo, su producción es cada vez más abultada.

Los temas que trabaja son muy variados y con una carga social muy evidente, lo dice él mismo de este modo: «Al crear estas obras hablo de la violencia doméstica: ‘te quiero en san Valentín, pero te mato’, estoy hablando del alcoholismo cuando el fondo de la botella es un cuchillo, el cola cao, que se titula ‘Servir al hombre’ y la mujer sirve su cabeza, son imágenes inocentes con una fuerte carga de profundidad».

Acerca de las novedades de su obra dice: «Trabajo con elementos muy sencillos, con fondos simples y colores preferiblemente neutros, y aquí si hay más color sería más pop, creo que me he hecho más pop». Las obras son muy sugerentes, relacionadas con esta tierra leonesa y que se acercan a la realidad social de nuestra cultura. Es muy interesante ver los títulos de las obras que dan sentido y significado a cada una de las piezas.

La exposición podrá verse desde este viernes hasta el 26 de octubre.

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