Al llegar, me deslumbró el agreste paisaje del lugar y más cuando me contaron que en el invierno pasado habían cazado un oso inmenso. Las fuerzas vivas del lugar arroparon la muerte del animal que estaba en proceso de disecación para su exposición en el Ayuntamiento de Boñar. Enseguida me contaron otras historias sobre los ermitaños que parecía que habitaban en los lugares mas recónditos de las montañas. Sobre los maquis no me contaron mucho pues suponían que ya habrían muerto todos de viejos.


La única vez que yo vi que hubo que parar la obra, fue con motivo de una visita de Franco a León en que obligaron a cerrar todos los bares del pueblo así como todos los establecimientos y trabajos, además de tener que poner autobuses, bocadillos y banderitas para acudir a la capital a recibir al Caudillo. Ese día bajamos a Boñar a tomar algo pues pensamos que alguien nos acogería en su trastienda, pero fue imposible pues la guardia civil patrullaba por el pueblo comprobando que todo estaba bien cerrado. Nos volvimos a casa a tomar algo allí.
La única distracción colectiva que podías tener después del trabajo, hacia las siete de la tarde, era beber y jugar a las cartas o al domino, juego preferido de Don Juan donde le molestaba mucho perder. Si el tiempo lo permitía, jugábamos al crocket y Don Juan disfrutaba mucho cuando golpeaba las bolas de sus rivales lanzándolas fuera del terreno de juego.
Uno de los ayudantes de Don Juan A. Sánchez, era hijo de uno de los cuidadores de las pistas de tenis del Club Puerta de Hierro de Madrid y en iguales circunstancias había otro niño llamado Manolo Santana. Ambos niños aprendieron a jugar juntos por las noches cuando se cerraba el club y participaban en torneos infantiles ganando unas veces Antonio y otras Manolo pues estaban a la par en nivel de juego. Cuando llegó el momento de elegir entre seguir jugando o estudiar, Manolo se decantó por lo primero y Antonio dejó las raquetas para estudiar ayudante de Obras Públicas ya que pensaba tendría mucho mas porvenir ….

No llegaba la televisión, ni la radio, únicamente y por la noche, podías sintonizar en onda corta la BBC. Era un aislamiento casi total que se acrecentaba en invierno cuando más de medio metro de nieve cubría todo. Las temperaturas eran gélidas y yo he llegado a ver 24 grados bajo cero en los termómetros. Cada mañana, hacia las 8, camino de la oficina, apostábamos por averiguar la temperatura que marcaría el termómetro -12º, -16º,-20º ya que a partir de -10º no se es capaz de notar ninguna diferencia. Por el contrario la atmósfera estaba limpia y nítida con lo que se resaltaban los colores y la distancia visual se alargaba muchísimo. Yo he estado a uno bajo cero un 22 de Agosto día de mi cumpleaños. Los motores de los camiones no se paraban nunca y los coches en sus garajes tenían todos un infrarrojos encendido frente al radiador.
La paga de los salarios se hacía semanalmente los sábados y en efectivo por lo que venía un habilitado escoltado por la guardia civil que repartía el dinero en sobres. Ese día los bares de Boñar se llenaban de gente, cánticos, alegrías y también nostalgias. La vuelta en coche desde el pueblo al pantano que eran 8 kilómetros había que hacerla a 20 por hora porque a la vuelta de cada curva podías encontrarte gente dando tumbos por la carretera y las cunetas. Había quien empleaba toda la noche para llegar al pantano.
La vivienda de Don Juan era muy sencilla y agradable, con muebles de pino y su tocadiscos con Schubert y Wagner sonando siempre. Él escribía de noche cuando los demás nos íbamos a la cama y a las 8 ya estábamos todos camino de la oficina.
Además de ‘Volverás a Región’, allí comienza a escribir ‘Una Meditación’ encargando a la carpintería de la obra dos cilindros de madera y una caja que los contuviese para escribir en continuo con la Olivetti. Tigre, un mastín leonés de impresionante tamaño vigilaba el lugar por las noches.
La obra duro 8 años y pretextó un viaje al extranjero para no asistir a la inauguración oficial por parte del ministro del ramo.
Tiempos iniciáticos de muchas cosas.