El semisótano del Museo Casa Botines Gaudí ha sido el escenario elegido por el Colegio Oficial de Arquitectos de León y la Fundación Biblioteca Enrique Gil para la firma de un convenio de colaboración entre ambas instituciones cuyo objetivo es la convocatoria del Concurso Internacional de arquitectura para la restauración de la casa natal del poeta y escritor Enrique Gil y Carrasco que se halla en estado de ruina en el casco antiguo de la localidad de Villafranca del Bierzo.
El director general de Fundos, José María Viejo, ejerció de anfitrión en un acto que tuvo como protagonistas a la decana del Colegio Oficial de Arquitectos de León, Eva Testa, que estuvo acompañada por el presidente de la Delegación de Coal de Ponferrada, Jesús Gorostiza, y al presidente de la Fundación Biblioteca Enrique Gil, Valentín Carrera, que en su intervención señaló que «a Enrique Gil le hubiera encantado nacer en Casa Botines, pero era de familia humilde y nació en una casita pequeña y modesta en la calle del Agua, que ha estado durante doscientos años abandonada».
Precisamente ese estado de ruina en el que se encuentra el histórico inmueble es lo que ha llevado a la Fundación Biblioteca Enrique Gil a solicitar la colaboración del Coal, que este viernes se ha visto materializada con la firma del acuerdo de colaboración. «La Casa Gil ahora mismo es una ruina, una cochambre, y el proyecto es recuperar ese entorno degradado en el corazón del casco antiguo de Villafranca y convertirlo en una futura casa de las letras, en lo que vamos a llamar un ecosistema romántico, que ponga en valor ese edificio singular», indicó Carrera, quien confirmó que ya se están dando los primeros pasos con la consolidación de la fachada blasonada, considerada Bien de Interés Cultural, que supondrá una inversión de cien mil euros aportados por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León.
Valentín Carrera también destacó la aportación de donantes particulares que ha permitido llevar a cabo labores de limpieza del jardín de la casa familiar acometidas el pasado verano. «Un año después de presentado el proyecto, en marzo de 2023, las obras han comenzado y ahora estamos en condiciones de anunciar que en junio abrirá sus puertas al público el Jardín Romántico del Bierzo, con un diseño que va a estar inspirado en nueve propuestas de estudiantes de la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal de León y Ponferrada. El fallo se dará a conocer el lunes, pero todas son de una calidad extraordinaria, hasta el punto de que, aunque haya una ganadora y tres finalistas, todas van a inspirar el Jardín Romántico del Bierzo, cuya apertura coincide con la inauguración de Las Edades del Hombre en Villafranca, que este año se prevé que acoja en torno a cien mil visitantes».
El presidente de la Fundación Biblioteca Enrique Gil reiteró que estos trabajos que ya han comenzado no son más que la palanca que va a impulsar el resto del proyecto y que es la construcción del edificio completo, para lo cual se va a convocar un Concurso Internacional de arquitectura que contará con un jurado de reconocido prestigio que se encargará de elegir un edificio que se pretende que sea cien por cien sostenible y polivalente.
A la pregunta del coste que podría tener esa rehabilitación integral de la Casa Gil, Valentín Carrera se aventuró, con todas las precauciones, a dar una cifra que rondaría el millón de euros. «La Casa Gil no es muy grande, estamos hablando en torno a 300 metros cuadrados edificables en tres plantas. Creo que la referencia en torno al millón de euros va a ser el propósito que vamos a plantearnos para poner en valor este edificio singular».
Eva Testa, decana del Colegio Oficial de Arquitectos de León, señaló que el concurso se basa principalmente en rehabilitar esa fachada, como un lienzo frontal, y posteriormente en la parte de atrás la idea no es reconstruir ni mimetizar lo que había antes sino que a través de este concurso de ideas establecer un programa funcional, que será el que determine la Fundación, y desarrollarlo en una nueva planta acorde a las normativas que tenemos, que no solo es la normativa local sino que está implicado Patrimonio porque esto es Camino de Santiago. Hay un techo edificable, que son unos cuantos metros cuadrados que no hay porque ir a agotarlos, pero dependerá de la necesidad funcional que la propia Biblioteca establezca. Eso sí, el presupuesto final es una incógnita. Un millón de euros puede ser una cifra de partida, pero nadie sabe si va a ser más o si va a ser menos porque hay que establecer el programa y a partir de ahí empezar a valorar hipótesis constructivas, de sostenibilidad, de adecuación al medio, etc. Entonces es un brindis al sol el intentar calcular ahora un presupuesto», argumentó.