El nuevo concierto del XXI Ciclo de Músicas Históricas de León tiene en esta ocasión un aliciente especial con la presencia del bajo leonés Javier Blanco en la terna de intérpretes que participan este martes, a partir de las 20:30 horas en el Auditorio Ciudad de León con entradas a 12 y 7 euros, del concierto con los cantantes seleccionados en el XI Curso de Interpretación Vocal Barroca, que en esta ocasión estará dedicado, fundamentalmente, a la cantata de cámara de Alessandro Scarlatti, que se complementa con una cantata de Antonio Caldara y dos de las importantes sonatas de Sebastián de Albero, un programa de una gran dificultad técnica y muy exigente para cualquier intérprete consagrado. «Es un programa bastante específico, no es tan lírico como por ejemplo la música romántica. Esto tiene bastante más dificultad técnica y también expresiva por la forma en la que escribe la expresión. Tiene mucha poesía pero a la vez entraña la dificultad de las formas que tiene un periodo específico como es el Barroco».
El joven bajo leonés, que también ha cursado estudios de clarinete, reconoce que actualmente se encuentra más implicado en su faceta de cantante. «Ahora mismo me inclino más por el canto, pero sí que es verdad que el conocimiento del clarinete me ayuda muchísimo a la hora de cantar porque es un instrumento de viento y la utilización del aire resulta muy parecida», señala el joven intérprete leonés, que reconoce haberse compenetrado francamente bien con los otros dos intérpretes finalistas, la mezzosoprano Serena Pérez y el contratenor Bruno Campelo. «A la mezzo Serena Pérez, que es asturiana, ya la conocía porque yo he estado trabajando en la Ópera de Oviedo. Con Bruno Campelo, que es el contratenor, no lo conocía tanto, aunque coincidí con él en verano cantando con voces de Al Ayre de López Banzo y es un compañero fantástico».
La mención a Eduardo López Banzo, quien le ha dado la oportunidad de presentarse este martes ante sus paisanos, me lleva a preguntarle por la personalidad de este prestigioso clavecinista y director. «Yo destacaría sobre todo su gran humanidad. En lo profesional te diré que apoya mucho a los cantantes jóvenes, se nota muchísimo que lo que quiere es que podamos asentar una carrera, que crezcamos como intérpretes y que seamos capaces de sacar a la luz todo nuestro potencial. Aunque es muy exigente, porque como todo buen músico es un perfeccionista, es una persona muy humana, que te ayuda en todo momento y es un placer trabajar con él», destaca Blanco, para quien la oportunidad de cantar en el Auditorio de su ciudad y en las condiciones en que lo va a hacer este martes supone todo un reto profesional, que espera disfrutar sin dejar que interfiera el miedo escénico.