Jesús Liz, el amigo de Lancia y el arqueólogo de las verdades a la cara

El catedrático, que dirigió muchos veranos las excavaciones de Lancia y fue un azote de la administraciones en temas de patrimonio, falleció el pasado sábado a la edad de 57 años

Fulgencio Fernández
27/05/2015
 Actualizado a 18/09/2019
El arqueólogo y catedrático Jesús Liz falleció con solamente 57 años de edad.
El arqueólogo y catedrático Jesús Liz falleció con solamente 57 años de edad.
Recojo unas pocas líneas de uno de los numerosos artículos de Jesús Liz sobre el yacimiento de Lancia y ya sabemos de qué y de quién estamos hablando. "Diversos juegos florales político/administrativo/dialécticos en los últimos tiempos han ocupado y entretenido a la prensa y a lectores ociosos de la misma con heterogéneas y curiosas declaraciones, invectivas, golpes bajos, propuestas marrulleras, propósitos calienta-urnas, despotriques varios, solemnidades solípedas, verdades como cuchilladas –más que como puños- y otras tan bonitas como inservibles “estocadas de dicción”, cuyo efecto en la protección del yacimiento ha sido, sencillamente, nulo. Que la fuerza se les va por la boca, dicen algunas lenguas viperinas, sin embargo yo creo que lo que ocurre es que por la boca lo que se les van son las buenas intenciones, que son baratas, y, ya se sabe, el camino de Lancia y del Infierno está empedrado de buenas intenciones, mucho ruido y pocas nueces. Será el clima, la pertinaz sequía de neuronas, o la ramplonería intelectual de gentes -¡ ay…, representantes nuestros!- que sólo se acuerdan del patrimonio cuando llueven chuzos de punta y peligra el sillón de sus entretelas, el usufructo del coche oficial o las legítimas ganancias en prebendas que el cargo proporciona. Sic transit gloria Mundi…, tempus fugit…, arrieritos somos… y en el camino de Lancia y de las urnas nos encontraremos".

Ramplonería intelectual de gente que sólo se acuerda del patrimonio cuando peligra el sillón de sus entretelas  Así era Jesús Liz Guiral, arqueólogo, catedrático de la Universidad de Salamanca, co-director durante muchos veranos de las excavaciones de Lancia, defensor de este yacimiento leonés frente a la Autovía León-Valladolid, defensor del patrimonio y un tipo libre.

Vaya otro ejemplo, publicado un 23 de abril, fiesta de la comunidad. "Hoy es fiesta de guardar en Castilla Y León (la ‘y’ en mayúsculas es intencionada...) Todos los próceres políticos que quieran medrar en el cursus honorum autonómico estarán en la Campa de Villalar hablando por una televisión autonómica, que pagamos todos, y arrimando el ascua a su sardina partidista. Villalar, lugar en el que en 1521 tuvo lugar una batalla que luego llevaría a Bravo, Padilla y Maldonado a ser ejecutados, mientras su ejército huía a Toro, Portugal y Toledo... Hace mucho tiempo que los historiadores medievalistas han puesto en su lugar estos sucesos que, en principio, no deberían ser recordados como ejemplo a seguir..., pero, sin embargo, seguimos utilizando esta fecha y este lugar para festejar una autonomía que, además, no convence a todos. Si nuestros gobernantes políticos no entiende ni eso, ¿cómo vamos a pedirles, a semejantes ignorantes de la Historia, que no tapen con cemento reciclado ad legionem, o no abandonen Marialba, o que pasen olímpicamente de Lancia, o del Monasterio de Sandoval...? Como decían mis amigos cordobeses, es inútil bregar con semejantes ignorantes, porque donde no hay mata, no hay patata".

¿Cómo vamos a pedir a estos ignorantes de la Historia que no tapen ad legionem u olviden Lancia y Marialba  Textos significativos que seguramente expliquen mejor que su larga lista de títulos, publicaciones, conferencias,  congresos o méritos académicos quien fue Jesús Liz, que acaba de fallecer, con 59 años, como fin de un proceso de deterioro físico y una dura recta final de su vida después de haber fallecido su esposa. El patrimonio, especialmente el patrimonio leonés, ha perdido uno de sus grandes estudiosos, uno de sus grandes defensores y un profesor sin pelos en la lengua que, como recordaba su colega Michel Muñoz:"Descubrí a una persona no solo honesta, sino de principios firmes: ‘yo no me caso ni con mi padre, sino tiene razón’, fue una de las frases que más recuerdo de Jesús, que nunca fue mi profesor pero sí lo considero mi maestro".
 
No hacen falta más explicaciones para entender que el patrimonio de esta comunidad se ha quedado más huérfano y desprotegido de lo que estaba.
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